Nuestras almas.

119 19 23
                                    

[Mark]
Me siento tan bien estando al lado de Nilo, aunque debería de preguntar cómo se siente, tal vez aún necesite descansar para sanar su brazo:
— Nilo, ¿te sientes bien? Podemos regresar a nuestras casas cuando gustes, no quisiera meterte en problemas por lo de la herida al estar aquí en el suelo contigo.
— Descuida, solo duele un poco, pero ya no es que necesite estar tan al pendiente como al inicio, eres muy lindo al preguntar y preocuparte por mí.
— Desde luego, eres importante para mí, tengo que saber cómo te sientes, te voy a cuidar con mi vida.

Se pone encima mío empezando a besarme, yo correspondo el beso cerrando los ojos sintiendo sus suaves labios, no puedo evitar sentir el tacto de su suave pelaje, incluso lo bien constituido que está su cuerpo, aunque es delgado sus músculos están definidos lo suficiente para apreciarlos. Lo más importante es poder sentir la paz junto a él, que su amor me permita estar en ese lado de él que nadie más ve, esa esencia que no han sabido apreciar y que para mí es especial que, en conjunto de la luz de las estrellas y la luna, se ve maravilloso.

Sus manos curiosas también tocan mi cuerpo llegando frutar suavemente mi bulto, eso lo hace sonrojar:
— Oh, lo siento, no quisiera molestarte, es decir, no sé si te gusta pues nisiquiera estamos en celo, no quiero hacer algo que te aleje de mí.
— No necesito estar en celo para hacer esto contigo, te amo, me siento bien contigo, no puedo explicar la conexión que siento hacia ti, pero no hace falta justificar nada cuando a tu lado estoy más completo de lo que nunca lo he estado.
— Mark... nunca había sido tratado de esta manera, no tienes idea de cuánto te amo.
— No lo sé, pero me haré la idea.

Nos empezamos a besar de nuevo, nos separamos un poco quitando nuestras caminas haciéndolas a un lado, bajo a través de su cuello con dulzura entre besos y pequeñas lamidas hasta llegar a sus pezones, a ambos les doy atención por momentos produciendo tanto gemidos ahogados como ronroneos, suena tan lindo. Quiero explorar más sobre su verdadero ser, no de lo que fue en su pasado o lo que otros piensan, quiero tener mi propia visión sobre él, una que nadie más podrá ver.

Perdiendo la noción del tiempo entre besos, caricias, y pequeños juegos de nuestros cuerpos hasta que quedamos totalmente desnudos, lo apego más a mí con la intención de abrazarlo mientras lo beso frotando suave nuestros cuerpos, quiero que se sienta protegido a mi lado en cualquier cosa que hagamos.

Meto a mi boca dos de mis dedos para llenarlos de saliva:
— Puedes decirme cuando quieras que me detenga, si algo te duele, ¿de acuerdo?
— S-sí.

Estoy vacilando un poco en su entrada con la yema de mis dedos, eso lo hace aferrarse más a mí, me parece tan adorable. Con cuidado empiezo a introducir mis dedos empezando a besarlo de nuevo, mantenerlo excitado hará que esto sea más fácil. Al besarlo su sonrojo aumenta siendo más notorio por su linda carita blanca como la nieve, de pronto se separa dejando un hilo de saliva entre ambos mientras jadeamos:
— E-espera...
— ¿Te dolió algo?
— S-solo quiero una... mejor posición.
— De acuerdo, puedes guiarme mi lindo minino.

Hace que me recueste, ahora tengo una vista diferente, él está con su rostro en mi duro miembro mientras que yo froto suave sus nalgas con mis manos, al sentir si lengua ahí abajo yo separo sus nalgas para dar lamidas, empieza a cooperar un poco más, puedo empezar a meter mi lengua poco a poco respirando agitado por la gran sensación que tengo con el cuidado que me está dando en el pene.

Nos detenemos un momento, Nilo se acomoda para estar de nuevo en mi pecho:
— Estoy listo, quiero sentir todo de ti.
— Lo haré minino, puedes decirme que pare cuando quieras, si te gusta solo déjate llevar, quiero hacerte tocar las estrellas, llevarte a donde nadie más te ha llevado.
— ¿N-no importa que haya tenido sexo... con otros hombres antes?
— No, ellos tuvieron sexo contigo, yo seré el primero en hacerte el amor.

