No es una cita.

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[Zero]
Ya me empiezo a acostumbrar a los días intensos que paso trabajando con el padre de Bastián, creo que ese viejo lobo amargado tiene un patrón en cuanto a los trabajos que quiere que realice, puede sentirse más astuto que yo, pero solo hace falta analizar un poco lo predecible que puede ser. Tendré que hacer lo mejor de mi parte para que se rinda y me deje tranquilo, o al menos tendré este mismo trabajo con una mejor situación.

[Mark]
Pastelito no tarda en salir, le he visto muy tenso, será mejor acompañarlo de nuevo, tal vez no a su casa, esta vez tendrá que ser en otro lado donde pueda divertirse para que ignore sus cargas. También se ha comportado algo extraño conmigo, ¿será algo que dije mal? Me gustaría saberlo para pedirle perdón por ello.

Se abre la puerta, volteo a ver algo esperanzado que fuera Zero, pero en su lugar es el lobo quien se dirige directo a mí:
— Disculpa, sé que empezamos con el pie izquierdo, perdóname por haberme puesto así, mi nombre es Bastián, ¿tú eres?
— Mark, ¿en qué te puedo ayudar?

No estoy muy convencido de este sujeto, quiero decir, puede hacer cualquier cosa por conseguir lo que quiere si es que se parece a su padre:
— ¿No ha llegado Zero?
— Aún no, ¿por qué lo necesitas?
— Sé que la idea no te va a agradar, pero me gustaría verlo, salir un poco con él para conocerlo más.
— Creo que le has dado suficientes problemas, déjalo en paz.
— Lo sé... quiero reparar mi error, si no puedo hacerlo feliz como quisiera al menos ya no quiero causarle daño, quiero que me vea de manera más amistosa.

La manera en que sus orejas caen al igual que su cola delatan su sinceridad, espero no arrepentirme de esto:
— Toma asiento en algún lugar, no tarda en llegar.

[Zero]
Paso frente a la cafetería, pero en verdad no sé si entrar, me agrada Mark... pero también es alguien que se encuentra sobre mí. Me siento tan poca caso en comparación del dragón o del lobo, ambos grandes, exitosos, harían mejor pareja entre ellos que conmigo.

Miro a través del cristal, Mark me hace una seña para que entre, lo hago dudoso y al estar adentro puedo ver a Bastián:
— ¿Q-qué haces aquí?
— Te estaba esperando, me gustaría pedirte que tengamos una cita.

El dragón se golpea la frente con la palma de la mano:
— Solo quiere salir contigo como amigos.
— ¿Qué? Pero yo no quiero, solo me ha traído problemas.

El lobo se acerca triste a mí, inesperadamente se pone de rodillas:
— No importa cuántas veces tenga que pedirte perdón, pero serán las necesarias para que puedas disculparme por todo lo que he hecho. Dame una oportunidad de demostrarte lo arrepentido que estoy y lo que siento.

Doy un ligero paso hacia atrás:
— N-no lo sé, tú y yo no deberíamos...

Mark me toma suavemente del hombro con una amable sonrisa:
— Zero, no iba a dejar que él lobo se quedara, pero parece sincero, si lo dejé no fue solo por lo sincero que parece, más bien lo hago por ti. No es bueno estar cargando con tanto rencor, te hace falta algo que dé alivio a tu vida, si para eso es necesario que se vean un momento creo que deberías de aprovecharlo.

El dragón es bastante comprensivo, supongo que puedo hacerlo:
— De acuerdo, iré con Bastián, pero en el momento que me sienta incómodo te voy a dejar sin consideración.

El lobo se levanta animado:
— Es más que suficiente, voy a aprovechar cada segundo. Ven, salgamos un momento.

Sale de la cafetería, Mark me detiene un momento:
— Si necesitas ayuda puedes decirme, y tenemos algo de qué hablar, no creas que no he notado algunos cambios.

Solo asiento con la cabeza, le doy las gracias y salgo con Bastián:
— Muy bien, ¿a dónde te gustaría ir?
— No es que sea a donde me gustaría ir, pero tengo que cambiar mi ropa, me resulta incómodo estar así.
— Te entiendo, vayamos.

Mientras caminamos no puedo evitar preguntar:
— ¿Por qué haces todo esto? Si solo me quieres como un amigo es demasiado empeño que pones de tu parte, de todos modos, ¿qué tal las cosas con el toro?

Con su mano soba su nuca desviando la mirada:
— En realidad, él es casado y tiene un hijo, y si hago todo esto no es porque solo te quiera como amigo... Bueno, al principio sí, quería arreglar las cosas pues me pareces alguien bastante agradable, pero ahora... estoy convencido de lo que siento, me enamoré de ti.

