La hija del dios destructor.

Capítulo Cinco

Narra Emiko 

—¿Falta mucho para llegar Wiss?— Menee suavemente mi cola de lado a lado estando sentada sobre la nube que mi tio me habia regalado hace unos años, papá estaba atado a mi cintura por una tela mientras que disfrutaba su almuerzo.

—Faltan unos segundos para llegar, así que le recomiendo que termine su almuerzo pronto señor.— Miré por encima de mi hombro a papá cuando comenzó a tragar su comida de manera rápida por lo que le extendí un poco de agua para que no se ahogara.

—Muy bien, entonces pronto conoceremos a ese tal Son Goku... espero que sea alguien fuerte realmente.

—Uhm, en ese caso entonces tú lo enfrentaras Emiko.— Me giré rápidamente hacia papá cuando dijo aquello. —Ya tienes la edad y el conocimiento suficiente como para pelear contra alguien además de Wiss y yo... además, dudo mucho que ese saiyajin pueda ser un verdadero peligro para ti.

—Entonces puedo pelear... ¡Muchas gracias papá!

—Como sea, solamente espero que no te dejes vencer por confiarte o algo, ¿entendiste?

—¡Sí!— Asentí emocionada antes de soltar el agarre de la tela cuando papá terminó de comer y volvió a sujetarse a Wiss.

—Ya hemos llegado.— Los tres aterrizamos en el planeta del Kaio, teniendo al susodicho frente a nosotros.

—¡Señor Bills!

—Uhm... la gravedad de aquí es algo pesada, pero no mucho.— Salí de detrás de Wiss viendo a mi alrededor antes de observar al Kaio, quien me miraba confundido y asustado. —Hola Kaio del norte, es un placer conocerlo en persona.

—I-igualmente señorita... señor Bills, puedo ver que han tenido un largo viaje para venir hasta aquí, sean bienvenidos a mi humilde planeta.

—Cuanto tiempo sin verte Kaio del norte, ¿cuántos años han pasado desde entonces?

—Ah bueno... veamos... uno, dos, tres, cuatro... cinco, seis, siete...— El Kaio comenzó a contar con sus dedos por lo que reí por lo bajo.

—Han transcurrido 327 años.

—Vaya papá, deberías visitar un poco más seguido a los otros Kaios del universo... 

—¿Papá?— Miré al Kaio antes de asentir levemente.

—Permítame presentarme, soy Emiko, la hija de Bills.

—N-no sabía que tuviera una hija, señor Bills.

—Sí, es raro que el Supremo Kaiosama no te dijera sobre eso... en fin, cambiando de tema, puedo ver que tu mundo es algo pequeño.

—Ah sí, espero sepan disculparme por tener un planeta de tamaño reducido y aburrido... por cierto, señor Bills, ¿no tiene hambre? ¿Quieren comer algo?

—¿Comer algo? ¿Y será delicioso?

—Típico, le mencionan comida a papá y él gustoso acepta siempre y cuando sepa bien...— Rasque mi mejilla un momento antes de mirar curiosa la pequeña casa destruida. —Disculpe, ¿puedo saber qué ocurrió con su casa?

—¡Ah! N-no es nada señorita Emiko, fue un accidente que tuve hace poco y estoy a medio trabajo de reconstruir todo.

—Ya veo...— Me quedé observando atentamente la puerta al sentir tres presencias dentro del lugar. 

—B-bueno, les prepararé el banquete para que puedan disfrutarlo, andando Bubbles, tenemos que preparar todo.

—Hoy rechazaré la oferta, además nosotros trajimos nuestro propio almuerzo.