Capítulo Cuarenta

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Narrador

—No puede ser... esto no puede ser verdad.

—No, ni Goku ni Emiko han aparecido con nosotros, significa que no han perdido.

—Pero no puedo sentir el ki de ninguno sobre la arena...

—Ambos fueron golpeados muy de cerca por una enorme explosión de energía, seguramente ambos se desvanecieron...

—¿Desvanecieron? ¡Entonces Jiren será descalificado por matarlos a ambos!— Champa se levantó de su lugar señalando al susodicho con bastante molestia antes de ser interrumpido por Vados.

—Lo dudo mucho señor, ambos recibieron el ataque que el universo 7 creo y que ellos estuvieron alimentando con su energía, lo que significa...

—Así es, a pesar de lo ocurrido, ambos se aniquilaron a si mismos... lo que significa, autoaniquilación... Jiren del universo 11 no recibirá una sanción.

—¡Eso no es justo!— Champa se sentó en su lugar tirando de sus orejas hacia abajo mientras apretaba su mandíbula con frustración. —Mi sobrina... mi pequeña y querida Emiko... asesinada por ese infeliz del universo 11...

Bills no se encontraba en una situación tan diferente que su hermano, él permanecía de pie y con la cabeza gacha teniendo sus puños apretados con fuerza, no iba a aceptar que su hija y Goku habían llegado a ese final.

No... Emiko no pudo morir... no por algo como eso...— La deidad llevó una mano una mano a su cara intentando aguantar sus ganas de llorar de la rabia. —No puedo aceptarlo... ¿Realmente es el final de ustedes Emiko, Son Goku?

Ambos Zen estaban a punto de marcar como eliminados al saiyajin y a la castaña, pero justo en ese momento, la arena y todo el mundo de la nada comenzó a temblar con fuerza causando algo de confusión entre los presentes, Bills levantó su cabeza de manera rápida para mirar el centro del gigantesco cráter causado por la genkidama.

—Vaya, señor Bills, ¿tiene alguna observación sobre esto?— La deidad respiró hondo antes de mirar la arena de manera seria.

—Aquí vienen.— En ese momento se formó un gigantesco pilar de luz blanca y negra en el centro del cráter durante varios segundos antes de que se dispersara y dejara a la vista a ambos peleadores de pie, Goku era envuelto por un aura plateada mientras que Emiko estaba envuelta con un aura negra con pequeños destellos blancos.

—¿Qué clase de transformación es esa? Nunca vi que Emiko siquiera se transformara a la hora de pelear... ni siquiera para demostrar su nivel de pelea.

—Ambos tienen un ki en otro nivel, incluso irradian mucho calor pese a la distancia que hay entre nosotros.

—Bueno, ahora solo nos queda esperar y ver ya que nunca habia visto esa transformación en ningúno de los dos, y eso que soy el maestro de Emiko desde que es una niña.— Wiss observó atentamente a la chica, sus pupilas habían dejado de ser negras para tomar el color dorado de sus cuencas mientras que estas ahora eran totalmente negras, lo mismo ocurría con su cabello castaño, el se habia tornado negro con unos cuantos mechones de color castaño. —Me pregunto... que nivel habrán conseguido ambos.

—Emiko... yo me encargo de Jiren.

—Es todo tuyo...— Ambos se miraron de reojo antes de que Goku diera un paso hacia el frente antes de aparecer en una décima de segundo sobre Jiren, quien habia esquivado la patada del saiyajin antes de que comenzaran una pequeña pelea hasta regresar donde estaba la chica.

—Debieron haberse rendido cuando pudieron Son Goku, Emiko... ambos ya habían sido derrotados.— Toppo y Dyspo se lanzaron contra el saiyajin para atacarlo al mismo tiempo, aunque no esperaban que en menos de un parpadeo ambos fueran detenidos con bastante sencillez por la chica, quien estaba frente a su amigo para evitar que se interpusieran.

La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now