Déjame.

240 35 3
                                    

[Zero]
Fue una linda tarde con Mark, no pensé que fuera a disfrutar tanto de su compañía, aunque parezca que puede llegar a ser más inmaduro que yo, realmente sabe tener seriedad. Agradecí todo el momento que estuvimos juntos, solo le tuve que pedir que regresara a su casa antes de que el sol se ocultara, de ninguna manera iba a permitir que durmiera aquí, es un espacio muy reducido, descansar los dos iba a ser algo imposible a la vez de inapropiado. Solo tengo una duda, jamás me contó la razón por la cual estaba fuera de su trabajo, nos enfocamos más en la parte de relajarnos, tendré que saber si es que tiene una historia al respecto.

Voy directo al trabajo, al sentirme más tranquilo estoy motivado a demostrarle a mi jefe que puedo hacer más de lo que él piensa, voy a darlo todo para que nunca me vea vencido, sin duda haré que al menos valore la persona que soy en vez de solo recibir sus prejuicios.

Cuando entro a mi lugar veo un ramo de rosas rojas, ¿esto por qué? Traen una nota la cual dice: "En verdad lo siento mucho, me gustaría reparar el daño que hice, déjame invitarte a salir como habíamos quedado. Atte: Bastián."

Antes de poder reaccionar a la sorpresa de ese lobo, mi jefe sale de su oficina viéndome con disgusto al tener las flores en la mano:
— ¿Qué significan esas ridículas flores? ¿Acaso ahora también piensas negar que tienes un amorío con mi hijo?

Tiene la facilidad de irritar a todo el mundo, eso es lógico con su falta de tacto:
— Lo puedo negar, señor, aquí hay una nota que escribe su hijo y para nada es de amor. Puede verla, si prefiere, también puede quedarse con las flores, yo no las quiero.
— ¿Para qué las voy a querer yo? No te atrevas a acercarme eso, solo ponte a trabajar, o mejor, tráeme mi café, no esperes que te lo voy a recordar toda la vida.
— De inmediato.
— Llévate lejos esas flores.

Tomo el ramo para buscar dónde ponerlas, sería muy grosero de mi parte solo tirarlas, no hacia Bastián, hacia la naturaleza, son lindas, merecen ser cuidadas y no tienen la culpa de ser elegidas por un lobo como él. Es triste cuando alguien se está enamorando y pasa a una gran decepción, más que decepción... un amor imposible, creo que... Mark es mi mejor opción ahora, igual debo de pensarlo, ya no tengo tiempo para pensar en el amor.

Llego a la cafetería, el dragón me mira con una amplia sonrisa:
— Vaya, alguien te ha dado unas lindas flores, ¿fue ese lobo?
— Sí, se quiere disculpar, lo mejor es no hablar nunca más.
— ¿Y para qué las traes?
— ¿Crees que las pueda poner aquí? Es una lastima tirarlas, yo no las quiero y mi jefe quiere que me deshaga de ellas.
— Tengo el lugar perfecto.

Sale del mostrador para acomodar las flores casi como centro de mesa distribuyendo en todas las mesas del local:
— Eres muy ingenioso, gracias. Por cierto, sabes que estoy aquí por un motivo, ¿crees que puedas darme lo del jefe?
— De inmediato, pastelito.

Da un suave toque a mi nariz antes de ir a que hagan el pedido, no tardará mucho, cuando regresa aprovecho en preguntar:
— Mark, ¿me vas a decir por qué pudiste salir el día de ayer?
— Eres muy curioso, pastelito. Verás, este local es de una amiga, ella necesitaba alguien que le apoyara cuando estaba dando inicio el lugar, ambos estábamos juntos en la universidad y me pidió el favor, así que le di la mano para trabajar aquí, mis padres tienen un taller de autos, querían que siguiera esa tradición, pero eso no es lo mío. En realidad soy socio con la cafetería, pero me gusta venir aquí, conoces personas, te distraes, no siempre es lindo pues llegan de malhumor, pero es entretenido. Cuando yo quiera puedo salir ahora que está más estable el lugar, si vengo aquí a diario es para verte.

