Capítulo Treinta y Cinco

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Narrador

—¿Esta es la arena de combate? Asombroso, Daishinkan hizo un gran trabajo en tan poco tiempo...— Emiko observó a su alrededor antes de ver un par de bloques de la arena flotar en el aire antes de ir a sus lugares. —¿No ha terminado?

—No es eso querida, mira quienes son los que están reconstruyendo la arena.— Wiss le señaló a la castaña a tres dioses de la destrucción a lo lejos.

—¿No son Ivan, Arak y Liquir?

—Así es, seguramente han llegado antes y han tenido alguna pelea aquí y el Gran Sacerdote los ha enviado a reconstruir todo.— Ambos rieron por lo bajo antes de ver que los demás universos comenzaron a llegar. —Ya es hora.

—Sí.

—Oye Emiko, ven a ver esto.— Goku llamó a la chica, quien se acercó al borde de la arena para ver hacia abajo.

—Wow, si alguien se cae por accidente seguro quedará perdido en el olvido para siempre... ¿Dónde está Freezer?

—¿Insinuas algo mocosa?

—¿Yo? Nada, ¿por qué lo dices?— Ella observó de manera inocente a la lagartija de hielo, quien se apartó de ella y del borde de la arena por el bien de su persona. —Cobarde...— Emiko cruzó sus brazos detrás de su cabeza antes de ver a lo lejos a los peleadores del universo 6. —Oh, ahí está mi tío...

—Vaya, miren que tenemos aquí... nos volvemos a ver, mi bella dama.— La castaña giró lentamente su cabeza al escuchar la voz de Frost muy cerca suyo.

—Ugh... ¿Tú de nuevo? ¿Qué quieres?— Ella desvió la mirada hacia otro lado claramente desinteresada ante la presencia de la lagartija de hielo del universo 6.

—Simplemente vine a hablar contigo, aún sigue en pie mi propuesta de aquella vez.

—Oye Emiko, mira por ahí, es Hit.— Al escuchar al saiyajin, la joven giró rápidamente su cabeza para ver a su pareja por lo que pasó de largo a Frost para acercarse al asesino. —Oh, que rápida.

—Creí que me habrías notado apenas llegué.

—Lo siento, me distraje dos segundos.— Emiko se detuvo frente a Hit sonriéndole. —¿No te incomoda que hablemos antes de la pelea?

—¿Por qué me habría de incomodar?

—No lo sé, ¿tal vez por tu reputación y todo eso?

—Me da igual y lo sabes mejor que nadie.— Hit sacó sus manos de los bolsillos de su abrigo mientras miraba de manera tranquila a la chica. —¿Cómo te sientes?

—Nada que mi medicina no pueda solucionar... aunque los chupetones son otro caso aparte.— Ella llevó una mano hacia la zona donde su padre habia descubierto una de las tantas marcas. —Por tu culpa tuve que cambiar mi traje a último momento.

—Mejor así, evitaré que cualquier otro vea más de lo que deba ver.

—¿Estás celoso? Nunca creí que te pondrías celoso por algo así.

—No te hagas ideas raras Emiko, no estoy celoso por algo así.— Hit cerró sus ojos sonriendo muy levemente. —Aunque tampoco me molestaria que sus marcas se vean, así todos estos sujetos sabrian que esta... diosa ya tiene dueño.

—¿Uhm?— Ambos giraron sus cabezas ante la llegada de otro universo a la arena. —Genial... ahí viene el universo 11...

—¿Tienes problemas con ellos?

La hija del dios destructor.Nơi câu chuyện tồn tại. Hãy khám phá bây giờ