Confianza.

139 19 3
                                    

[Zero]
Después de hablar con el señor Isaac me dirijo al gimnasio en el que se encuentra Bastián, trato de entrar, pero soy detenido por el toro del mostrador:
— No tan rápido, amiguito, ¿a dónde vas con tanta prisa?
— Lo siento, fue la emoción, estaba buscando a Bastián Arvizo.
— Ah, ya te recuerdo, dejaste de venir, fue una pena que no te haya gustado el lugar.
— No fue eso, solo fueron situaciones que no me lo permitieron, en realidad es un gran lugar.
— Gracias por eso, espero que todo mejore, bueno, acompáñame, te llevo con él.

Caminamos por el gimnasio, llegamos a estar detrás de Bastián, está realizando un levantamiento de pesas no me atrevo a interrumpir, pero el toro da un ligero toque en su hombro:
— Bastián, alguien te busca.
— Vale, solo dame un segundo.

Deja las pesas en su lugar, después da la vuelta estando asombrado, me abalanzo hacia él siendo recibido por sus brazos:
— ¿Qué haces aquí, Zero? Creí que me estarías esperando en casa.
— Tengo noticias que decirte.

Le doy un beso por la emoción, pero al hacerlo siento la mirada de varios del gimnasio hacia nosotros, incluso el toro está sorprendido:
— Vaya, no creí que tú... que ustedes... tengo cosas que hacer, disfruten de su visita, y espero que nadie los moleste.

Mi lobo me da otro beso:
— No te preocupes, supongo que nadie lo esperaba, pero todo está bien, mejor dime la noticia que me querías dar.
— Voy a volver a trabajar con tu padre.

Lejos de estar emocionado parece estar confundido soltando el abrazo:
— ¿No te parece bien?
— Después de lo que te hizo no creo que sea lo mejor, de todos modos, ¿por qué querrías volver a trabajar con él?
— Sé que no parece la mejor idea, pero todo estará bien, ya no quiero tener miedo, puedo hacerlo.

Suspira dando una amplia sonrisa:
— Creo en ti, puedes hacerlo mi perrito, pero si necesitas algo me lo puedes decir, antes de que vayas con él deberías tener un celular nuevo, también podría darte algunas cosas de seguridad, incluso puedo pasar de vez en cuando para asegurar que no te haga nada, y...
— Bastián, tendré todo bajo control, no tienes que preocuparte, gracias porque puedo contar contigo, tu confianza es muy importante para mí.

Se relaja un poco besando mi mejilla:
— Voy a estar para ti, igual quiero asegurar que no sea mucho para ti, ¿no es repentino?
— Créeme que tampoco estaba convencido de lo que hacía, igual todo salió bien.
— Vale, con mi padre de alguna manera te resultaron las cosas, ¿qué hay de Alaia?
— Me da un poco más de miedo, pero no voy a dejar que resuelvas todo por mí.
— Zero, no resuelvo todo por ti, recuerda que estoy a tu lado porque te amo, quiero apoyarte en todo, eres parte de mí.

Un hombre cebra llama nuestra atención haciendo un gesto de asco:
— Puag, que ridículos se ven, deberían ser hombres de verdad y gastar ese "amor" en mujeres.

Un chico gato de pelaje blanco y ojos azules se acerca al hombre cebra:
— ¿Cómo tú? De seguro solo estás aquí porque es la única manera en que puedes llamar la atención, se nota que eres un gran idiota que no tiene algo mejor por hacer.
— ¿A ti quién te habló? Deja de meterte en asuntos que no te importan.
— Lo mismo puedo decir, en vez de trabajar tus músculos trabaja en tu cerebro, idiota.
— Agh, me voy de aquí.

El hombre cebra se distrae en otra cosa mientras el chico gato se acerca a nosotros:
— Lamento que hayan tenido que pasar por eso, no todos son así. Mi nombre es Nilo, me da gusto ver una linda pareja como ustedes.

Esto es extraño, no es que me moleste, pero no es normal que alguien piense eso solo porque sí:
— ¿Por qué piensas eso de nosotros? Quiero decir, gracias, solo no esperaba algo así de otro chico.
— Verán, también me siento atraído hacia los hombres, y para nada tolero a los tipos como el de hace un momento.

