50. ERIK

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Por dónde debería comenzar, por la luz, por el hielo, por el frío o por la pérdida...

Pierdo terreno rápidamente ante el poder de la hechicera, no es sólo su magia, ni su hielo. Es su habilidad, su técnica, todo en ella me supera, me empuja más y más hacia la desesperanza.

Nunca he mantenido mi herencia por tanto tiempo y aunque no estoy realmente cansado, tampoco estoy mejorando. Mi poder es un flujo de energía incomprensible y para mí mala suerte, incontrolable.

La energía dorada fluye de mi cuerpo, de mis manos, de mis ojos. Se escapa de mis dedos y de mi control, como si pensara por su cuenta. Siento como los rayos de luz vuelan y se impactan contra el hielo, los veo evaporar el frío. Sin embargo no soy yo quien los dirige, no soy yo quien está luchando.

La hechicera camina lentamente hacia mí, no habla no recita ningún hechizo. Solo camina y su solo caminar ya es superior al mío. 

Su hielo se tornó tan azul que lástima mis ojos al verlo, está en todas partes, en el techo, en las paredes, en mi... Siento como el frío se apodera de mis sentidos, de mi propio control.

La mujer camina despacio, no parece apresurada por detenerme, lo siento, no está usando todo su poder, solo está estudiandonos.

Sacudo mis botas pues el hielo empieza a escabullirse por mis piernas, pronto no bastará con sacudirlo, pronto no habrá manera de evitar el hielo.

Escucho los gritos de Silica a mí espalda, está asustada y se aferra a Roy como una madre lo haría con su hijo. Trata de protegerlo. Aurora me Grita que la liberé, está furiosa y golpea los muros dorados que los protegen. Aquel único punto del que aún tengo control.

Me giró hacia Ellos, hacia la dama de hielo, hacia ellos nuevamente... No puedo vencer. Suspiro y dejó que mi control se vaya, entonces Aurora, Roy y Silica caen.

Puedo oír el pequeño estruendo apagado, el chillido de Roy al caer, el grito de Silica y la maldición de Aurora.

No le toma un segundo recuperarse, pone sus manos en el suelo y libera su poder, el sismo se dispara y se ahoga en el hielo. Ya no hay tierra bajo nosotros, solo ese azulaceo cristal. Su poder al igual que el mío no puede vencer a la hechicera.

Aún así, la chica no decae, se levanta y corre hacia la Dama gélida, la mujer parece sorprendida. Dispara dos lanzas de hielo que mi magia detiene en el aire, Aurora aprovecha y rueda cerca a la mujer. No tiene su lanza, tampoco una espada, solo sus puños y su furia.

Lanza dos golpes en dirección a la Hechicera quien sorprendentemente también en una luchadora Nata. Esquiva con facilidad los ataques sin usar su magia, luce como una bailarina en el hielo. Aurora desespera y ataque continuamente.

Cada golpe se ahoga en la nada y la hacen más lenta, el frío empieza a dañar su movilidad. Aurora lo nota y se aleja rápidamente hacia mi luz.

- Una voluntad fuerte, capaz de mover incluso las montañas. - Su voz es dulce, aunque distorsionada. La mujer hace más ligera su postura, de alguna forma más calmada.

Aurora esta tan sorprendida como yo.

- Puedes hablar, pensé que te habías congelado los labios. Bruja - El tono de la chica es desafiante no hay miedo en su voz.

- Arduliana, sin lugar a dudas. Aunque veo en ti un poco de la chispa Vulcana. La valentía no siempre es una virtud. - La mujer detiene su avance y se quita la capucha del rostro.

Es hermosa, tiene la piel blanca, tan blanca como la nieve, me recuerda un poco a Ilumia. Pero no hay calidez en ella, no hay una sonrisa reluciente ni rubor en sus mejillas. Su rostro es tan etéreo, tan pulido y tan frío como sus palabras. Tiene el cabello corto a la altura de sus hombros, es Gris.

Hérederos: Dorado Ardulian.Where stories live. Discover now