Nela Schrödez tiene un billete de ida, pero no tiene uno de vuelta.
Adaptarse a un nuevo país nunca es fácil y menos cuando se acaba de perder lo más valioso que una persona tiene, pero es más complicado cuando se descubre que nada es lo que parece...
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Capítulo dedicado a DaniSarmi1. Muchas gracias por el apoyo, por comentar y por votar. Espero que este capítulo te guste muchísimo💞
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Siebzehn: Eres un ángel.
Friedrich deja caer su cuerpo hacia el suelo cuando Hermann se separa de él y se queda mirando a la nada, a un punto fijo.
Era un hombre derrotado.
—¿Queréis venir conmigo? —Me pregunta con suavidad el tatuado.
—No. —Se niega en rotundo el de Frankfurt—. Necesito tiempo.
—¿Cómo habéis venido?
—En mi coche.
—Déjame las llaves y que los guardaespaldas te lleven, Thomas que se vaya con Hugo. Deja a Massimo con nosotros, es lo suficientemente inteligente como para resguardarnos si nos pasa algo, pero también para no meterse donde no le llaman si está trabajando.
Me siento bien organizando y dando órdenes, no de forma autoritaria, pero sí intentando lo que creo que es mejor para todos nosotros.
—No puede conducir en este estado, españolita. —No hay ninguna señal del Hermann gracioso que acostumbrábamos a ver, era una persona preocupada por la integridad de su amigo.
—No voy a dejar que conduzca, pero quiero que pueda desahogarse en algún lugar sin que le interrumpan; quiero que, si necesita llorar, pueda hacerlo y desde luego necesito que si le dicen cualquier mierda sea racional y que no responda con violencia. Cuando nos vayamos, le pediremos a otros guardaespaldas que se lleve tu coche.
No iba a permitir que Narciso tomara las riendas de un coche. Ya había perdido a mi madre en una carretera y mi novio no sería el siguiente.
Se queda pensativo, pero lo ve una opción viable y acepta sin dudarlo. Ni siquiera tiene alguna ocurrencia acerca de su coche ni tampoco se atreve a pedirme que lo mantenga en perfecto estado.
—¿Quieres que te ayude a sacarlo de aquí? —Mira por encima de mi hombro.
—No va a dejar que nadie le vea así, no va a permitir que os preocupéis.
—Maldito narcisista de masculinidad frágil —Suelta Hermann sintiéndose derrotado—. Massimo estará vigilando la puerta hasta que os decidáis a salir, no estáis solos.
—Gracias por cuidar de él y por preocuparos. —Bajo el tono para que Friedrich no consiga escucharme—. Él tiene la suerte de teneros, su hermana está sola y he visto cómo se droga, Hermann, ¿sabes si podéis localizarla y echarle un ojo? Me da miedo cómo pueda reaccionar cuando sea consciente de lo que ha ocurrido.
Asiente y comprende que tengo razón.
Porque sí, Friedrich está sufriendo y me parte ver cómo el hombre del que estoy enamorada se está terminando de romper; no obstante, no puedo dejar de sentir empatía por Sonja.