Me deja sorprendido, más no voy a ceder ante su juego:
— Entonces... ¿te enamoras de mí porque no pudiste ser novio del toro?

Niega con la cabeza estando tranquilo:
— Para nada fue así, más bien me abrió los ojos. Mi destino no era al lado de una persona que me atrajo solo por la convivencia y una apariencia, mi futuro está al lado de ti, un chico con cualidades inigualables, simplemente me sorprendes, quiero tener a alguien como tú a mi lado.

Parece lindo, pero no lo puedo creer, me hace sollozar un poco antes de hablar:
— Si se trata de un juego deja de fingir tus sentimientos, ¿no te das cuenta que solo me vas a herir así?
— No es ningún juego, es la verdad, estoy dispuesto a hacer todo por ti. Ya que estás vestido así, hay un restaurante lujoso no muy lejos, la comida es única, yo invito, debes tener hambre.

De hecho la tengo, le di todo mi dinero y ahora tengo que hacer algunos ajustes al presupuesto de lo que como:
— No suena mal, pero suena como algo que no puedo pagar en estos momentos, tampoco quiero que hagas todo por mí, prefiero hacerlo yo mismo.

Suspira, miro para atrás un momento pues vi algo moverse, es su cola:
— ¿P-por qué haces eso?
— Creo que me enamoro más de ti, tienes una personalidad única, sin duda tienes un gran admirador que haría todo por ti. Al menos vamos a pasar a comprar lo que se necesita para cocinar, ¿te parece si yo compro los ingredientes y tú haces la comida? Solo tendrías que decirme qué requieres para nuestra cita.
— Deja de decir que esto es una cita, solo es una salida casual, pero bueno, tu idea me parece justa, vamos.

Compramos las cosas de paso a mi departamento, al llegar parece sorprendido, pero no en un buen sentido:
— ¿Vives aquí?
— Sí, bueno, cuando no eres un niño privilegiado como tú, cuando ni siquiera tienes padres y tu familia te quitó lo único que tenías de ellos solo te queda sobrevivir por tu cuenta, no puedo pagar algo más caro que esto.

Mientras ponemos algunas cosas en la mesa del pequeño comedor solo suelta su sugerencia:
— ¿Te gustaría vivir conmigo?
— ¿De nuevo con eso? No puedo vivir contigo, eso no es lo correcto.
— ¿Sabes? Solo provocas que te ame más, sin importar las circunstancias solo decides hacer lo que está bien y luchas de manera constante, eres muy maduro para tu edad.
— ¿Mi edad es un problema?
— Para nada, pero es necesario destacar lo especial que eres, hay pocos chicos como tú.

Me hace sonrojar:
— Voy a cambiar mi ropa, no tardo.

Estando en mi habitación pienso un momento las cosas, Bastián no es para nada lo que imaginaba mientras estaba enojado con él, no quiere darme problemas, se confesó de alguna manera con lo que siente, ¿de verdad vale la pena una oportunidad? Me empiezo a quitar la ropa, solo escucho una voz:
— Zero, ¿quieres que te ayude en algo mientras tú...?

Ambos nos ponemos muy rojos, a pesar que llevo ropa interior pongo una almohada entre mis piernas y mi cola igual:
— ¡Vete de aquí, pervertido!
— Lo siento, lo siento, no había puerta, dijiste que no tardarías y creí que ya te habías vestido.
— ¡Solo espera en la cocina!

Debí entrar al baño, es el único lugar en este departamento que tiene puerta sin contar la entrada. Que vergüenza, ¿qué tanto habrá visto Bastián? Esto será incómodo.

Una vez que me visto trato de no hacer contacto visual con el lobo, solo me dedico a hacer la comida, hay un silencio incómodo entre nosotros. Cuando sirvo la comida una vez que quedó lista empieza a hablarme:
— No esperaba verte así en nuestra primer cita, tienes unos lindos bóxers.

Solo me hace sonrojar más:
— Que no es una... Olvídalo, y borra esa imagen de tu mente, lobo pervertido.
— N-no fue a propósito, solo quería hacerte sentir bien, un elogio por lo bien que se te ven.
— Deja de mencionarlo, ¿puedes enfocarte en comer?

[Bastián]
Puede que no me quiera hablar por ese pequeño incidente, debí esperar que llegara a la cocina, pero al menos me empieza a aceptar, de lo contrario no estaría aquí comiendo con este lindo perrito, debo decir que no sabe nada mal su comida, sería maravilloso cada tarde tener algo de su comida solo para mí, algún día, espero no sea muy lejano.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Where stories live. Discover now