35. El beso

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35. El beso.

Continuaron su viaje a pie hasta llegar a destino. El restaurante de tres estrellas Michelin Per se.

En la recepción, una hermosa mujer pelinegra y ojos verdes les dio la bienvenida con una muy coqueta y ensayada sonrisa.

—Bienvenido, Señor Sharpe. Nos alegra tenerlo nuevamente con nosotros —la anfitriona miró sin disimilar su desagrado a la acompañante del atractivo millonario, que lo tomaba del antebrazo con naturalidad, ignorando los puñales visuales de la morena, distraída en su inspección del lujoso establecimiento. Los guio hacia una mesa privada y exclusiva—. Le tenemos preparada su mesa habitual para uno.

—Como podrá apreciar, seremos dos —respondió con frío sarcasmo en una sutil orden.

Beatrice había hecho la reserva y él adrede, no había aclarado la excepción al momento de indicar la solicitud. 

—Sí, claro. Déjeme corregirlo enseguida —suplicó complaciente bajando la mirada, aunque sus ojos observaban con celos hacia la rubia antes de marcharse.

A punto de sentarse, fueron interrumpidos.

—¡Steve!

—James —respondió escueto, y automáticamente soltó la mano de Aurora, alejándose un paso de ella, que lo observó decepcionada. No era la primera vez que reaccionaba de esa forma cuando alguien se acercaba a ellos, marcando distancia inmediatamente entre los dos.

Un hombre regordete y algo más bajo que Aurora con sus zapatos de taco aguja saludaba con entusiasmo al joven.

Tendría unos cincuenta años. Un poco más. Su cara redonda parecía la de un sujeto alegre y bonachón.

—Muchacho, lamento tanto no haber podido ir a tu gala este año. Unos compromisos me tuvieron atado en el extranjero. Igualmente, hice llegar por mi asistente mi ayuda.

—Así es. Muchas gracias James.

Estrecharon sus manos en un saludo cordial y familiar.

El hombre giró para ver a la acompañante del soltero codiciado. Nunca lo había visto en público junto a una dama de manera exclusiva, y su sorpresa era evidente.

—Vaya, vaya... ¿qué tenemos aquí? ¿Qué haces tú con una jovencita tan bonita? —Su sonrisa, para alivio de Aurora, era genuina y amable, haciéndola sentir a gusto—. Tu novia se ve demasiado dulce para un hombre tan serio como tú.

—No es mi novia —atajó enseguida, logrando que Aurora cada vez se sintiera peor—. Es mi connaisseur, Aurora —girando apenas hacia ella, terminó las presentaciones—. Aurora, este es James Walker. Un viejo amigo.

—No sabía que estabas interesado en el arte.

—Es algo reciente.

—Aunque pronto estaré libre para un nuevo contrato, en caso que conozca a alguien que necesite de mis servicios, señor Walker —estiró su mano, para ser estrechada entre las de James, que la envolvió con ambas manos. 

Sus palabras brotaron impulsadas por la indiferencias de Steve, que la contempló serio, apretando sus labios en una fina línea.

—Oh, yo no entiendo ni aprecio realmente nada de eso, pero si escucho algo, le avisaré a Steve.

—Muy amable.

Entre tanto, la mesa había sido preparada para los dos y James se despidió de ambos con una sonrisa.

—¿Qué fue eso Aurora?

—Lo siento señor Steve. —Todo su temple había desaparecido y sentía que había sido irrespetuosa—. Creí que sería conveniente para sus propósitos.

Demonio Blanco - Lágrimas de Oro - (Shiroi Akuma #1) - #HA2023Donde viven las historias. Descúbrelo ahora