De nadie más.

149 25 2
                                    

[Bastián]
Estoy feliz de lo que ha sucedido, al fin estoy tranquilo con mi padre, a Zero le va a encantar esta noticia, sigue siendo un problema lo que sucede con Alaia, pero esto es un peso menos. Justo voy entrando a casa, agito mi cola de la emoción de ver a mi perrito, al cerrar la puerta me viene el recuerdo que le he pedido estar en mi habitación, supongo tendré que ir, aunque antes de eso le puedo preparar a darle una sorpresa, me pregunto si esto le puede llegar a gustar a Zero.

Voy a buscar un par de cosas en otra habitación, aprovecho para quitar mi ropa y cambiarla por solo un bóxer ajustado siendo un poco más corto de lo normal lo cual hace resaltar el bulto entre mis piernas, me pongo un par de correas para las piernas y otro en los brazos, en mis costados un par de tirantes que van desde atrás al frente, forzando a que la ropa se pegue un poco más sin llegar a ser incómodo, también llevo un gorro negro y un látigo, este no pienso usarlo, solo quiero hacer este pequeño disfraz más completo, para eso también llevo un par de guantes color negro que llevan los dedos descubiertos.

Pensaba usar esto con Alaia alguna vez, ya que no sentía una atracción especialmente hacia ella creí que al menos vestir de esta manera me haría sentir algo, solo de recordar me da un escalofrío, pero ahora tengo un verdadero motivo para usarlo.

Voy a mi habitación abriendo lentamente la puerta, estando entreabierta escucho un murmullo de mi perrito:
— Si Bastián no se refería a esto me voy a morir de la pena.

Abro la puerta estirando un poco el látigo entre mis manos:
— Veo que aquí hay un perrito que... ¿Zero?

Se da la vuelta sonrojado, tuve la vista de su lindo trasero ya que estaba usando un jockstrap, pone su cola entre sus piernas y sonrojado también pone una almohada cubriéndose:
— ¡Me asustaste!
— Wow, te ves tan sexy con eso, ¿de dónde lo sacaste?
— Y-ya tengo tiempo con esto, nunca lo había usado, creí que nunca lo haría, ¿tú de dónde sacaste eso? Es tan... atractivo.
— Parece que te gusta, e igual nunca había usado esto, es la primera vez que lo llevo, creí que sería bueno sacarlo contigo, ¿podrías descubrirte y darte la vuelta?

Con movimientos lentos casi roboticos retira la almohada y su cola, gira cubriendo su rostro, sin evitar tener la coma hacia abajo, me acerco para abrazarlo por detrás acercándolo a mi cuerpo casi desnudo:
— Te ves increíble.
— No es tan ostentoso como lo que tú llevas.
— El que lleves puesto jockstrap me está causando muchas sensaciones.
— So-solo no me pegues con el látigo.
— Descuida, aún no estamos listos para eso, así que te salvaste, por ahora mi perrito.

Deje el látigo a un lado, acaricio el cuerpo de Zero desde atrás, paso mis manos por su abdomen y pecho mientras beso su cuello dando de paso algunas mordidas leves. Eso lo hace jadear dejando escapar pequeños gemidos también.

Froto mi propia erección entre las nalgas descubiertas de Zero, lo jalo lentamente conmigo hasta estar ambos sentados a la orilla de la cama, paso mis manos por si miembro sobre la tela, también se encuentra duro, eso me hace sonreír.

Acuesto a mi perrito en la cama:
— Zero, ¿te gustaría ponerte en cuatro para mí?

Sin decir nada de manera tímida lo hace:
— ¿Así está bien?
— Deja te ayudo un poco.

Su cola está en medio, la tomo para subirla exponiendo sus lindas mejillas, las separo para empezar a pasar mi lengua por su entrada. De manera tierna se retuerce un poco, los gemidos no se hacen esperar, trato de meter mi lengua por su entrada mientras froto su miembro sin quitarle esta linda ropa interior, prefiero no removerla, me gusta esto.

Después de un rato me pongo detrás de Zero de rodillas sacando mi miembro de mi ropa interior, ya me empezaba a doler el pene ahí adentro, ahora quiero meterlo en alto que lo aprieta de manera más linda:
— ¿Listo mi perrito?
— S-sí, estoy listo.

Lentamente mero mi miembro, me inclino un poco apoyándome sobre uno de mis brazos, con el otro me aseguro de mantener estimulando sus pezones, acaricio todo su cuerpo con suavidad hasta poder tener todo mi miembro dentro de él, esta vez sus gemidos son más desenfrenados ya que ahora no estoy besando sus labios, siendo honesto, me encanta ese sonido, me hace saber que está disfrutando de esto.

