Capítulo Veintisiete

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Narra Emiko

—Vas a buen ritmo Vegeta, pero sigues siendo demasiado lento como para poder derrotarme.— Estaba esquivando cada golpe del saiyajin mientras ambos éramos supervisados por Wiss, luego de que Zamas regresara al universo 10 junto al señor Gowasu me centré en ayudar a Vegeta y Goku con sus rutinas. —Sigues pensando cada movimiento que debes hacer, para conseguir derrotarme tienes que aprender a no pensar tus golpes.

—¡Eso intento!

—Jejeje.— Sonreí de lado deteniendo su puño antes de girar mi cabeza hacia un costado. —Hola papá.

—Buenos días señor Bills.— Tanto Vegeta como Wiss le hicieron una reverencia a papá mientras que yo me acerque para besar su mejilla.

—Si vienes a buscar a Goku sigue sin venir a entrenar.— Quité una pequeña pelusa de su ropa antes de caminar donde estaba antes. 

—¿No sabes si se sigue volviendo más fuerte?— Me encogí de hombros restándole importancia. —¡¿No sabes si sigue entrenando?!

—Posiblemente esté haciendo lo que le sugerí, un entrenamiento mental para poder sacar todo su potencial.

—¡Pues necesito que vayas a supervisarlo y asegurarte de que realmente esté entrenando y no perdiendo el tiempo! Recuerda que ustedes dos son mis mejores cartas contra los demás universos en el torneo.

—¿Y Vegeta no? Que cruel...

—¡Deja de tomarme por tonto! ¿No entiendes que si las habilidades de Goku no están al nivel que Zeno sama espera y lo termina aburriendo, nosotros terminaremos en el olvido? ¡Wiss! Tienes que asegurarte de que el entrenamiento de Goku sea perfecto, ¿queda claro?

—Como diga señor.— Wiss y Vegeta volvieron a hacerle una reverencia a papá antes de que se fuera. —Emiko, ve a la tierra a visitar a Goku, yo seguiré con Vegeta.

—De acuerdo.— Suspiré de manera pesada antes de concentrarme y buscar el ki de Goku. —¿Por qué siento el ki de Goku ir de un lado a otro? Así no puedo aparecerme donde está o podría causar un desastre en la ciudad...— Rasque mi cabeza antes de buscar el ki de la señorita Milk para así teletransportarme hasta su casa. —Así es mejor.

—¿Emiko? ¿Qué haces aquí?

—Hola, venia a ver como iba Goku con su entrenamiento, lamento haber aparecido por sorpresa en su casa.

—No te preocupes, envíe a Goku a comprar algunas cosas que hacían falta para la cena... últimamente ha estado actuando de manera muy extraña.

—¿Qué tan extraña?

—Por ejemplo hoy, mientras almorzabamos Goku estaba comiendo de manera muy lenta y luego dijo que habian tres cucarachas detrás de la nevera.

¿Será por el entrenamiento que le sugerí?— Miré el techo de la casa antes de suspirar. —Creo que es culpa mía, yo le sugerí que entrenara sus sentidos para poder dominar más fácil el estilo de pelea que yo utilizo.

—¿Qué estilo?

—Pelear sin pensar en los movimientos que hará... es como pelear sin estar consciente de cada movimiento que se hace, simplemente es el cuerpo el que se mueve sin darle órdenes precisas, también sirve para poder detectar la presencia de un humano o una criatura aunque su ki sea sumamente bajo.

—Vaya, ¿cuánto tiempo te tomó dominarlo?

—Unos... 12 años.

—¡¿Qué?! ¡¿12 años?!

La hija del dios destructor.Unde poveștirile trăiesc. Descoperă acum