Susurros 8

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Tarde en la noche daba vueltas en la cama sin lograr conciliar el sueño, perdido aquel aliento sereno que daba un soplo de tranquilidad. En su mente hay destrucción y sobre su frente sólo corre el sudor.

"que calor" Se queja la morena ya pateando las colchas que caen al piso y quitandose una prenda mas de vestir quedando ya en solo ropa interior.

Una ola repentina es bastante curiosa siendo a veces sus pesadillas tan frías, tal vez extraño el recuerdo atormentado de manos huesudas que tratan de llevarsela a algún lado. Poco cabe en su cabeza la idea de una sensación fresca en la realidad, dejando un poco atras una pisca de desencia que aun le quedan.

"¡Maldición necesito refrescarme y mi mamá me ha proibido usar el ac!" refunfuño molesta con la repentina idea de economizar un poco.

Un helado a esa hora era impensable y que si su madre la atrapaba sería mas insoportable que el propio calor, ya sin mas opción se levantó de la cama y a medias oscura puso su atención a la ventana. Curiosamente la ventana eataba avierta y afuera no se sentia tan caluroso, Anne lo pudo notar asomando la cabeza un poco.

"oh si que agradable brisa" dijo dejando que el aire fresquito acaricie sus mejillas

Era como una broma tonta de alguien pervertido, si se lo planteaba casi podria decir que la estaban probando, o que alguien tiene fetiches raros sobre chicas sudorosas en ropa interior. Pero eso es adsurdo siendo la oscuridad su manto y la habitación su refugio protector.

"..." Anne sintió un cambio repentido, como una helada corriente se aferra a su cuerpo poniendola a temblar "porque hace frío de pronto" dijo y froto sus manos viendo como tan fácil lograba ver su aliento.

Y si embargo su cuerpo se paralizó, en un segundo frias manos vijaron por sus hombros y descanzaron sobre sus pechos. La fría sensación dolía pero un susurro sereno en su oído derecho calmó los latidos de su corazon.

"Anne..." esa voz, gloriosa como canto angelical que invita a cerrar los ojos y dejarse llevar

Pero ella resistió mas aunque lo intentara sus cuerpo no le obedeció, temerosa de sí fue cuando sus ojos se toparon con algo extraño. Ella dejó de luchar, sintiendo como las frias manos se alejaban dejando un silencio aterrador.

En la calle allá donde veia, iba una doncella de cabello dorado, su vestido blanco parecia resplandecer pero sus ondas serenas eran ignoticas, su andar era tan ligero casi parecia flotar suavemente. Ella iba perdida, parecia, pero Anne no lo sabía que a ese momento su corazón volvió a latir.

"te encontré"

¡Feliz Navidad Anne!Where stories live. Discover now