La hija del dios destructor.

Capítulo Veintiocho

Narrador

—Señor Bills, ¿dónde está Emiko? Ella siempre viene con usted y Wiss cuando hago alguna fiesta o algo.— Bulma observó curiosa y algo preocupada al dios ante la ausencia de la castaña.

—Ella debe estar en su planeta, desde hace un par de días que se ha ido ahí, supongo que debe estar entrenando o meditando.— Bills habló de forma desinteresada mientras agarraba algo de comida.

—¿No le preocupa que algo malo le haya pasado?— Milk dio un paso al frente viendo algo preocupada y molesta a Bills por su desinterés ante la seguridad y bienestar de su hija.

—No se preocupe, ella está totalmente bien... la vi irse junto con ese curioso instrumento que le regaló la señorita Videl hace unos días, además, ella es totalmente capaz de cuidarse por si misma.— Wiss sonrió levemente para calmar a las mujeres. 

—¿Se refiere a la guitarra? ¿Ya aprendió a tocarla?

—Así es, utiliza uno de esos aparatos de ustedes para ver esos "tutoriales"... como se llamaba, ¿tablet?

—Debe ser la que le dí para que se entretuviera cuando no tuviera algo que hacer o tuviera que hacer viajes largos y no tuviera con que entretenerse... pero si dijo que se fue hace un par de días, ¿que ha estado comiendo?— Mencionó Bulma con cierta curiosidad.

—¡Por dios santo! ¡Debe estar muerta de hambre la pobre! Tenemos que llevarle comida cuanto antes, no puede permanecer tantos días sin alimentos o puede ocurrirle algo malo.

—Pero señorita Milk, ella...— Wiss al ver que fue ignorado por ella y por Bulma, quienes comenzaban a hacer un listado de todo lo que iban a tener que llevarle a Emiko, simplemente suspiró antes de mirar a Bills. —¿Cree que ella se enoje si nos ve llegar a su planeta?

—Lo dudo mucho... solo espero que no vaya a estar dormida, ve llamando al supremo Kaiosama para que nos lleve a todos de manera rápida.— Bills rascó el interior de su oreja con su meñique mientras tenia sus ojos cerrados. 

—Como desee señor.

—Ya hemos llegado.— Shin mencionó con una pequeña sonrisa mientras veía como los demás observaban fascinados a su alrededor. —Todos tienen la misma expresión que la pequeña Emiko tuvo la primera vez que vino aquí.

—Imposible no quedar maravillados con este lugar... ¡Es precioso!— Milk observó fascinada el paisaje antes de notar algunas aves de la tierra. —Hay animales de la tierra aquí también...

—Sí, luego de la primer visita al planeta, Emiko comenzó a investigar cada criatura viviente y luego le pidió al supremo Kaiosama si ella podía tener alguna de las especies aquí.