Complicaciones.

230 31 2
                                    

[Zero]
Estoy corriendo para llegar al trabajo, esto es lo que pasa cuando quieres solo dormir cinco minutos más, todo por la culpa de ese lobo, de cualquier manera no importa si le regaña el señor Isaac ya que voy a renunciar a su trabajo para volver a mi antigua vida, puede que me cueste más tiempo entrar a la universidad con esto, pero no pienso seguir en problemas solo por cosas que no van a resultar en mi vida.

No tuve tiempo ni de saludar a Mark, llegué directo a la oficina del señor Arvizo, me espera con más seriedad de lo normal:
— Llegaste justo a tiempo, tengo que hablar contigo, toma asiento.

Sin duda su presencia puede ser muy intimidante, me siento en la silla frente a su escritorio, él se levanta deambulando de un lado a otro:
— Como sabes, tenía un pequeño problema familiar, ¿sabes algo al respecto?

No, por favor que no sepa algo al respecto:
— Bueno, por lo que me dijo el día de ayer supongo que...
— Oh, relacionado a ello, pero quisiera saber, ¿sabes algo más? Estoy seguro que lo haces.
— ¿N-no prefiere que le traiga su café?

Golpea de manera firme su escritorio frente a mí dándome un susto:
— Muy bien, seamos más directos. Ese niño por el cuál mi hijo me está metiendo en problemas, ¿eres tú?

Tengo que decir la verdad, no sirve de nada ocultarlo:
— Puede que en parte sea así, yo no sabía que Bastián era su hijo. Solo lo impulsé a que tomara decisiones por si mismo ya que parece no estar feliz con su vida. De alguna manera me hubiera gustado... bueno, esperaba que fuera por mí, pero yo no soy a la persona a la que busca, como usted me ve y seguramente todos lo hacen solo soy un niño, no hay manera en la que pudiera llamar su atención. Entiendo que esto puede traer muchos problemas, lamento los inconvenientes que he causado, es por esto que decido renunciar, ya no voy a causar problemas.

Casi puedo escuchar gruñidos de su parte, está furioso:
— Lo hubieras pensando antes, ya es demasiado tarde pues el daño está hecho. Ya no me puedo dar el lujo de seguir con la rotación que suelo tener en este trabajo sobre mis secretarios, es por esto que no te vas a mover de aquí, tendrás que seguir para compensar el riesgo que representa lo que hiciste, no tienes la más mínima idea de lo que provocaste, Alaia era la mejor opción para Bastián. No tengo la más mínima idea de cómo, ni quiero saber por qué, pero le metiste ideas absurdas, no puedo creer que también seas uno de esos hombres, toda una vida de preparar el futuro perfecto de mi hijo sobrellevando la pérdida de mi esposa para que un niño venga a echar a perder todo en tan poco tiempo. Ahora, trae mi café, de aquí no te vas, me voy a encargar de manera personal que tu vida sea un infierno.

No puedo pronunciar una sola palabra, solo voy de inmediato por lo que me pide, ese hombre no me va a dejar renunciar a mi trabajo, por si fuera poco las cosas solo van a empeorar.

Al salir de la oficina me encuentro con Bastián quien me mira sorprendido:
— Ze-Zero, ¿qué haces aquí?
— Trabajo aquí, para tu padre, que pequeño es el mundo. Si me disculpas no tengo tiempo que perder, tal vez tu ex novia se ha encargado de decir algo al respecto y ahora estaré en su mira por un largo rato.
— Déjame ayudarte, justo quiero hablar con mi padre para arreglar esto, no tienes la culpa de nada.
— No quiero que me ayudes, déjame en paz.

Me retiro, ya no me puedo involucrar con él.

[Bastián]
Mi padre solo hará esto más difícil, le quiero pedir perdón a Zero por lo ocurrido, pero con esa actitud no querrá verme o escucharme nunca más. Entro con determinación a su oficina:
— Padre, tenemos que hablar.
— Por supuesto que tenemos que hablar, toma asiento.
— No, esto será frente a frente, sé muy bien cómo funciona esto, así que ponte de pie y dime de una vez lo que tienes que decir que lo haré también.

