Antojos

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Miraba por la ventana de su habitación rogándole al cielo oscuro y tenebroso que la tormenta sea piadosa con su alma, pero mas aun, que sea considerada con su amada. Aun si el caso se diera no habían señales de que los truenos y relámpagos se apacigüen pronto, además de que la tarea es en si difícil considerando la hora de la noche.

“Anne ¿Dónde estas?” dijo en un suspiro triste que empaña el cristal de la ventana. Ha esperado demasiado y ya no encuentra consuelo en las actividades cotidianas.

Ella aparta la mirada un momento y la agacha desconsolada, pero encuentra alegría en tocar su vientre que provoca que sus labios dibujen una sonrisa. Allí el fruto de un amor puro se desarrolla armoniosamente, no hay que temer, Anne es una chica valiente que jamás le ha dejado plantada.

“volvamos a la cama” se dijo y alejó de la ventana despacio por si en un instante pueda ver alguna señal “vamos ya llagaran”

Las luces permanecen encendidas mientras ella yace acostada en su cama, mientras, piensa en su consola y en lo divertido que seria lograr volver a aquellos tiempos simples en donde su mundo no era el verdadero. Pero que ha tenido desde entonces, realmente agradece por la vida que le tocó, no dudaría jamás del destino que la puso allí.

Solo a veces se distrae de sus deberes como esposa y como amante, siempre manteniendo en su cabeza a sus amores. Anne jamás se atrevería a señalarla, ni aun cuando sabe que hay cosas que no le gusta que le hagan.

“uf madre mía que frio” alguien dice y entra sin consideración en la habitación “oh Marcy, ¿aun sigues despierta? Mira la hora ya es muy tarde” una chica avanza hasta ella dejando atrás un poco de agua que salta de su cabello que trata de secar con una toalla

Marcy la mira avanzar despreocupada y una sonrisa crece al tenerla cerca, sus latidos aumentan agradecidos. Un susurro cariñoso la envía otra vez al mundo real, su Anne encantadora se disculpa por la demora y en sus ojos hay un brillo particular, no necesita hablar para decirle que la ama.

“Anne ¿fue difícil?” dice Marcy sin molestarse en levantarse de la cama. La morena le sonríe y levanta en su mano derecha una bolsa con algo dentro.

“tus antojos si que son raros” ella dice y se acerca para darle lo que su amada desea luego un beso le regala cariñoso y apresurado “fue muy fácil mi amor… bueno, luego de andar por tres tiendas diferentes logré encontrar el helado de limón”

Fue muy grato de su parte traer el encargo que Marcy solicitó hace ya dos horas, realmente pensaba que Anne había sido secuestrada o que había vuelto a anfibia para cosechar limones ella misma. Sim embargo como los antojos las cosas son un poco impredecibles, pero que mas da si tenerla cerca es todo lo que Marcy necesita.

“gracias” dice Marcy y estira los brazos hacia Anne llamándola a su lado

Anne sonríe por el gesto infantil pero no le niega el privilegio, solo un segundo se cerciora de que este lo suficientemente seca para caer a los brazos de Marcy. Ambas ruedan en la cama sosteniéndose con fuerza, sus labios se encuentran y comparten una danza dulce y lenta.

“¿no vas a comer?” dice luego de separarse de aquel beso y viendo que la chica ha ignorado la bolsa con el tarro de helado que tanto había pedido “se puede llegar a derretir si no te das prisa”

A veces ni siquiera ella sabe realmente como es que funciona todo eso, aquello es nuevo para ambas y en cierta manera ha logrado asustarlas. Pero ante todo lo malo se tendrán y lucharan por el bienestar de su amor, el fruto de una noche de pasión, la alegría hecha persona que llegara a sus vidas y llenará de risas y de llantos.

“después” Anne se encoge de hombros y salta a los brazos de Marcy otra vez para ser recibida en un fuerte apretón y un beso sobre sus labios “ahora se me antoja un poco de ti Anne”

¡Feliz Navidad Anne!Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt