Nela Schrödez tiene un billete de ida, pero no tiene uno de vuelta.
Adaptarse a un nuevo país nunca es fácil y menos cuando se acaba de perder lo más valioso que una persona tiene, pero es más complicado cuando se descubre que nada es lo que parece...
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Capítulo dedicado a La_Caja_De_Pandora. Gracias por unirte a esta historia y gracias por darle la oportunidad de entrar a tu corazón. Mil gracias por tu apoyo, los votos y los comentarios. Gracias por permitir que Nedrich entre en tu vida y sobre todo, gracias por permitirme contar contigo en esta novela.
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Zwei: Un milagro.
17 de febrero, 2020.
Se quita el abrigo y me indica que le dé el mío antes de caminar conmigo hasta la parte más apartada del local.
Me resulta un gesto curioso y creo que su sonrisa delata mi evidente sorpresa ante su actitud caballerosa. Si algo definía la actitud de Friedrich Vögel no era precisamente la de ser un hombre con conductas como esa.
No era algo que me molestara, ni me parecía bien ni mal, nunca había fingido tener ciertas cualidades, no en ese aspecto.
No necesitaba que fuera arrastrando mi silla hacia atrás para demostrarme que me quería.
Lo que yo necesitaba era seguridad de que no se le iría la cabeza a un estado neurótico cuando la situación se complicase. Y tampoco sabía lo que eso significaba.
Y me sentía mal por ser yo misma la que le hubiera dado un análisis psicológico sin tener ni puñetera idea y, por ende, juzgarlo.
En mi defensa tenía que decir que alegar que quien nunca hubiera pecado de creerse juez y conocedor de toda la verdad, que lanzara la primera piedra.
—Me gusta tu jersey —Posa una mano en la parte baja de mi espalda y me guía hacia el fondo del bar—. Te hace buenas tetas.
Río ante su comentario con cierta timidez.
—¿Qué tetas? —cuestiono ignorando el calor de mis mejillas—, si yo de eso no tengo.
¿Cómo era capaz de hacer como si nada hubiera pasado? ¿Y cómo era capaz de conseguir llevarme a su terreno y que me hiciera sentir tan cómoda a su lado?
