Promesa.

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[Bastián]
Regreso muy contento al lado de mi perrito, aunque veo que está algo inquieto:
— Zero, ¿te pasa algo?
— Eh... no lo sé, me siento extraño.
— ¿De qué manera? ¿Podrías decirme qué sientes?
— Podrás decirme que soy muy paranoico o algo así, pero me siento un tanto vigilado, tal vez perseguido.
— Tranquilo, puede que es por que ahora es de noche, pero estoy a tu lado, ya no estarás solo.

Se aferra a mi brazo:
— Cierto, ahora que estás a mi lado no tengo nada de qué preocuparme.
— Por cierto, no creas que se me ha olvidado.
— ¿A qué te refieres?
— Me pediste algo especial antes que me fuera, ¿o es que acaso ya lo olvidaste?
— C-creo que lo recuerdo.
— C'est vrai, ce soir je vais te faire l'amour. (Es verdad, esta noche voy a hacerte el amor).
— Me encanta que lo digas de esa manera.
— Quiero que te dejes el collar, te ves muy tierno.

Con emoción apresuramos nuestros pasos, estando cerca cargo a mi perrito como lo harían los príncipes en un cuento, entro con cuidado a la casa dándole besos en los labios y en el pecho, me quedo mirando esos lindos ojos tan claros como el cielo:
— Je ne me lasse jamais d'admirer ta beauté. (No me canso de admirar tu belleza).
— Me derrites con esa pronunciación.
— Es todo un placer.

Lo llevo a la cama para dejarlo ahí con gentileza, recorro con suavidad cada centímetros de su ser, su pelaje tan sedoso:
— Je t'aime plus que quiconque au monde. (Te amo más que a nadie en el mundo).
— Hazme tuyo, quiero sentir todo tu cariño, tu calor por el que he estado esperando todo este tiempo.

Con una sonrisa empiezo a desnudar su tierno cuerpo, quiero ser suave con él, habrá perdido la costumbre después de estos meses. También me quito la ropa tratando de estar cerca de él todo el tiempo para abrazarlo, acariciar y besar cada espacio de su cuerpo:
— Je veux que tu te sentes bien. (Quiero que te sientas bien.)

Lamo y muerdo con suavidad sus pezones sacando pequeños gemidos de su parte lo que me hace sonreír, ya que ambos estamos desnudos también puedo sentir sus manos de manera directa en mi cuerpo, su tacto es con cariño aferrándose a mí, yo solo mantengo frotando mi cuerpo contra el suyo:
— Bastián, te extrañé... eres muy importante para mí, necesitaba tu calor, te amo con toda el alma.
— Je t'aime aussi mon amour. (También te amo mi amor).

Puedo sentir su pecho latiendo con fuerza, por un momento me detengo sintiendo que somos solo nosotros en el mundo, lo único que puedo escuchar es su corazón sincronizado al mío, nuestras respiraciones muy cerca volviéndose solo una, sentir su piel en la danza del amor, coordinador como si todo el tiempo supiéramos lo que el otro desea en el momento indicado. Cuando su mano para al lado mío no puedo evitar sonreír al ver el anillo en su mano, y llenarme de placer al admirar ese collar negro que lleva en el cuello, me vuelve loco perdiéndome en su mundo, uno donde nadie más puede entrar.

Bajo rozando mis labios desde su cuello hasta su abdomen bajo, las palabras sobran cuando la conexión es fuerte, solo necesito que me dé las señales necesarias que me hacen entender sus anhelos.

Paso mi lengua por su miembro muy lentamente, toma mi cabeza sosteniéndola, pero sin empujarme o jalarme, solo me acaricia con suavidad las orejas dejando sus piernas abiertas para mí por lo que no dudo en responder esa invitación. Bajo un poco más tratando de estimular su entradas, sus piernas se tratan de cerrarse siendo evitado por mi cabeza pues tengo sus piernas en mis hombros.

Continúo introduciendo un poco mi lengua, trato de mirar sus expresiones al separarme lentamente, jadea con la lengua afuera estando extasiado. Me levanto un momento para ir por el lubricante, de manera abundante pongo en mi mano, meto lentamente dos de mis dedos mientras lo beso, me mantengo introduciendo en movimientos suaves para que llegue a una mayor excitación, mientras lo hago él toma mi miembro para masturbarme usando el lubricante, se siente muy bien, se disfruta cuando no solo se enfoca en su placer, pues aún con lo que pueda sentir me da a entender que también quiere poner de su parte.

