Capítulo Cincuenta y Cinco

372 20 4
                                    

Narrador

—Akiko, Kazuma, vengan a desayunar niños.— Emiko se encontraba en su casa con un delantal puesto mientras terminaba de preparar el desayuno de su familia. Una de sus orejas se sacudió levemente al escuchar un pequeño sonido detrás suyo. —Kazuma, sé perfectamente que estás detrás mío.

—Ahhh, no es justo... siempe me escuchas mamá.— Un pequeño niño de cabello castaño se aferró a la pierna de su madre mientras hacia un adorable puchero a los ojos de ella.

—No eres muy silencioso cariño, pero esta vez tardé un poco más en escucharte, así que considéralo un logo.— Emiko acarició suavemente la cabeza de su hijo antes de voltearse en su lugar. —¿Y tu hermana?

—Estoy aquí mamá.— Una pequeña castaña entró a la cocina volando. —¿Papá ya se fue a tabajad?

—Aún no cariño, mientras ustedes desayunan yo iré a despertarlo.

—¿Sigue dodmido?— Ambos infantes ladearon sus cabezas al mismo tiempo, les parecía extraño que su padre permaneciera más tiempo en cama que ellos.

—Ayer entrenó hasta tarde con sus tíos, así que le dije que tenía que descansar un par de horas más hoy.— Emiko sirvió la comida y colocó los platos sobre la mesa mientras los niños se acomodaban en sus respectivos lugares. —Luego iremos a visitar a sus tíos y a sus abuelos, así que coman todo.

—Sí mamá.

Kazuma y Akiko sonrieron antes de comenzar a comer mientras su madre se retiraba el delantal y salia de la cocina para ir hacia su habitación por su esposo. La castaña ingresó a la habitación en silencio viendo a su pareja recostada sobre la cama con un brazo cubriendo sus ojos, lo que no le permitía saber por completo si estaba dormido o no.

—¿Hit?— Murmuró antes de acercarse y subirse a la cama de manera sigilosa para acercarse al oído del hombre. —Cariño... ya está listo el desayuno.

—Lo sé, escuché cuando llamaste a los niños a la mesa.— Hit levantó un poco su brazo descubriendo uno de sus ojos para ver a su esposa. 

—¿Entonces estabas esperando a que venga a levantarte con un beso?— Una pequeña sonrisa apareció en sus labios al ver la tierna expresión que tenia la castaña. —¿Qué?

—Nada... solamente pensaba en lo preciosa que te ves.

—Oh vamos Hit, siempre me dices lo mismo.

—Es la verdad, a mis ojos tu siempre te ves preciosa.— Hit extendió una de sus manos hacia el rostro de ella para acariciar suavemente su mejilla. —Será mejor que vayamos con los niños o vendrán ellos aquí.

—¿Sigues enojado porque Akiko rompió por accidente ese marco de fotos?

—Pudo haberse lastimado con el cristal roto.

—Hit, ella solo tenia un año... y estaba aprendiendo a volar, ahora ya tienen dos años y son mucho más cuidadosos.

—No importa, no quiero que acaben lastimados por un accidente.

—Son niños, es normal que tengan accidentes así... además, pequeños cortes, rasguños y demás se curan con el tiempo.

—Mientras menos salgan lastimados mejor para mi.— Emiko rodó los ojos antes de darle un corto beso a su esposo para luego levantarse de la cama. 

—Deja de ser dramático, mientras no sufran lesiones graves entonces no pasará nada malo amor... como dije, son niños y es normal que tengan accidentes.— Miró por encima de su hombro a su esposo sonriendo de lado. —Ahora levántate cariño, tu desayuno se enfriará.

La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now