Sin inmutarse se pone de pie acercándose a mí:
— Aprendiste más de la cuenta a ser como tu padre, pero estás muy lejos de igualarme. Tú sabes lo que quiero decir, pero yo no sé ha que viniste, no puedo creer que tengas el descaro de darme la cara tras las decepciones que me has dado.

Tengo que seguir firme contra él:
— Ya no soy un niño que se deja manipular, quiero decir que no debería de importar con quién esté, tú deberías de estar feliz por mí.
— ¿Feliz por ti? Toda una vida planeada dando lo mejor, ¿para que me pagues de esta manera?
— Yo no te hice nada malo, eres tú quien decide ver lo peor de todo esto. Si no estás de acuerdo al menos no te pongas en medio para hacerlo más difícil.

Guarda silencio un momento, su mirada sigue tan fría sobre mí, es obvio que si disgusto está superando sus límites:
— No tienes derecho de hablarme de esa manera, yo veré y haré las cosas a mi voluntad para que todo sea perfecto. Vas a ir a pedirle una disculpa a Alaia, terminas cualquier relación que tengas con ese pastor alemán, y vuelves a tu vida de siempre, ¿quedó claro?

Antes habría aceptado a la primera, pero ya no más:
— Por supuesto que no, ya tengo la edad suficiente para valer por mis decisiones, con quien quiera estar es solo mi problema. Ya ni siquiera vivimos juntos, deja de meterte en mi vida, no le voy a pedir disculpas a ella, en primer lugar, fue grosera con nosotros; en segundo lugar, Zero no ha sido malo para mí, así que deja de meterlo en medio, si llegas a hacerle algo.

No parece importarle en lo más mínimo lo que le digo:
— Si llego a hacerle algo, ¿qué?
— Olvídate que soy tu hijo, tampoco es que dependa de ti, así que no me vuelves a ver.
— No me importa, para tener un hijo con gusto por otros hombres no es algo de lo que me pueda sentir orgulloso. En cuanto a ese chico, no le haré algo de manera directa, pero de mis manos no se va a escapar, no creo que puedas hacer algo mejor para ayudarlo, si no tienes nada más por decir puedes salir de aquí.
— Siempre creí que querías lo mejor para mí, pero solo quieres lo mejor para ti. No te importa nadie más que tú mismo, ni siquiera estuviste en el funeral de mamá.

Salgo azotando la puerta de su oficina, sé que esa es una de las pocas que le duelen, no haber estado para mi madre en sus últimos días. No me importa haberle dicho eso, se quiere meter con Zero, todo será por mi culpa y tal vez esta visita solo vaya a complicar las cosas. Tengo que encontrar alguna otra solución para este problema.

[Zero]
La máquina que usan para el café está descompuesta, a este punto no sé si es peor llegar a la oficina sin lo que quiere el señor con la verdad sobre la situación, o esperar aunque llegue tarde de regreso.

Mark sale del mostrador para poner una mano en mi hombro:
— De nuevo triste, las cosas no están saliendo nada bien, ¿cierto, pastelito?

Lo abrazo soltando algunas lágrimas:
— Son muchas cosas que debo de comprender en tan poco tiempo, tal vez todos tengan razón, solo soy un niño que trata de ser un adulto. Ya no puedo, sé que soy débil, no puedo con esto.

Siento algunas palmadas y caricias:
— La vida puede ser dura, no te hables de esa manera, lo único que necesitas es ver de una mejor manera las cosas, está bien llorar de vez en cuando, no tienes porqué soportar todo, al menos no solo, siempre voy a estar aquí mientras quieras.

Me está consolando, no lo comprendo:
— No deberías de estar para mí, sigo sin ser al menos bueno contigo, ¿por qué estás conmigo?
— No lo sé, solo me gustas sin alguna explicación, no tengo que tener más motivos para querer estar contigo. Desde que te miré supe que tenías algo especial, hasta ahora no me has decepcionado, deberías de ver lo especial que eres, estoy seguro que puedes con todo lo que estás pasando y más.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Where stories live. Discover now