Capítulo Veintidós

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Narrador

—Ya hemos llegado al planeta del supremo Kaiosama del universo 10.

—Muchas gracias por traerme Shin.

—No hay de qué pero... ¿Qué ha ocurrido para que quisieras venir con tanta prisa?

—No estoy segura que ocurrió exactamente, pero prometo contarte todo cuando vuelva.— El pequeño Kaio asintió despidiéndose de la joven antes de regresar a su universo. —Ahora tengo que buscar Gowasu y preguntarle qué ocurrió con Zamas.

Con ese pensamiento en mente la castaña comenzó a caminar a paso apresurado hacia el gran árbol donde cada Kaiosama va a beber té. Estando cerca pudo ver a lo lejos como el supremo Kaiosama estaba sentado con una taza de té pero sin su aprendiz cerca, lo cual extraño bastante a la chica.

—¿Señor Gowasu?

—Señorita Emiko, que bueno que pudo llegar, lamento haberla llamado tan repentinamente.— El supremo Kaiosama se levantó de su silla para hacer una pequeña reverencia.

—No hay problema, digame... ¿Qué ha ocurrido con Zamas? Wiss me dijo que era algo grave.

—La verdad es que si... por favor, tome asiento.— Ella asintió leve antes de sentarse frente al Kaio esperando una explicación. —Hoy llevé a Zamas a ver una nueva especie de tipo humanoide que apareció recientemente en el planeta Babari... es una raza algo agresiva y territorial por lo que creí que sería una buena manera para hacerle entender a Zamas el comportamiento humano.

—Supongo que no fue como esperaba.

—Me temo que no, llevé el anillo del tiempo para que ambos pudiéramos viajar mil años hacia el futuro y ver el avance de la especie... habían logrado evolucionar un poco y conseguir una pequeña civilización, aunque seguían siendo bastante agresivos... y en un pequeño descuido, uno de los babarianos nos emboscó por detrás y Zamas... él...

—¿Lo mató?— Emiko abrió ampliamente los ojos al ver al Kaio asentir. —No puede ser...— Ella llevó una mano a su cara suspirando mientras negaba. —Esto no es nada bueno...

—Lo peor es que creo que su ideología hacia la exterminación a la raza humana ha empeorado... ayer pude notar que eso habia disminuido luego de la charla que tuviste con él, por eso creí que trayéndote podrías convencerlo de dejar todo eso.

—No sé si pueda conseguir algo con eso... no me especializo en purificar corazones ni nada por el estilo, yo veo los futuros posibles y hago lo que puedo para cambiarlos... pero si Zamas no coopera conmigo en intentar cambiar... no creo que pueda salvarlo de su futuro.

—¿Qué podemos hacer entonces?— Ambos se quedaron en silencio intentando pensar en cómo ayudar al joven Kaio shin.

—Tal vez... pueda llevarlo conmigo a mi universo por un tiempo...

—¿Cómo dice?

—Pienselo, al parecer soy como un balance entre sus malos y buenos pensamientos... tal vez pueda ayudarlo influenciandole poco a poco que no todos los humanos merecen ser exterminados... además de que puedo dejarle en claro que solo los Hakashin tienen el derecho de destruir lo corrupto.

—No creo que sea una buena idea...

—Pero tampoco tenemos otra opción más que dejarlo corromperse y que termine muriendo a manos de mi padre o de Rumoosh.— Ambos giraron sus cabezas al escuchar el pequeño chirrido de unas ruedas. —Zamas...

—¿Señorita Emiko? Que sorpresa verla aquí... no esperaba su visita.

—Vine de sorpresa, queria saber si aún tenían de las hojas de té que te dí ayer.— Emiko sonrio con total calma en dirección del de tez lima.

La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now