Sin avisar a Zero lo empiezo a embestir, esta vez me sujeto más a su cintura para dar las embestidas con mayor firmeza, eso está volviendo loco a mi perrito, también yo me estoy excitando demasiado, mientras más avanzo siento que me estoy empujando a mis límites, antes de hacerlo me detengo jadeando:
— Zero... quiero... cambiar de posición. Ponte sobre tu espalda.

Me salgo un momento de él, cuando se sienta boca arriba vuelvo a meter mi pene en él, esta vez no siendo tan difícil ya que está dilatado por las embestidas de hace un momento, me inclino para poder besarlo mientras me muevo.

No puedo evitar esto, necesito sentir toda la calidez de mi bello perrito, no es solo un beso, es transmitirnos todo el amor, entregarnos por completo, recorren nuestro ser de manera mutua, se aferra a mí, también acaricia mi cuerpo, después empieza a dar rasguños en la espalda sin llegar profundo, de hecho, se siente bien.

Búscalos la sincronía mientras que la desesperación de llegar al final se apodera de nosotros, mis embestidas se vuelven más rápidas, nuestras respiraciones se agitan sin dejar de besarnos, con grandes gemidos ambos nos empezamos a venir, doy varios chorros dentro de Zero.

Jadeando miro entre nosotros, los disparos de Zero llegaron a traspasar la tela quedando un poco entre nuestro abdomen. Sonrío abrazando a mi perrito para ponerlo sobre mi pecho, nos quedamos en silencio un momento sin dejar de besarnos o acariciarnos.

Al recuperar el aliento escucho la voz de mi perrito:
— Estuviste... asombroso, pero ahora tenemos que tomar una ducha.
— Voy contigo, vas a necesitar ayuda.
— Pe-pero... es vergonzoso limpiar lo que dejaste dentro de mí frente a ti.
— Bueno, si necesitas privacidad solo quédate un momento más conmigo ahora.
— ¿No te importa que esté sudado por toda la acción?
— También estoy sudado y a ti no te importa.

Solo me abraza más, doy suaves caricias por toda su espalda, también bajo para agarrar sus nalgas de vez en cuando:
— Ba-Bastián.
— Dime.
— Tú... ¿sientes algo por el gato del gimnasio?
— No, ¿por qué piensas eso?
— Había ido al gimnasio y te vi riendo con él, los dos estaban muy juntos, pensé que te estaba atrayendo.
— Solo tienes que estar seguro de una cosa, que no hay nadie más para mí, solo tú eres el que le da sentido a mi vida. Te amo, nadie puede ocupar tu lugar, solo lo estaba acompañando a hacer algunos ejercicios, pero si la manera en que lo hice te hizo sentir incómodo tendré más distancia a la próxima vez.

Me da un beso, meto me lengua un poco, se separa de mí sonriendo:
— Te amo, mi lobito lindo.
— Yo a ti.

El teléfono fijo de casa suena, tengo uno en la habitación por si acaso, no es muy común usarlo, es más costustumbre de usarlo que otra cosa:
— ¿No vas a responder?
— Estoy en mi momento especial contigo, no quiero que nada lo interrumpa.
— Podría ser importante.
— De acuerdo, pero quédate en mi pecho.

Estiro mi brazo para alcanzar el teléfono y responder:
— ¿Hola?
— Hijo, espero no estés muy ocupado, quise llamar a tu celular, pero no respondías.

Claro, mi ropa está en otro lugar y ahí debe estar:
— Bueno, estoy un poco ocupado con Zero, pero puedo responder, ¿qué sucede?
— No voy a preguntar, bueno, estuve leyendo una copia que tenía del contrato y encontré la laguna de las cláusulas.
— ¿En serio? ¿Cuáles son?
— En realidad solo es una, es la clave para que te deshagas de ella. En todos los puntos habla acerca que si tú la terminas a ella o la llegas a lastimar, pero no hay nada al respecto si es al revés. En otras palabras, haz que ella quiera impedir la boda.

Hacer que me odie, ¿más de lo que ya lo hace? No es una tarea sencilla, pero ya no estoy solo para crear un plan:
— Te lo agradezco, padre, haré lo que pueda.
— Te dejo, ya no quiero interrumpir lo que estés haciendo con... tu novio.

Bueno, esta vez no fue nada ofensivo, lo está haciendo bien, y ahora tengo la esperanza de separarme por fin de Alaia, lo vamos a lograr.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Where stories live. Discover now