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Dedico este capítulo a @Milajones2003 <3

***

La puerta del coche se abrió lentamente mientras mi corazón corría desbocado, sin saber hacia qué dirección ir. Mis piernas temblaban incluso sentada y no supe si salir del coche acompañada por la mano que Enzo ya tendía frente a mí o escabullirme de algún modo de allí.

–¿Qué haces? –dijo Carla detrás de mí casi en un susurro– Sal, Lara. No pasará nada. Estoy contigo y Enzo está aquí –me animó.

En ese momento, me sentí como una niña pequeña que tenía miedo a enfrentarse a lo desconocido. Me sentí idiota por eso, pues se trataba de una simple gala como tantas muchas a las que había asistido con mi padre u otros motivos. Sin embargo, con aquella tenía una sensación extraña. El hecho de no ser capaz de identificar de qué se trataba, era lo que me tenía así. Fue como si tuviese una especie de mal presentimiento.

Pero debía afrontarlo. Asistía a ella como directora del departamento legal de la fundación y debía comportarme como tal. Además, sabía que tenía a Carla a mi lado y, por mucho que mi relación con Enzo fuese confusa o incluso ya inexistente, podía confiar y contar con él para lo que necesitase.

Sin darle más vueltas y tras mirar a mi amiga, respiré hondo con los ojos cerrados. Enzo se había inclinado para comprobar el por qué nadie salía del coche, confundido al verme seguramente por la cara que debía tener. Cuando su mirada se topó con la mía, las dudas y el miedo parecieron desaparecer por completo. A pesar de ser él uno de los motivos por los que estaba tan nerviosa, la confianza que siempre me había transmitido y la convicción de que a su lado estaría a salvo –incluso después de todo lo que había ocurrido entre nosotros–, llegaron a mí para calmarme. Sentí querer ir hacia a él sin dudarlo, así que elevé mi mano para posarla sobre la suya, la cual enseguida me ayudó a salir del coche evitando la torpeza que hubiese mostrado yo sola.

Una vez fuera y ya de pie, mi cuerpo quedó cerca del de Enzo, hecho que cortó mi respiración. Mi mirada estaba completamente hipnotizada por la suya y supe que no parecía muy normal estar tan cerca de él, mirándonos de aquel modo cuando se suponía que era mi jefe, pero en aquel momento me dio igual. Y a Enzo parecía pasarle lo mismo. Cierto era que seguía molesta con él por lo ocurrido el martes en su despacho con Ashley y las dudas que el reportaje de la revista seguía suscitando en mí, pero cuando estaba tan cerca de él era incapaz de controlar la atracción que sentía que nos unía. A su lado, nada más parecía existir.

–¿Estás bien? –preguntó él al fin, pareciendo realmente preocupado.

–S-sí –respondí torpemente–. Solo... un poco agobiada.

–¿Entramos? –escuché que decía el que era Mateo.

Sin haberme percatado, Mateo se encontraba junto a mi amiga, a quien le ofrecía el brazo. Esta se agarró encantada para dirigirse juntos hacia el interior del hotel.

–¿Vamos también? –me sonrió Enzo.

Nuestras manos seguían juntas, ahora entrelazadas, y una intensa fuerza interior se negaba a soltarla. Sentirle cerca me calmaba. Al ver que él tampoco tenía intención de soltarme, volví a clavar mis ojos sobre los suyos, pero al final reaccioné y me quité de su agarre. No podía dejar que nos viesen así.

–Sí, vamos –contesté.

Enzo me ofreció su brazo para agarrarlo, del mismo modo que había hecho su amigo con Carla, pero no pensé que fuese adecuado hacerlo dado nuestro rol aquella noche en la gala. Sin esperar más, tras observar cómo nuestros amigos habían llegado ya al interior del hall, pasé al lado del italiano y comencé a caminar, sintiendo como venía justo a mi lado. Mi objetivo era el de avanzar tan solo unos metros para poder llegar a la puerta del hotel, pero la prensa comenzó a hacer fotos a Enzo, a preguntar, a alzar la voz e incluso escuché como algunos de los allí presentes me reconocían como la hija del chef Adúriz. Enzo seguía hacia adelante y no se separaba de mí ni con las múltiples preguntas que iban dirigidas hacia a él.

Y de nuevo, tú © [TERMINADA]Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora