Capítulo Treinta y Ocho

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Narra Emiko

—¿Eh?— Observé a lo lejos una pelea que se estaba llevando a cabo. —Ese es Dyspo y el otro es... ¿Hit? Vaya, encontró un oponente muy rápido... literalmente.— Me acomode en mi lugar dispuesta a ver el espectáculo, aunque me preocupe bastante al ver cómo recibió dos golpes seguidos sin poder devolver alguno. —Esto es malo...

Observé preocupada como Hit estaba comenzando a tener ciertos problemas contra aquel sujeto, sus movimientos eran incluso más rápidos que el salto en el tiempo de Hit dejándolo sin muchas oportunidades de atacar con sus habilidades de asesino.

—No pienso quedarme quieta y ver cómo el universo 11 se sale con la suya... después de todo, no está prohibido hacer equipo entre universos para derrotar a otros. 

Sonreí de lado antes de bajar de mi lugar y correr hacia el borde de la arena por donde habia calculado que Hit iba a terminar llegando por los golpes de Dyspo, al ver que no iba a llegar a tiempo utilicé el salto en el tiempo lo suficiente para colocarme justo detrás de él y frenarlo.

—Hola cariño.

—¿Emiko? No deberías estar aquí.

—Lo sé, solo vine a evitar que te saquen, pareces en aprietos.— Besé su mejilla antes de ayudarlo a ponerse de pie. —¿Problemas con el guerrero sonico?

—¿Ya sabías de él?

—No, pero he estado viendo la pelea y deduje que es su especialidad...

—Mantente apartada, me sentiré más cómodo si te encargas de cuidar de Kell y Kalufia.— Lo observé un momento antes de sonreír levemente.

—Muy bien, pero si te veo en aprietos nuevamente... ni creas que voy a quedarme quieta, ¿entendido?— Limpie su mejilla con mi pulgar para quitar la mancha de suciedad que tenía.

—¡No debieron distraerse conmigo! ¡Acaban de perder su oportunidad contra mi!— Giré mi cabeza al ver como Dyspo se lanzó rápidamente contra nosotros dispuesto a tirarnos de un golpe a ambos, aunque Hit sujetó mi cintura acercándome a su cuerpo al mismo tiempo que usaba su segunda habilidad para volvernos intangibles justo a tiempo para que Dyspo nos atravesara y cayera de la arena.

—El que perdió su oportunidad eres tú.— Solté una risita leve apoyando mi cabeza en su pecho mientras veía de reojo la caída de Dyspo, aunque esta fue interrumpida ante unos extraños hilos que lo sujetaron por todos lados.

—Oh rayos... otro que tiene la manipulación de ki como hilos...— Giré mi cabeza con molestia al ver al enano que me faltaba por conocer del universo 11. 

—Yo soy Cunshi, del universo 11, y no pienso permitir que unas escorias como ustedes se atrevan a derrotar a uno de mis camaradas.— Lo ví tirar de sus hilos para atraer a Dyspo hasta donde se encontraba.

—¡¿A quién llamas escoria maldito enano horrendo?!— Me aparté de Hit dispuesta a ir hacia ese sujeto para usarlo como saco de boxeo. —¡¡Ven aquí y dímelo a la cara si te crees tan valiente!!

—Que mujer tan vulgar, es despreciable que alguien como tú sea hija de un dios... aunque es normal siendo que eres mitad mortal.

—Yo lo mato...— Apreté la mandíbula con fuerza antes de respirar hondo y relajarme para luego sonreír con burla. —Dices que mi forma de ser es despreciable y vulgar... ¿Y qué hay de ti? Creí que los soldados de las Tropas del Orgullo no eran groseros con una mujer, sea cual sea su actitud y forma de ser... ¿Estás seguro que el despreciable aquí soy yo y no tú?

—¿Qué? ¿Qué estás insinuando?

—Nada, simplemente digo lo que pienso... ¿No estás faltando al código de las tropas al ser grosero conmigo cuando yo simplemente vine a ayudar a mi pareja y él me protegió de tu compañero? Quien por cierto, intentó atacarnos cuando estábamos hablando, lo cual es muy grosero.— Fingí decepción mientras me abrazaba a mi misma y bajaba mis orejas aparentando vulnerabilidad. —Y pensar que Toppo me dió una falsa imagen sobre las Tropas... me siento tan decepcionada al haber sido engañada de esta manera... 

La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now