Capítulo Veinticinco

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Narrador

—¿Cómo te sientes hoy Emiko?

—Mejor que antes, gracias Zamas.— La castaña sonrio levemente al ver al Kaio entrar a su habitación con una charola en sus manos. —¿Qué tienes para mi hoy?

—He traído un té de canela, según el supremo Kaiosama, es muy bueno para los... ¿Cólicos?— Zamas ladeó levemente la cabeza algo confundido con ese término, desconocido para él.

—Muchas gracias por tu preocupación y por cuidarme mientras papá y Wiss iban a la tierra.— Ella se sentó con cuidado en su cama antes de intentar acomodar las almohadas detrás de ella.

—Déjame ayudarte con eso.— Zamas dejó la charola sobre la mesita de noche antes de tomar las almohadas y colocarlas con cuidado detrás de la joven. —¿Mejor?

—Sí... detesto bastante cuando llegan estos días, pero agradezco cuando tengo algo de ayuda para hacer ciertas cosas...— Emiko llevó ambas manos a su vientre bajo al sentir una fuerte punzada en esa zona. —Uhg...

—Será mejor que tomes el té para que puedas tolerar mejor esos calambres.— Zamas se sentó con suavidad junto a ella para tomar la taza de té de la charola antes de dársela con cuidado. —Aún está caliente así que ten cuidado.

—Lo sé...— Sujetó la taza antes de soplar un poco y beber el líquido sin quemarse. —Oye Zamas.

—Dime.

—¿Qué tal vas llevando el vivir aquí y aprender más de los humanos?— Emiko miró de reojo a su acompañante antes de ocultar una pequeña sonrisa detrás de su taza.

—Siguen pareciéndome criaturas despreciables... pero tenías razón al decirme que aún quedan una que otra especie humana que si valen la pena dejar vivir más tiempo.

—Al final de cuentas no me equivocaba contigo... simplemente necesitabas un empujoncito en la dirección correcta para aprender y cambiar tu mentalidad hacia todos los humanos.

—¿Qué cosas dices? Ya estás delirando con tus cólicos y demás cosas...

—No te burles... no sabes lo horrible que es vivir todos los meses con esto...

—¿Cuándo termina?

—En un par de días se me pasará del todo y me quedará esperar al próximo mes...

—Me referia a cuando terminaba permanentemente.

—Oh... pues, eso depende de cada mujer... lo que se conoce como menopausia es el "final" de esta tortura mensual... algunas mujeres lo sufren entre los 45 y 55 años, pero otras pueden sufrirlo antes de los 45 años...

—¿Entonces tendrás que aguantar hasta que tengas 45 años? Prácticamente te faltan 20 años y ya.

—Zamas... ese es el cálculo para mujeres humanas... no se como será para mi, que soy mitad diosa y que prácticamente no envejeceré hasta que tenga unos 90 años o más...— Emiko retuvo una pequeña risita al ver la cara que habia puesto el Kaioshin a su lado.

—¿Es una broma?

—Claro que no, Wiss y Daishinkan me dijeron que posiblemente comience a envejecer a esa edad, si es que no tomo el puesto de diosa de la destrucción antes... lo que causaría que viva por mucho más tiempo.

—¿Significaria aguantarte por milenios? Que fastidio.

—Oye, no digas eso... me hieres.— Ella bajó su cabeza al igual que sus orejas al creer que realmente le caía mal al Kaio.

La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now