Siebzehn: Las vidas de un gato.

27.3K 1.8K 875
                                    

Capítulo dedicado a ElBastondeMagnito, gracias por tantísimo apoyo, por vivir la novela con tanta pasión, votar y apoyar de principio a fin

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Capítulo dedicado a ElBastondeMagnito, gracias por tantísimo apoyo, por vivir la novela con tanta pasión, votar y apoyar de principio a fin. Ojalá algún día poder demostrarte todo lo agradecida que estoy por tener a una lectora como tú. Y, sin duda, este capítulo tiene que ser tuyo porque entre abogados del diablo os entendéis.

 Y, sin duda, este capítulo tiene que ser tuyo porque entre abogados del diablo os entendéis

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Siebzehn: Las vidas de un gato.

Deseaba ver la cara de Narciso y Thomas cuando intentaran venir y no pudieran entrar, me daba exactamente igual cómo se pusiera Jhon o cualquier cosa.

Se lo merecían, ambos. Hugo Müller y Herman me daban más igual, no se les había perdido nada en esta habitación de hospital. Hugo no era bienvenido porque era un capullo insensible. Pero Herman me era más indiferente.

A primera vista no me parecía mala persona, parecía un armario empotrado y llevaba el cuello tatuado casi al completo, un pendiente en una de las orejas y dos piercings en su cara: uno en una ceja y otro en un labio.

Daba miedo, pero no me parecía mala persona. Me resultaba más tranquilo y respetuoso que los otros tres. No podía afirmar que era bueno, porque no lo conocía apenas y se juntaba con quien se juntaba. Pero se me hacía bastante indiferente.

Estaba esperando a que Jhon, Wolfgang y los Baltßun llegaran con los médicos para evaluar mi pierna. Tenía miedo porque los ejercicios me hacían un poco de daño, pero estaba bien, era lo mejor para mí.

Me alegraba que Candance Baltßun estuviera ahí para agarrar mi mano y permitir que se la apretara cuando dolía mucho y con gritar no era suficiente. Me hubiera gustado que fuera mi tía la que tomara su lugar, pero no podía ser y, que fuera la mejor amiga de mi madre —y también mi madrina—, era todo un honor para mí.

Estaba muy agradecida.

—¡¿Qué coño has hecho?! —Jhon se dirige a mí en español como siempre hacía. No era algo nuevo—. ¿Cómo que has vetado a Thomas? —Entra hecho una furia y cerrando la puerta.

—Jhon, ¿le has cerrado la puerta en las narices a tus acompañantes?

—Sí —Se cruza de brazos y apoya la espalda en una de las paredes—. ¿Por qué has hecho eso?

Narciso (Parte 1 y 2)Where stories live. Discover now