Al querer separar el beso me toma de los hombros, hace que gire con suavidad, me toma por sorpresa el giro que están dando las cosas, pero igual me agrada. Dejo que me guíe, después de seguir entre besos, caricias y tocar nuestros miembros se aleja lentamente colocándose sobre la punta de mi pene erecto bajando poco a poco, lo sostengo de la cintura para darle apoyo.

Baja poco a poco, me siento increíble de la manera en que desciende, me llena de placer, extrañaba sentirlo incluso de esta manera, aún los pequeños detalles son los que complementan una hermosa relación, aunque para nada podría decir que esto es solo un pequeño detalle pues cada movimiento en el que nos movemos con pasión es tan único y con grandes sensaciones.

Se inclina, yo me acomodo para que me pueda besar a la vez que nos empezamos a mover, yo con suaves movimientos de cadera y él tratando de moverse apretando su entrada de manera tan llena de calor en armonía con el placer de dos personas amándose sin límites:
— Vous êtes la personne la plus spéciale. (Eres la persona más especial).

Tomo su trasero entre mis manos, el pone sus manos en mis mejillas siguiendo los besos entre jadeos y gemidos, siento que cada vez llegamos más lejos, pero solo por un momento es más que un rose físico continúo, es una fusión de nuestras almas pérdidas en la infinidad de este vasto universo, sin importar lo que pueda suceder, no dejaremos de amarnos haciendo que crezca de manera exponencial el amor junto a la pasión.

Me muevo con más rapidez, aunque solo jadeamos uno frente al otro puedo sentir que nuestras lenguas se siguen tocando, llegamos al punto en que ambos nos empezamos a venir, solo meto todo mi miembro llenando el interior de mi perrito mientras que él deja liberar su semilla en mi cuerpo.

Nos abrazamos con la respiración agitada hasta que mi pene sale de él, se mantiene dando jadeos abrazado de mí, yo beso su cabecita:
— ¿Cómo te sentiste?
— Eso, fue increíble, valió la pena la espera de cada segundo, eso hizo que lo deseara más que nunca.
— Qué bueno que te haya gustado, señorito de Arvizo.
— Lo mismo digo, señor de Castillo.

Me encanta cómo suena eso:
— Quisiera casarme pronto contigo, perrito.
— También quiero hacerlo, ¿por qué esperar tanto tiempo?
— ¿Qué quieres decir?
— Me refiero, ¿te gustaría que nos casemos pronto?
— Bueno, esto va a matar a papá de un infarto, pero creo que también estoy listo para eso, quiero decir, vivimos juntos, dormimos en la misma cama, hacemos el amor. Básicamente hacemos todo juntos, no veo la razón por no hacerlo.

Lo mantengo acurrucado dando caricias a lo largo de su espalda, mi perrito da suaves masajes en mi pecho:
— Lobito.
— ¿Sí, perrito?
— ¿En verdad piensas que nunca te vas a aburrir de mí?
— No creo que debas temer a eso, eres el único que ha transformado mi vida. Tanto que de no ser por ti ahora estaría atormentado teniendo una vida al lado de Alaia.
— Puede ser... pero de no ser por mí también te hubieras librado de muchas cosas.
— Pasaría cosas peores solo para estar contigo, y más que meterme en problemas has sido mi salvación, no tienes idea del enorme cambio que representas, te amo mucho, nunca dudes de eso.

[Zero]
Me reconforta saber que significo tanto para mi gran lobo, mi bello sol, mi mundo entero:
— No lo haré, me das motivos para confiar en ti, solo quiero preguntarte algo... ¿qué pensarías... de tener niños?
— ¿Hijos? No es algo que creí que me dirías, pero siendo honesto... era lo único que me iba a tener atado a Alaia.

Eso es un poco confuso:
— Espera, ¿tú y ella...?
— No, de ninguna manera, a lo que me refería es que tener un hijo con ella hubiera sido lo único que me hacía ilusión, tener un pequeño corriendo de un lado a otro, alguien a quien me gustaría mejorarle la vida, darle lo que yo no tuve cuando era solo un cachorro.
— Eso es fantástico, quisiera... adoptar uno.
— Claro, pero esperaremos por ello, eres muy joven aún, tienes muchas cosas que debes de disfrutar antes de tener esa responsabilidad.
— Estoy de acuerdo contigo, me quiero superar día con día para ser digno de estar contigo y formar una familia.
— Es curioso, también siento que debo mejorar para ser digno de ti.
— Eres el mejor.
— También lo eres.

Me quedo en sus brazos con una gran sonrisa, este es el momento que me gustaría capturar por siempre, soy muy feliz como nunca creí que lo sería.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Where stories live. Discover now