EL CONSEJO DE LOS SIETE

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Winona Bodeler

Estoy al lado derecho del director, tal como debe ser. Algunas personas pueden decir que soy una arpía controladora y no se equivocan al decirlo. Lo soy, lo he sido siempre. Así es como he logrado llegar a donde estoy ahora, pueden decir lo que quieran, excepto que no merezco el puesto, pues me he partido el lomo durante los últimos 10 años por esta escuela.

Inicié mi carrera tras abandonar a los soldados imperiales donde ostentaba el título de la desesperación roja, título que herede de mi maestra, Veres. Quien ahora se regocija en los brazos de la Diosa. El ejército era entretenido y Glorioso, en más de una ocasión me vestí con la sangre de miles de soldados negros en la guerra por el pico. Recibí muchos honores, Trofeos y menciones por mi trabajo. Incluso fui reconocida en otros reinos como la Marchante de la muerte, Sin embargo, no era una gran forma de ascender en la cadena de poder del Reino.

Habían muchos soldados formidables en el ejército Dorado, El Barón Thane, el comandante Solus, incluso el general Adelei estaban por encima de mí. Compartían cargos de poder en la mesa del Rey, eran considerados nobles. En comparación a ellos nunca podría llegar al puesto de Baronesa. Así que decidí desertar, no era mi destino el estar por de bajo de los demás. Sino podía ser una baronesa, sería un erudito, No me tomo mucho tiempo. Pase de ser una simple consejera a uno de los siete maestros de Ardulian. Nada más que los siete grandes magos del rey.

Para ello tuve que vencer a muchos otros, entrañar artimañas políticas, Incluso unirme con fuerzas de movimientos externos como la región norte. Me hice de aliados poderosos, al tiempo que demostraba mis habilidades. Después de todo, nunca he sido una mujer que espera por los demás. Quería obtener el puesto por mi cuenta, es por eso que enseñe resultados.

Fui consejera en la batalla por el puerto norte, oriente a las islas del Bajó, prepare las defensas del fuerte Nox. Incluso firme pactos con críaturas de la naturaleza. Cuando el rey vio todo ello, no pudo evitar Nombrarme maestra, un título reservado para la gran casta de la magia. Tan solo por debajo de las tres grandes familias del tributariado.

Pronto sería nombrada consejal, y en menos de un año estaría en la mesa del Rey. Todo iba de acuerdo al plan. Ahora solo debía mantener la paz en el reino por otros 5 años, y mi sueño estaría completo. Una razón más que de sobra para estallar en armas al escuchar las palabras del Director.

Ya se me hacía raro que el se presentara, normalmente soy yo quien toma las riendas de las desiciones, mientras él se mantiene oculto cuidando del orbe de oro que mueve la magia del Reino. El ojo que todo lo ve. Y que le da una visión omnisciente del flujo de magia. Pero aquí está, en medio del pabellón Victoria, instando a una reunión de los siete maestros. Un evento totalmente inesperado que nunca trae consigo nada bueno.

- He instado al consejo de los siete por dos grandes razones; La categoría Cero y Sus hallazgos. - El hombre está en medio de la mesa redonda, es una posición extraña pues parece que estuviera siendo Juzgado, dado que está en la parte baja de la mesa, mientras los maestros lo miran desde lo alto.

- La categoría Cero Incio este año como propuesta del mismísimo Rey, y en ella, presentamos una serie de misiones que denotaban mayor dificultad que ninguna otra. Sin embargo, esto ocultaba aún más que una simple tarea de la escuela. Como todos saben, estamos al borde de una guerra con las fuerzas de la noche. Y hemos afrontado diferentes situaciones que nos indican, que está guerra es inevitable. Pero antes de hablar de ello, Maestro Gerald, te cedo la palabra. - El director toma asiento en una modesta silla de oro al tiempo que señala al maestro Gerald en el estrado alto.

Hérederos: Dorado Ardulian.Where stories live. Discover now