Siebenunddreißig: Sálvese quien pueda.

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Capítulo dedicado a _alexxa

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Capítulo dedicado a _alexxa. Muchísimas gracias por comentar y dar tu opinión acerca de esta historia, mil gracias por vivirla con los personajes y por mostrar tu cariño. ¡Espero que te guste este capítulo!

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Siebenunddreißig: Sálvese quien pueda.

24 de junio, 2020.

Mis ojos están algo humedecidos, por no decir que estoy en-la-mierda-mientras-sorbo-y-hago-ese-horrible-sonido-cuando-lo-único-que-tienes-para-tragar-son-tus-propias-lágrimas-y-mocos mientras observo a mi tía en videollamada casi en la misma situación.

Ella oculta mejor que nadie cómo se siente. Si bien es cierto que no niega sus sentimientos o su estado anímico, cualquier persona que no la conociera creería que todos sus gestos faciales y su forma de expresarse es un acto mecanizado, como si fuera un robot cuyo discurso carece de emoción, como si fuera la frialdad que mantiene a los polos congelados.

Es todo un mecanismo de defensa que sólo conviviendo con ella puedes detectar.

—¿La echas de menos todo el tiempo? —Consigo decir entre titubeos y mi corazón desgarrándose.

Con mi tía siempre tendré una conexión especial puesto que, nunca he temido a ser malinterpretada por ella o a no saber explicarme. Es cierto que, muchísimas veces he cometido errores garrafales, pero Isabel ha sabido comprenderme en su mayoría.

—Cada maldito segundo desde que se fue —confiesa en un momento de debilidad—. Y al mismo tiempo, agradezco al de arriba porque tú sigas respirando.

Me muerdo el labio inferior y sin poder evitarlo, me desahogo.

—A veces me gustaría ser yo la que no estuviera y fuera mamá la que se hubiera salvado.

—Nelita, no te sientas culpable por haberla llamado cuando querías volver a casa...

—Es inevitable no hacerlo, tía, pero si hubiera sido en otro momento, sé que seguiría teniendo momentos en los que me cambiaría por ella.

—Lo sé y a mí me encantaría cambiarme por ambas, eso no nos hace ni mejores ni peores, nos hace ser dignas del amor que Carmen nos dio porque hubiéramos estado dispuestas a todo por ella.

—Ella siempre nos dio todo y más.

—Sí —concuerda—, tu madre tenía esa obsesión por controlar todo lo que hubiera a su alrededor, necesitaba guardar en cajitas de cristal a la gente que más quería y, a veces, nos convirtió en ignorantes de lo que sucedía a nuestro alrededor. Yo misma tengo un millón de preguntas sin resolver porque no me cuadran muchísimas acciones que viví a vuestro lado.

—¿Nunca se las preguntaste?

—No, sabes que no soy una persona entrometida y que no soporto que me interroguen, así que, aplico la misma sintonía con la gente que me rodea. No siempre me ha funcionado, claro, pero Carmen era más lista que nah y usaba la técnica de devolverme preguntas, así que nos quedábamos en un pause continuo, la verdad.

Narciso (Parte 1 y 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora