Diferente.

280 35 6
                                    

[Zero]
Al fin es mi día de descanso, después de una semana larga de trabajo duro y ejercicio que me tiene molido es el día de tomar un respiro, me siento bien a pesar de todo, al no estar yendo a la escuela suelo tener un poco más de tiempo para dormir. Ya que me siento un tanto más libre podría aprovechar en hacer algunas cosas, de normal no salía ni socializaba, puede que no tenga amigos, pero podría conseguir alguno al salir, aunque... realmente no sé cómo funciona, solo tendré que probar suerte para poder tener algún tipo de amistad con alguien, si no puedo tener un amigo mucho menos podré tener pareja algún día.

Camino sin rumbo fijo en la ciudad, hay tantas cosas por ver que no sé dónde empezar. Sólo voy entre las calles, sin esperarlo en lo absoluto me encuentro con mi jefe, se detiene a mirarme detenidamente:
— Hola, ¿ya estás perdiendo tu tiempo con cosas de jóvenes?

No le parece importar en nada meterse en mi vida personal con sus preguntas:
— En realidad solo quería dar un pequeño paseo, no creo que tenga algo de malo tomar aire de vez en cuando.
— Bueno, tu trabajo de esta semana fue bueno, creo que te lo mereces, espero que la libertad no corrompa tus comportamientos, como jefe y padre debo mantener todo bajo control, en fin, nos vemos el lunes.

También me despido, pobre de aquel que sea hijo de ese hombre, me imagino que debe de estar en constante presión y estrés, pero eso no es algo en lo que deba de meterme. Sigo con mi camino, tras avanzar unas cuantas cuadras me encuentro con Bastián, parece que mi día no saldrá de la rutina de ver a los lobos.

Cuando me mira se acerca a mí, no parece estar acompañado:
— Gusto en verte, ¿cómo te sientes con tus rutinas de ejercicio?
— Siendo honesto aún duele un poco, trato de adaptarme.
— Entiendo, toma tu tiempo para todo, sé constante en lo que haces, por cierto, estaba buscando un par de cosas para mi novia, ¿me acompañarías?

Estoy dudoso de ello, ¿por qué tendría que acompañarlo? Supongo que podría ser un gesto de agradecimiento pro su ayuda:
— De acuerdo, si puedo ayudar en algo estaré disponible.

Me da una palmada en el hombro, sus manos son grandes, pero trato de contener que me ha dolido un poco:
— Gracias por aceptar, me gustaría saber la opinión de alguien más y... Te lastimé, ¿no es cierto?
— N-no, descuida.
— Tu cara me dice lo contrario, una disculpa, no era mi intención hacerte daño, se me olvidó que te dolía.
— No pasa nada, solo vayamos a buscar lo que tienes que conseguir.

Me siento un poco extraño, él es alguien mayor que yo, pero aún así me ha tratado a su igual durante la semana, incluso ahora no le parece para nada extraño que estemos juntos para ver algo de su novia, se nota que es buena persona, es totalmente diferente a mi jefe, él es un dolor de cabeza, bueno, ya no debo de pensar en el viejo lobo amargado.

Entramos a una tienda que es exclusiva de ropa femenina así como algunos accesorios, tal vez la quiera sorprender con algún detalle:
— ¿Buscas algo en especial? Si me dices podría ayudarte a encontrar lo que buscas.

Mira a todos lados:
— Podrá parecerte difícil de creer, pero no tengo una idea clara, no conozco muy bien a mi novia y estamos planeando una boda, a veces... no sé qué pensar de esto.

Eso no lo esperaba:
— ¿Por qué te casarías con alguien que no conoces?
— Cuestiones de poder, me han relacionado tanto con ella desde que solo tenía diez años, el padre de mi novia es el dueño de una empresa, al unirnos digamos que podría tener algunas ventajas de eso, yo realmente no quería, solo fui obligado a hacerlo. He tratado de posponer esa boda tanto como me ha sido posible, pero ya no puedo hacerlo más, ahora estoy tratando de al menos hacerla feliz si es que nunca podré serlo por mi cuenta.

Tomo su mano, cerca del lugar hay un lugar para sentarnos y nos dirijo a ese asiento, se nota sorprendido:
— ¿Por qué me has traído? Se supone que íbamos a ver cosas que...
— Perdona por interrumpir, tal vez no pueda darte el mejor consejo, no sé nada del amor, y puede que me veas como un niño todavía al a penas tener los dieciocho años, pero tengo que decirte esto. Pareces ser alguien exitoso, no creo que tengas la necesidad de ese tipo de arreglo, eres una gran persona, nadie debería elegir del destino de alguien más, ni aún yo en mi posición sería capaz de estar con alguien por ese tipo de interés.

Toma curiosidad en lo último dicho:
— ¿En tu posición? ¿A qué te refieres exactamente?

Me pongo serio, no creí que fuera a decirme más sobre mí que las platicado casuales del gimnasio:
— Bueno, solo otra resumir... mis padres murieron hace años, sobrevivo por cuenta propia, el trabajo tormentoso del que te hablo entre nuestros ejercicios solo lo tengo para tener la oportunidad de estudiar en la próxima convocatoria de inscripciones.

Baja sus orejas y sonríe levemente de manera forzada:
— Creí que solo yo tenía problemas de ese tipo. Estoy comprometido con alguien que no amo, mi madre murió cuando era un niño debido a una enfermedad que no pudo detectar a tiempo, y mi padre... siempre tan rígido, tratando de controlar mi vida cada que tiene la oportunidad, pero al menos lo tengo a él, tú estás solo y aún así sigues adelante. No me importa que seas menor que yo, te miro como lo que eres, una persona valiosa, como todos deberíamos de ser en este mundo, así como libres, es por eso que trato de ser amable con los demás o ayudar cuanto pueda, quisiera darles la ayuda que me gustaría recibir, otorgarles un poco de la libertad que no tengo. Muchos podrían creer que sería un amargado por la forma en que crecí con mi padre, pero tal vez solo crecí siendo más como mi madre a pesar que ella ya no está aquí.

Lo abrazo por impulso, trato de consolarlo:
— Estoy seguro que estaría orgullosa de ti, también querría verte feliz sin importar nada, eres libre de elegir, no tienes porqué depender de alguien.
— Creo que tienes razón, gracias, necesitaba esto, pero ahora no puedo hacer mucho al respecto, a estas alturas es difícil deshacer lo que se ha construido, ojalá te hubiera conocido antes, pero antes solo eres un cachorro.

De pronto pasa una señora cocodrilo que nos ve juntos estando un poco alterada mira a Bastián:
— ¿No le da vergüenza? Abusar de un pequeño niño, debería llamar a la policía para denunciar abuso a menores.

Me pongo de pie para hacerle frente a la señora:
— Primero, soy un adulto, sé que por mi estatura y confección delgada no lo parezco, pero lo soy. Segundo, no está abusando de mí, yo lo estaba abrazando. Tercero, no debería de meterse de manera deliberada en la vida de los demás, así que no moleste a mi amigo.
— Eres muy maleducado, yo que solo quería ayudarte.

Se retira indignada de lo que sucedió, al mirar atrás, Bastián tiene una sonrisa:
— No eres lo que se dice común, ¿verdad? Eres alguien demasiado maduro para tu edad, también tienes determinación, aunque un poco hostil, pero nada grave. ¿Sabes? Me alegro de haberte conocido, me agradas, tal vez deberíamos salir algún día como los amigos que somos, ¿qué te parece? Podría hacer lo que sea que quieras, yo no sé mucho de lo que te pueda gustar, y tampoco es que tenga grandes ideas, así que te dejaría escoger.

¿En serio? Pasar un momento juntos, suena muy bien... espera un segundo, ¿somos amigos? Así que... ¡Lo logré, tengo un amigo! Es una amistad poco común, pero por mí no hay problema si es que tampoco lo tiene:
— D-de acuerdo, cuando estés disponible, más bien, cuando ambos lo estemos podríamos salir, te advierto que tampoco soy bueno con ideas para hacer algo, nunca había tenido un amigo, así que podremos descubrirlo juntos.
— Me parece bien, ahora debemos de enfocarnos por lo que vinimos, no tengo mucho tiempo que perder, aunque no me arrepiento del espacio que tuvimos, fue lo mejor que me ha pasado en un tiempo.

Es triste saber que también afronta una dura realidad, pero como amigos estaremos juntos para apoyarnos.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Where stories live. Discover now