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Capítulo dedicado a@AuroraGomez934  , muchas gracias por tu apoyo <3

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Menuda semana. Desde que el martes me fui de la fundación tras mi conversación con Enzo –con la llegada triunfal de Miss silicona–, llevaba varios días con la ansiedad por las nubes. Por suerte, no vi ni a Enzo ni a la tal Ashley durante aquellos días, cosa que agradecí, pero el simple hecho de pensar que Enzo podía llegar a la fundación en cualquier momento me mantuvo alerta durante toda la semana.

La presión en el pecho, la tensión de la musculatura de mi espalda junto a las palpitaciones o los sofocos, fueron mis compañeros fieles desde que había salido con ganas de huir de aquel despacho en el que dejé al hombre que seguía amando con una mujer perfecta colgada de su cuello.

Cierto era que durante aquellos días, y con la mente clara de Carla, llegué a pensar que lo del reportaje de aquella revista quizás pudiese ser falso, pues en realidad en las fotos no se veía nada más que un acercamiento que fácilmente podía ser simplemente un saludo. Sin embargo, el modo en el que Ashley llegó el martes a la fundación y la forma en la que se tiró a los brazos de Enzo, sin él inmutarse, fue lo que me tenía realmente más molesta con él.

Enzo no contactó conmigo en esos días, lo cual me facilitaba las cosas, pero en el fondo eché de menos aunque fuese un mensaje para que pudiésemos hablar –sí, ni yo misma sabía lo que quería–. Ni siquiera sabía si era capaz de verle y de no ponerme a temblar o de querer salir corriendo, pero debía concienciarme de que algún día pasaría. De hecho, aquel mismo sábado ocurriría, pues se celebraba una gala de la fundación a la que él obviamente asistiría y a la cual yo debía ir como directora del departamento legal. Al menos Carla iba a venir conmigo, así que mi amiga sería sin duda mi salvavidas aquella noche.

Sin casi darme cuenta, el sábado llegó y el aire comenzó a faltarme a medida que se acercaba la hora de dirigirnos hacia el hotel en el que se celebraba la gala.

–Tranquila, amiga –dijo Carla para intentar calmarme. Vivía conmigo desde hacía algo más de dos semanas y no podía alegrarme más de que estuviese allí–. Yo estaré contigo, y si me dices que le pegue una patada en los huevos al italiano, lo haré encantada.

Me hizo reír. Carla siempre había sido capaz de sosegarme en los peores momentos y no me imaginaba el poder enfrentar aquella noche sin su ayuda. Sin embargo, me sentía la peor amiga del mundo. Ella también lo estaba pasando mal por lo de Jorge y yo le molestaba con mis inseguridades y mis problemas con Enzo.

–Siento esto, Carla –quise disculparme con ella, viendo cómo su cara se contraía en una mueca interrogativa–. Hace poco que lo has dejado con Jorge y te tengo aquí más preocupada por mí que por ti misma. Soy una mala amiga.

–¿Pero qué dices? –me riñó– Tu historia con Enzo me da la vida y estás dejando que me quede en tu casa. No sabes lo importante que es para mí poder estar contigo en estos días, Lara. Te juro que de estar sola o con mis padres estaría hecha una porquería. No digas esas tonterías, porque haces más por mí de lo que crees.

–Bueno, que te quedes conmigo a mí también me gusta, pero ¿mi historia con Enzo? No hay ninguna historia, Carla. Necesito que me ayudes a olvidarle.

–Mira, cielo, vuestra historia es mejor que la que pueda tener cualquier protagonista de una película o novela romántica. Ese tío a veces es un capullo y un retrasado sentimental, pero te ama con locura y también puede llegar a ser un cielo; y tú eres una orgullosa y demasiado testaruda, pero también lo amas y eres la chica más dulce que conozco. No quería que supieras esto, pero os habéis convertido en un objetivo para la Carla celestina –confesó con cierta jarana.

Y de nuevo, tú © [TERMINADA]Место, где живут истории. Откройте их для себя