Capítulo Veinticuatro

915 90 4
                                    

Narra Emiko

—¿Tienes todo lo necesario para ir Emiko?

—Sí Wiss, aunque creo que voy a tener que actuar rápido antes que ellos noten mi presencia y traten de ir los dos contra mi.

—Emiko, recuerda que eres una futura Hakashin, obviamente estás por encima de esos dos.— Miré a papá antes de sonreír levemente. —Cuando lleguen ahí, tienes que eliminar a esos dos antes de que puedan siquiera pensar que ha ocurrido, ¿entendido?

—Sí papá, me encargaré de ambos lo más rápido que pueda para volver pronto.— Acomode mi cabello un poco antes de mirar de reojo a Zamas. —¿No dirás nada?

—¿Qué quieres que diga?

—No lo sé, preocupate un poco por tu unica amiga, ¿no?

—¿Cómo que única amiga?

—Obviamente no eres alguien de muchos amigos, tu grupo es muy reducido... tanto que solo tiene un integrante, que soy yo.— Le saqué la lengua de manera burlona consiguiendo que frunciera su ceño.

—No te creas tan importante.

—Ja, tu y yo sabemos que soy más importante para ti de lo que quieres admitir.— Crucé mis brazos detrás de mi cabeza sonriendo ampliamente. —Admite que me tienes cariño Zamas.

—En tus sueños.— Lo vi cruzarse de brazos antes de mirar hacia otro lado de manera desinteresada.

—En mis sueños tú realmente admites que soy tu única amiga y que te preocupas por mi.— Me encogí de hombros antes de caminar hacia la máquina del tiempo. —En fin, será mejor irnos.

—Emiko, ¿sabes que una forma de terminar con todo sin tener que ir al futuro es eliminando a Zamas de una vez?

—Ni se te ocurra papá, estoy consiguiendo buenos avances con él, por lo que tienes rotundamente prohibido ponerle un dedo encima o le diré a Zeno sama.— Miré por encima de mi hombro a papá de manera seria. —Cuando regrese... quiero ver que Zamas esté totalmente intacto.

—Bien, no le haré nada... solo era un comentario.— Rodé los ojos mientras negaba con una sonrisa pequeña. —Ustedes... más les vale cuidar de mi hija, porque si algo le llega a ocurrir... los eliminaré cuando regresen.

—Papá, ya cállate por favor.— Suspiré por lo bajo antes de subirme a la máquina.

—Toma Emiko, con esto podrás manejar la máquina del tiempo de regreso.— Bulma me lanzó una pequeña libreta por lo que la atrapé con algo de torpeza. —Iría con ustedes pero...

—No creo que entremos cinco personas adultas aquí...— Sonreí nerviosa antes de que Goku, Vegeta y Trunks se subieran también, terminando yo encima de los hombros de este último antes de cerrar la máquina. —En estos momentos... me gustaría tener la habilidad de reducir o aumentar mi tamaño...— Bajé mis orejas lo más que pude al sentir el cristal aplastarlas un poco mientras la máquina era encendida para luego comenzar el viaje al futuro. —Agradezco traer un short debajo de mi falda...

—Uhg...

—Ni se te ocurra vomitar Goku.— Miré de manera amenazante al susodicho cuando comenzó a marearse. —Santos cielos...— Suspiré por lo bajo antes de mirar fascinada el gusano temporal por el que viajabamos. —Esto es asombroso...

—Ya estamos a punto de llegar.— Apoyé mis manos en el cristal cuando llegamos por fin al tiempo de Trunks.

Todo está totalmente destruido... creí que podría haber cambiado el futuro al hacer cambiar a Zamas pero... tal parece que no funciona cuando se tratan de mundos paralelos en diferentes épocas.— Torcí levemente mi boca al ver toda la ciudad destruida al igual que la corporación cápsula, cuando Trunks terminó de aterrizar la máquina y abrió esta no pude evitar estirar mis brazos al sentir más espacio que antes. —Cuidado Goku.— Intenté sujetar el Gi de Goku para que no se cayera pero fue inevitable ya que se fue de espaldas al suelo.

La hija del dios destructor.Where stories live. Discover now