Capítulo Cuarenta y Dos

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Narra Kamiko

—¿Qué ocurre Kefla? ¿Ya agotaste tus reservas de energía? Que aburrida...— Sonreí de lado mientras cruzaba mis brazos detrás de mi cabeza y veía con cierta burla a la pequeña fusión frente a mí. —Venga, ¿no se supone que eres la fusión de dos orgullosas saiyajins? Si Vegetta estuviera cerca seguro te estaría regañando por rendirte tan fácil.

—Cállate... no pienso perder... ¡Contra alguien como tú!— Ella se lanzó contra mí bastante furiosa, aunque simplemente sonreí desviando su puño para luego sujetar su tobillo y así comenzar a darle varias vueltas en el aire antes de estamparla contra el suelo un par de veces.

—Eres graciosa, creyendo que puedes ganarme con ese nivel de pelea... debo admitir que me ponía los pelos de punta el ki de Kell sin la fusión, pero ahora que soy Kamiko pues... ya no tanto realmente jejeje.

—¡Dije que te callaras!— Ella apuntó su mano a mi cara antes de dispararme varias esferas de ki, lo que causó que soltara su tobillo para apartarme de ella mientras me limpiaba la cara con ambas manos.

—Ugh, eres una tramposa, ¡estaba distraída!

—No me culpes por que seas una charlatana sin cerebro.

—¿Sabes que? Me agradabas hace un momento... pero solo estamos perdiendo el tiempo al seguir esta pelea sin sentido... no comprendo cómo es que Goku puede emocionarse con un par de mocosas como ustedes...

—¡¿Qué dijiste?!

—Simplemente dije la verdad.— Comencé a caminar hacia ellas mientras me cruzaba de brazos. —Esperaba más de ti Kefla, pero solo eres una sabandija más del montón... y lo lamento mucho por los del universo 6, especialmente Hit y Champa... pero tanto Emiko como Goku tienen un objetivo, y tú estás en el camino.

Extendí mi mano hacia su cara para luego golpearla en la frente con mis dedos, lo que la lanzó bastante lejos cerca del borde, lo que aproveché para teletransportarme detrás de ella para sujetarle el cabello con fuerza.

—Sé que está prohibido volar... ¿Pero qué tal si te ayudo a hacerlo para que vuelvas a las gradas?— Sonreí de manera malvada dando un par de vueltas en mi lugar antes de lanzarla hacia las gradas, no sin antes romper sus aretes. —Dos menos...

—¡¡Muy bien hecho Kamiko!!— Levanté mi cabeza para ver a las gradas donde el señor Bills estaba de pie sonriendo en mi dirección. —¡No podía esperar menos de la fusión de mi hija y uno de mis mejores guerreros!

—Hay señor Bills, me avergüenza.— Llevé una mano a mi nuca para comenzar a rascarla mientras me reía apenada. —Oh cierto, creo que ya es momento de que me separe...— Llevé mis manos a mis orejas para retirar los aretes mientras sonreía levemente. —Fue bueno... haber estado de esta forma por un rato...

 haber estado de esta forma por un rato

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La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now