La hija del dios destructor.

Capítulo Treinta y Dos

Narrador

—Detenganse, el tercer combate ha concluido, la victoria es para el universo 7.

—Bien hecho Goku.— Emiko bajó hasta el saiyajin teniendo una sonrisa en su cara. —Aunque ahora si tendremos serios problemas en el torneo de la fuerza.

—No veo problemas en eso...— Ella ladeo la cabeza confundida al ver como el pelinegro se giraba hacia los demás dioses. —Si piensan desafiarme no me importa, voy a derrotar a todo aquél que me quiera enfrentar, reúnan a sus peleadores más fuertes para el torneo porque tengo pensado derrotar a todos y a cada uno de ellos.

—Goku... tú no aprendes, ¿verdad?— Emiko suspiró cruzándose de brazos antes de darle una patada en la espalda al hombre. —Tu obsesión por pelear con alguien fuerte ya nos ha condenado a todos los universos excepto a cuatro... ¿Por qué primero no te centras en derrotarme? Aún sigues por debajo de mi nivel.

—¡Entonces peleemos ahora!

—¿Ah?

—¡Eso! ¡Vamos a pelear aquí y ahora! Voy a demostrar todo mi poder sabiendo que eres lo suficientemente fuerte para enfrentarme.

—Olvidalo, no quiero cargar en mi conciencia con tu muerte.

—¡Pero Emiko!— Todos los dioses observaban atentos al par que estaba en la arena, incluso los pequeños Zen estaban intrigados por la conversación.

—No Goku, además... usaste nuevamente el SSB con el Kaioken, tu cuerpo va a llegar a un límite donde no podrás seguir aumentando tu poder y acabarás inconsciente.

—¿Cómo estás tan segura de eso?— Ella señaló su frente con un dedo mientras sonreía.

—Recuerda quién es la que puede ver el futuro.

—¿Significa que ya sabes quién ganará en el torneo de la fuerza?— Ante aquella pregunta del saiyajin, todos los presentes se quedaron callados para escuchar a la castaña.

—Claro que no, tengo un límite para ver el futuro, máximo puedo ver un día del futuro... en fin, tengo sueño así que me vuelvo a la plataforma.— Emiko sacó su cómoda nube para subirse y tumbarse en esta antes de ir hacia su plataforma. —Ten cuidado con Toppo.

—¿Toppo?— Goku observó confundido a la chica, mientras que en la plataforma del universo 11 un encapuchado observaba fijamente a la castaña.

—Toppo, ¿alguna vez entablaste alguna conversación con Emiko?— Vermouth observó de reojo al susodicho.

—No señor, pero creo que se debe a su habilidad de ver el futuro, ella tuvo que haber visto que voy a enfrentarme a Son Goku.

—Seguramente le ganarás y por eso le ha advertido que tenga cuidado contigo.— La deidad sonrió con arrogancia. 

—Estimados dioses, Zeno sama ha quedado encantado con los combates entre el universo 7 y el universo 9, ¡esta exhibición ha sido un éxito!— Daishinkan habló llamando la atención de todos los presentes. —Ahora ha llegado el momento de explicar el reglamento del torneo de la fuerza.— El gran sacerdote les enseñó a todos un holograma de la futura arena. —Está va a ser la arena que construiré en el mundo de la nada, para poder ganar tendrán que sacar de la arena a sus oponentes.

—¿Y si el oponente se desmaya en medio de la arena?

—Tendrán que lanzarlo de la arena, además, luego de examinar los combates de exhibición Zen se aplicarán algunas restricciones... primera, las armas que no tengan nada que ver con alguna técnica serán prohibidas, segunda, no tienen permitido asesinar a sus oponentes, tercera, las técnicas que involucren volar estarán anuladas en el mundo de la nada.