Bills tenía una rutina bastante tranquila y algo aburrida, pero para él era perfecta. Claro que era así hasta que encontró frente a su puerta una canasta con una bebé adentro y una carta dirigida hacia él.
-¿Qué dice la carta señor Bills?
-Dice que...
—Señor Bills, tenemos que irnos pronto para supervisar algunos planetas, si no hace su trabajo sabe que será reemplazado por alguien más.— El ángel del universo 7 se encontraba esperando pacientemente a su estudiante para irse a hacer el trabajo que le correspondía a la deidad.
—Ya te escuché Wiss... realmente eres fastidioso cuando tenemos que salir del planeta... si no fuese porque te necesito para unas cuantas cosas ten por seguro que te habría golpeado por molesto.— Bills hizo aparición en la sala mientras bostezaba, muestra de que había despertado hace poco de su "pequeña" siesta de varios años. —Vámonos, así podremos volver antes.
Ambos salieron del templo en forma de árbol de la deidad para luego desaparecer en un gran destello blanco, lo que ambos desconocían es que una mujer encapuchada se encontraba no muy lejos del planeta con una canasta a su lado dentro de aquella pequeña nave. Ella no estaba de acuerdo con lo que iba a hacer, pero sabía que ella pronto iba a morir y esta era su única oportunidad de salvar su más preciado tesoro.
Cuando se aseguró que no había nadie más en aquel planeta puso en marcha la nave para ir rápido hacia su objetivo. Aterrizó en una zona algo apartada para así bajar con la canasta en sus manos junto a una pequeña carta sobre la manta.
—Lo lamento cariño... mami tiene que hacer esto por tu bien...— El pequeño bulto dentro de la canasta se removió un poco antes de dejar salir pequeños balbuceos. —Espero que el señor Bills sea comprensivo contigo y te dé una oportunidad... aunque temo mucho que él te quiera destruir apenas te vea...— Ella se detuvo a mitad de camino pensando si esa era una buena idea dejar a su hija con él antes de sacudir su cabeza alejando esos pensamientos. —¡No! No puedo cambiar de opinion ahora... se que a su lado estarás bien, y aunque no pueda ver mas haya de solo un par de años de tu vida... confío en que serás una chica fuerte y seguirás viviendo mucho más que yo...
Una vez que llegó a la gran puerta del templo dejó con cuidado la canasta en el suelo y la carta sobre la manta que cubría a la bebé, se apartó un par de pasos viendo a su pequeña una última vez antes de alejarse del lugar dando pasos rápidos y largos para llegar antes a la nave e irse sin mirar atrás, puesto que sabía que al hacerlo iba a serle imposible separarse de su bebé.
—Espero puedas perdonarme mi niña.— Una vez que se subió a su nave emprendió su vuelo directo a su antiguo planeta, el lugar de donde posiblemente no iba a salir nunca más. —Ruego a Kaiosama que Bills si acepte cuidarla y vea potencial en ella...
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—Sigo sin entender porque destruye los planetas cuando algún alimento no es de su agrado... se supone que tiene que asegurarse de que las cosas estén controladas y que esa especie no sea una amenaza para el universo.— Wiss observaba de manera desaprobatoria a su estudiante, sus pequeños berrinches y demás a causa de un alimento desagradable lo iban a llevar a la locura.