Hago que sus piernas estén hacia mis hombros, apunto con mi miembro a su entrada, lentamente lo empiezo a introducir, bajo sus gemidos con un dulce beso, él empieza a meter su lengua en mi boca clavando un poco sus garras en mi espalda, me hace gruñir de placer, puedo compartir mi mundo con él, puedo ser yo mismo sin ningún tipo de barrera.

Empiezo a mover mis caderas entrando y saliendo de Nilo, sus lindos gemidos entre nuestro beso es una melodía que llena mi alma, al avanzar cambiamos de posición, ahora mi gatito está en cuatro mientras yo lo tomo por la cintura con mis embestidas cada vez más fuertes, cada ves me pierdo más entre la combinación del placer y el amor.

Siendo más intenso lo masturbo mordiendo con cuidado su cuello, con un gran jadeo alto y gemidos ambos nos venimos, doy varios chorros dentro de él antes de caer rindiendo poniéndolo sobre mi pecho:
— Wow... Mark... eso fue, único.
— Lo sé... nunca me había sentido de esa manera.
— No solo ha sido el placer, pude sentir seguridad, esa gran conexión, aún si he tenido novios... ninguno ha sido como tú, y eso me alegra, de lo contrario no habría tenido el valor de separarme de ellos para poder conocerte.
— Espero no solo cumplir tus expectativas, quiero superarlas.

Nos acercamos para darnos un beso, el cual se ve interrumpido por el sonido de personas cerca:
— ¿Escuchaste eso? Eran sonidos extraños, ¿crees que sea cierto que en el parque se aparece un espíritu para asustar a quienes se acerquen en donde fue asesinado?
— No digas tonterías, debe haber una explicación lógica para esos ruidos, ¿quieres ir a explorar o es que te da miedo?
— Para nada, soy igual o más valiente que tú.

Rayos, olvidé por completo que estábamos en el parque, trato de hablar en voz baja, pero no quita mi desesperación:
— Nilo, ¿dónde pusimos nuestra ropa?

Exaltados nos movemos a todos lados de rodillas:
— Estoy seguro que no pueden estar muy lejos. ¡Las tengo!
— ¿Lo escuchaste? Vino del medio de esos árboles, vamos.

Apurados hacemos nuestra ropa bola poniéndola en nuestra entrepierna para cubrirnos al menos eso, llenos de vergüenza corremos con cuidado de no ser vistos a un baño cercano, nos encerramos en uno de los lugares vacíos para vestirnos por completo.

Siento que el pecho me va a estallar de la impresión:
— Perdona por arruinar nuestra primera vez, olvidé por completo que estábamos en un lugar público.
— Lo lamento, me dejé llevar y creí que nadie pasaba por aquí a estas horas.

Nos miramos luego nos reímos con sonrojos en nuestros rostros:
— Mark, en realidad fue divertido y aterrador correr desnudo de noche para vestirnos aquí.
— Y yo la pasé muy bien contigo, ahí afuera, mis sentidos se perdieron solo en ti, eres el mejor.

Escuchamos un golpe del lugar de al lado:
— Ustedes dos, par de pervertidos, ¿ya terminaron? Hay alguien aquí tratando de hacer sus propios asuntos.
— Lo sentimos.

Nos vamos de nuevo, esta vez caminamos con más calma, pasando por un lado de donde estábamos escuchando a los chicos que se acercaban hace un momento, se logran escuchar:
— John, ¿qué es eso blanco del suelo?
— Será plasma de fantasma.
— Deja de jugar con esas cosas, mejor vamonos de aquí, no me gusta para nada.

Nilo y yo damos pequeñas risas para que no nos puedan escuchar, solo tomo su mano para seguir nuestro camino. Nos vamos a casa de mi minino, es una prioridad para mí saber que ha llegado a salvo, me quedo de pie frente a la puerta de su casa, él me abraza suspirando en mi pecho:
— Fue muy inesperado, pero me la pasé muy bien contigo, te amo, Mark.
— No es algo que me gustaría repetir, pero sin duda fue una experiencia inolvidable... en muchos sentidos.
— No cambiaría nada, eres el mejor novio de la vida.
— Siempre trataré de serlo, pero la verdad es que tú eres el mejor.

Esta vez nos damos el beso que no pudimos antes, tengo una mano en su espalda baja, y otra en su espalda alta, él me toma de los hombros. Es un momento mágico, no me quiero ir, pero es hora de dejarlo descansar:
— Nilo, eres lo mejor que me ha pasado en la vida.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora