La hija del dios destructor.

Capítulo Siete

Narrador 

Oolong se encontraba sobre el escenario estando frente al dios de la destrucción y su hija, tendría que enfrentarse contra ella en el clásico juego de piedra, papel o tijeras para ver que futuro es el que tendrán los habitantes de la tierra.

—Bien... comencemos.— Oolong extendió su mano al igual de Emiko, teniendo ambos sus puños cerrados. —Primero será piedra... piedra, papel o tijeras.

Todos los presentes vieron sorprendidos el primer resultado de los dos, tanto Emiko como Oolong habían escogido tijeras por lo que terminaron en empate, causando que todos suspiraran entre aliviados y preocupados.

—Vaya... un empate...— Emiko observó su mano antes de reir. —Bueno... suerte de principiante tal vez.

—Uhm, yo creo que él tardó demasiado en hacer ese movimiento.— Ante el comentario de Bills, Oolong comenzó a ponerse nervioso.

—Papá, él no se tardó, de lo contrario habría hecho piedra y hubiera ganado.— Ella le miró de manera obvia antes de volver a mirar a Oolong. —Sigamos.— Ambos volvieron a prepararse. —Primero será piedra... piedra papel o tijeras.— Nuevamente los dos sacaron tijera quedando en otro empate. —¿Eh? ¿De nuevo? Esto ya parece extraño... 

—Oolong.— Bulma llamó la atención de todos. —Si ganas te regalaré lo que quieras, ¿qué dices?

—Uhm, Emiko... será mejor que uses "eso".— Bills observó a su hija antes de bostezar.

—Pero papá... no se controlarlo totalmente.— La joven meneó su cola de lado a lado viendo a su padre mientras que los demás los veían confundidos.

—Solo intentalo.— Ella dudó un momento antes de respirar hondo para concentrarse.

—Mmm...— Unos segundos de meditación fueron suficientes para que ella viera en un destello lo que debía hacer. —Bien... estoy lista.

—¡En ese caso yo también lo utilizaré!— Oolong extendió su mano derecha para luego usar la izquierda y arrugar un poco la piel del dorso de la derecha. —¡Bien! Ahora puedo verlo todo.

—¿Uhm? ¿También será vidente?— Emiko le observó curiosa antes de prepararse. —Primero será piedra... piedra, papel o tijeras.— Esta vez ella habia sacado piedra mientras que Oolong tenia nuevamente tijeras. —Gane.

—¡Aaaah!— Oolong veía nervioso y asustado su mano, los demás también se encontraban asustados al ver la sonrisa de satisfacción de Bills.

—Muy bien, entonces destruiré el planeta.— Bills comenzó a elevarse pero Emiko lo detuvo sujetando con fuerza su cola.

—Nada de eso...

—No pienso desperdiciar esta oportunidad, además es mi trabajo, suelta mi cola.— Bills comenzó a sacudir su cola consiguiendo que su hija también fuera sacudida.

—¡Pero papá!

—¡Pero nada mocosa! Me manipulaste y mentiste para que este planeta se salvará, lo cual no voy a permitir, por lo tanto voy a destruirlo quieras o no.

—¡Papá!— Emiko al estar aún sujeta a la cola de su padre fue arrastrada hacia el cielo por este, quien al tener una buena altura comenzó a crear una gigantesca esfera morada. —¡No!— La chica liberó a su padre antes de descender rápidamente hasta el barco. —¡Si destruyes este planeta tendrás que hacerlo conmigo incluida!

—Emiko, deja de jugar y ven aquí de inmediato o tu castigo va a ser terrible.

—¡No me importa! ¡No es justo que decidas destruir este planeta cuando tu y yo teníamos un trato! ¡Creí que el gran y poderoso dios de la destrucción cumplia con su palabra!