Bastián se acerca curioso:
— ¿No tienes miedo a meterte en problemas por eso?
— Tengo que valerme por mí mismo, necesito ser fuerte, por eso estoy aquí, algunas veces también asisto a defensa personal.
— Vaya, eso es impresionante, pero te ves muy delgado, ¿cuánto llevas en esto?
— Gracias, créeme que tengo condición, solo que prefiero agilidad a los músculos.
— Bueno, gracias, amigo.
— No fue nada.

Ese gato parece ser mayor que yo, pero más joven que Bastián:
— ¿Por qué tanta curiosidad en él?
— Nada importante, solo lo había visto de manera ocasional ahora que lo pienso. ¿Quieres ir a casa? Ya iba a terminar.
— Sí, está bien.

[Bastián]
Sonrío casi dejando escapar una pequeña risa, solo me contuve para no molestar a Zero, creo que se puso celoso de Nilo, no tendría razón de estarlo, a penas hemos cruzado un par de palabras. Igual solo voy a los vestidores para tomar una ducha rápida y luego ponerme ropa para estar más cómodo.

Tras solo hacer falta el ponerme la camisa veo a Nilo solo con una toalla en la cintura, debo decir que tiene una buena confección, es delgado, pero sus músculos están remarcados sin exagerar:
— Oh, parece que ya te vas, igual acabo de terminar.
— Sí, tengo que darme prisa, dejé a mi novio esperando.
— Entiendo, puedo notar el gusto por menores que tienes.
— No es eso, es su alma de la que me he enamorado, me parece la persona perfecta, y solo para aclarar tiene dieciocho.
— Pero eres mayor, no me refería a que estuvieras con un menor de edad, ja, ja.
— Oh, era eso, pues tengo veintisiete años.
— Yo recién cumplo los veintitrés, bueno, iré a tomar una ducha, nos veremos después.
— Que te vaya bien.

Pongo mi camisa y pongo mis cosas dentro de la bolsa que utilizo, veo a un jaguar que lo tiene casi contra la pared, me acerco molesto y me detengo cuando escucho a mi perrito:
— Deja de molestar, ya te dije que no quiero estar con nadie más.
— Vamos, siempre he tenido la fantasía de estar con un chico como tú, cara de niño, pero legal.

Ese comentario fue el más idiota que le pudo decir a mi perrito:
— Yo ya salgo con un hombre de verdad, lo amo, y no lo dejaría por nada del mundo. Oh, mira, ya está aquí.

El jaguar se retira, yo tomo la mano de Zero quien hace que me incline para susurrar a mi oído:
— Bastián, date prisa, eso me asustó más de lo que aparenta, gracias por llegar a tiempo.

Froto mi mano en si cabeza besando después su frente:
— Me parece bien, eres muy valiente.

Salimos para subirnos a mi auto, estando de camino no puedo evitar sonreír por Zero:
— Eres más fuerte que yo.
— ¿De qué hablas? Creo que soy muy débil, nada impresionante.
— No te menosprecies de esa manera, a pesar de todos los problemas que te pueden dar sigues dando lo mejor, dejaste los miedos en casa y me diste esa gran noticia, la cual no sé qué tan buena sea, pero confiando en ti estoy seguro que estará bien. Yo no fui capaz de romper mis propios miedos sin ti, puede que no veas lo impresionante que eres, yo sí puedo, cada día me enamoras más.

Siento una mordida en el brazo, eso fue lindo:
— No puedo evitarlo, eres muy dulce conmigo, y eres alguien espectacular. En ti encuentro la fuerza que necesito, estaría perdido sin ti. Bastián, tú...
— ¿Sí?
— ¿Llegarías a enamorarte de alguien más?
— No, no podría, eres mi todo, perrito, no es necesario buscar amor en otro lado cuando a mi lado tengo al hombre que me lo da todo, ¿tú llegarías a enamorarte de otro hombre?
— Jamás, no hay ni habrá alguien que pueda ocupar tu lugar, eres único en mi corazón.

Estoy totalmente seguro de que así es, de la misma manera quiero transmitir esa seguridad a Zero, para que no tenga duda de lo que digo. Las palabras se las puede llevar el viento, más las acciones son las que permanecen.

Paso frente a la casa sin detenerme:
— Eh... Creo que te has pasado hace unas casas.
— No voy a casa todavía.
— ¿A dónde vamos?
— Vamos por un helado, celebremos que estás superando tus miedos.

Eso lo hace feliz, eso es lo que más quiero en la vida, que no pierda su sonrisa

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Where stories live. Discover now