Bills tenía una rutina bastante tranquila y algo aburrida, pero para él era perfecta. Claro que era así hasta que encontró frente a su puerta una canasta con una bebé adentro y una carta dirigida hacia él.
-¿Qué dice la carta señor Bills?
-Dice que...
—¡Emiko! ¿No estás emocionada mi niña? ¡Al fin es tu boda!— Wiss observó con una sonrisa enorme a la castaña, quien estaba recibiendo los últimos retoques en su maquillaje y peinado.
—Claro que estoy emocionada Wiss, pero no puedo moverme mucho o hacer algún gesto hasta que las chicas terminen.
—Eso es verdad, no queremos arruinar nada antes de que inicie la ceremonia.— Bulma, quien estaba encargándose del maquillaje, sonrió complacida ante la consideración de la joven. —Por cierto Emiko, ¿cuando van a traer a tu madre?
—Creo que ya deben estar llegando, Uranai Baba dijo que iba a venir con ella antes de iniciar la ceremonia.
—¿Crees que ya venga preparada para la ceremonia?— Milk observó a a castaña luego de terminar de colocar un último adorno en su cabello.
—Seguramente si, a lo mucho pedirá que le retoquen un poco el maquillaje o algo... realmente no sé cómo vendrá arreglada ella, después de todo las costumbres de su planeta natal son un misterio para mi.
—¿Nunca has ido con tu padre?
—Según tengo entendido, el planeta acabó desolado luego de una gran guerra civil entre sus habitantes... ya sabes, tonterías de personas ignorantes y ambiciosas.
—Es entendible, esas cosas siempre llevan a los problemas sin final...— Bulma suspiró levemente antes de dejar todas las brochas sobre la mesa. —He terminado.
—¿Significa que ya puedo verme en el espejo sin que ambas me regañen?— Emiko sonrió levemente levantándose de su silla para ir hacia el espejo de cuerpo completo. —Por Zeno sama... ¿Esta... esta soy yo?
—Por supuesto que eres tu querida, realmente te ves esplendida, la señorita Bulma hizo un excelente trabajo con tu maquillaje.
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—Y el peinado de la señorita Milk realmente es maravilloso.
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—Ahora solo nos queda ayudarte con el vestido y ya estarás lista.— Ambas mujeres observaron a la castaña sintiéndose satisfechas con el trabajo que realizaron en ella.
