Capítulo Cincuenta y Cuatro

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Narra Emiko

—Emiko, ¿cómo te sientes?— Levanté la cabeza viendo a Hit ingresar a nuestra habitación con una charola en sus manos.

—Estoy bien... aunque adolorida.— Me acomodé como pude en la cama intentando colocar la almohada detrás mío para estar más cómoda en la cama.

—Déjame darte una mano.— Dejó la charola para así ayudarme a acomodar las almohadas detrás mio. —¿Estás cómoda?

—Eso creo... realmente me cuesta encontrar una posición cómoda con esta barriga.— Solté una risita colocando mis manos sobre mi vientre. —Hit, rápido... los niños se mueven.— Sujeté su mano para colocarla en mi vientre justo cuando los bebés volvieron a moverse. 

—Están muy activos, ahora entiendo por qué te cuesta acomodarte si no se están quietos.— Me regaló una sonrisa antes de sentarse a mi lado. —¿Cuanto tiempo les falta?

—Uhm... tal vez un par de semanas...— Cerré mis ojos suspirando levemente. —Ya quiero verlos... saber que serán y a quien se aparecerán... 

—Seguramente se parecerán mucho a ti, los genes de parte de tu padre son bastante dominantes en apariencia... no sería una sorpresa.

—Uhm, ¿y qué dices del tono de piel? Los dos tenemos piel morada pero de diferentes tonos...

—Tal vez uno tenga la piel más clara que el otro.— Recargué mi cabeza en su hombro sonriendo levemente. —Te traje té y algo de fruta.

—Muchas gracias cariño, realmente me siento feliz de que seas tan atento conmigo.— Levanté mi cabeza dejando un beso en su mandíbula. —¿Puedes darme el té?

—Claro.— Lo vi extender su brazo libre hacia la charola para tomar la taza y darmela. —Ten cuidado, sigue caliente.— Sople suavemente el líquido antes de darle un pequeño trago. 

—Sabe bien, aunque le falta un poco de azúcar.

—Lo siento, sigo sin recordar bien cuánta azúcar te gusta en el té.

—No importa, la fruta compensa eso.— Reí levemente volviendo a tomar el té con tranquilidad, aunque un movimiento extraño de los bebés me llamó la atención. —Hit.

—¿Qué ocurre?

—¿Puedes traer el comunicador que uso para llamar a Wiss?

—¿Para que lo necesitas? Apenas ayer vinieron de visita.

—Tú... tú solo traelo amor...— Le dí la taza para que la dejara a un lado antes de irse a buscar el comunicador mientras llevaba mis manos a mi vientre. —¿Por qué se mueven tanto? Hasta recién estaban tranquilos...— Dejé salir un suspiro intentando relajar mi cuerpo, ya comenzaba a sentirme incómoda por lo que me levanté con cuidado de la cama. —Mis niños... ¿Qué ocurre ahora? Están demasiado activos.

—Emiko, ¿qué haces de pie?— Hit se acercó a mí sujetando mi brazo con suavidad. 

—¿Tienes el comunicador?— Me lo extendió por lo que lo tomé llamando a Wiss. 

¡Hola hola! ¿Cómo se encuentra la futura mamá?

—Hola Wiss... ¿Crees que puedas venir con mis padres? Me parece que los gemelos quieren nacer pronto.

¡Ohhh! ¡Que emoción! Ya mismo iremos para allí.— Corté la llamada dejando salir un suspiro pesado.

—Emiko, mejor siéntate... no es bueno que estés de pie y más si dices que los niños quieren nacer pronto.— Hit sujetó mi brazo con suavidad para intentar hacer que tome asiento otra vez pero me negué a la ayuda puesto que ya me era muy incómodo estar sentada o simplemente de pie.

La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now