26. Libre

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26. Libre.

"Dale a quienes amas alas para volar, raíces para regresar y razones para quedarse" .

Dalái Lama

***

Había pasado una hora caminando por la orilla del mar después de ver a Gerry entrar al gimnasio, ante la atenta mirada de Theresa, que al parecer, tenía órdenes de no perderla de vista. 

No soportaba seguir en la casa. No después de escuchar sus gritos. Cuatro palabras elevadas que estaba segura que debían ser resguardadas por las paredes de aquella estancia a prueba de sonidos. Pero no había sido así, pues ella desde el otro extremo de la sala donde estuvo a la espera del señor Steve las había percibido a la perfección debido a su sensible audición. Maldijo esa habilidad. 

Hubiera preferido mantenerse en la oscura ignorancia.

Fue por ello que había decidido abandonar la vivienda pues no creía correcto seguir escuchando. O había sido la cobardía que no le permitía descubrir qué más podía llegar a decir. 

Pero a medida que la playa comenzaba a ocuparse por veraneantes que disfrutaban de las semanas más calurosas de la estación, decidió volver a la mansión. 

No eran muchos los individuos que iban a esa playa. La gran propiedad de Steve Sharpe ocupaba el extremo de una pequeña península, lejos de otras viviendas, por lo que no era muy práctico llegar hasta allí. Solían verse más caminantes o corredores por la arena. 

Aun así, a Aurora no le gustaba estar rodeada de personas extrañas. Y mucho menos ser su objeto de contemplación y curiosidad.

De vuelta en la casa, Theresa retomó sus tareas, dejando a Aurora sola nuevamente, que merodeaba alrededor de la piscina, hasta que se sentó en el borde, metiendo las piernas, con el pantalón arremangado, hundiendo la mitad de las pantorrillas. 

Su cabeza seguía repasando qué podría haber hecho ella. Si sería abandonada. Después de todo, no olvidaba que desde la primera noche las reglas del juego habían sido claras. Simplemente, era un medio para que Steve Sharpe obtuviera lo que deseara. 

Después, ella se iría.

¿No era lo que había deseado antes de arribar a la mansión?¿Escapar? ¿Ser libre?

Aunque el final de su estadía estuviera llegando antes de lo que hubiera pensado, la desconcertaba el cambio en el comportamiento del señor Steve. Ese pensamiento también provocaba estragos en ella. 

Sus ojos se empañaron y sus labios temblaron involuntariamente por la tristeza de alejarse para siempre de aquel lugar. De aquel hombre, que aunque la hiriera, todavía quería salvarlo.

Seguramente, había sido una tonta ingenua. Lo había entendido todo mal y había creído que ella era importante cuando en realidad, sólo trabajaba para él. Él había pagado por ella para que lo ayudara, cosa que creía que estaba haciendo. Aunque fuera como su amante.

Tal vez, no lo estaba logrando. 

O <<una pu...>>. Sacudió su cabeza. 

Era eso.

Sólo eso. Que se desfogara con ella cuando lo necesitara. Eso podría estar incluido en el pago por su compra. Lo que significaba que después de saciar sus necesidades, sería un estorbo hasta la siguiente descarga. Alguien a quien ignorar.

¿Podría aceptar eso? ¿Vivir sabiendo que eso era todo lo que él pretendía de ella? ¿Ese sería el trabajo?

Dio un pequeño grito de frustración, agarrándose los mechones de cabello a los lados de su cabeza.

Demonio Blanco - Lágrimas de Oro - (Shiroi Akuma #1) - #HA2023Where stories live. Discover now