Eso me hace sonrojar, hace eso, ¿solo por mí?:
— ¿E-en serio?
— Sí, solo por ti estoy aquí de pie cada mañana, pastelito. Fue una suerte que ese día me haya quedado para verte.

N-no, por favor, de nuevo alguien que no está a mi alcance, creí que esto podría resultar... sabía que no había lugar para el amor en mi vida. Cuando me da el pedido me mira confundido:
— ¿Por qué esa cara? ¿Fue algo que dije?

Trato de no verlo a la cara:
— No es nada, gracias, te veré después.

Salgo pronto de la cafetería, ya no quiero saber nada de ningún hombre. Al estar afuera casi tropiezo con... ¿Bastián?:
— ¿Qué haces aquí?
— No te haría daño saludar primero, estaba preocupado porque ayer no fuiste al gimnasio y... te miré con otro hombre, ¿qué es tuyo?
— Con quien salga, con quien sea que esté a ti no te importa, tú estás enamorado de alguien más, fíjate en él y déjame tranquilo.

Trato de dar la vuelta, pero me detiene por la cola a lo cual lo miro molesto:
— P-perdón, solo no quería que te fueras. No quiero perderte, sé que tengo que trabajar en ello y lo haré, pero permiteme hablar contigo.

Ya no puedo más, dejo que mis lágrimas salgan:
— Aunque sintieras algo por mí no podríamos estar juntos, aunque yo estuviera tranquilo solo con ser amigos tampoco podríamos ser nada, ¿sabes por qué? Porque tu padre nunca lo va a permitir, mientras más nos vea juntos tendrá más ganas de hacerme la vida imposible, estás fuera de mi alcance, todos están fuera de mi alcance... no nací para estar al lado de alguien más. Sosten este café, por favor.

Me lo sostiene y yo tomo mi cartera sacando todo mi dinero:
— Ten, con esto te pago todo lo de la inscripción al gimnasio, no me pidas volver, no vuelvas a verme, no me busques, ya no quiero saber nada de nadie.

Tomo el café de su mano, me doy la vuelta, por suerte ya no me sigue, las cosas serán mejor así, puede que tenga que hacer algunos ajustes a mi presupuesto, pero ya estoy libre de Bastián, también tengo que librarme de Mark, con él será difícil porque lo veo casi a diario, pero tengo que empezar por algo.

[Bastián]
Me siento tan impotente dentro de mi ser, todo es culpa de mi padre, voy a empezar a alejarme de él, no me importa qué es lo que quiera, puedo hacer mi propia vida justo como me estaba enseñando ese lindo perrito y... puede que le quiera dar la oportunidad de estar conmigo, o mejor dicho, espero que él me la dé a mí, estoy dispuesto a demostrar que soy capaz de darle lo que necesita.

Un dragón rojo me está mirando de brazos cruzados, creo que es el que iba con el pastor alemán ayer:
— Así que por eso se puso triste, por verte, creo que le estás causando muchos problemas al pobre de Zero. Su vida de por si es difícil como para que vengas a complicarla más.

No pierdo la calma, me mantengo firme actuando como si no fuera importante:
— No entiendes nada de esta situación, mejor vuelve a tu trabajo, o lo que sea que estés haciendo, tengo cosas más importantes por hacer.
— No parece si te tomas el tiempo para molestar a mi pastelito.

Eso me hace enojar casi perder la compostura:
— ¿Tu qué?
— Es mi pastelito, me gusta decirle así, ¿tienes algo en contra?
— Cuando sea mi novio dejarás de llamarlo así.
— Ja, ja, ja, amigo, ¿cómo piensas hacer eso? Ni siquiera puede tenerte de frente, estoy seguro que yo puedo conseguir que sea mi novio antes que tú, incluso ya fui a si departamento.

Me lleva ventaja por lo visto, pero no me voy a dejar vencer por él... Ahora que lo pienso... ¿Dije que quiero ser novio de Zero? ¿De verdad? Estoy enamorado de ese perrito:
— Sabía que te dejaría sin palabras, te dejo, yo si tengo cosas por hacer.

Mis manos están empuñadas, no voy a hacer un alboroto, será mejor que empiece a pensar con claridad lo que quiero hacer, debo de mantener un orden para no equivocarme, estar seguro de estar enamorado para no jugar con los sentimientos de alguien tan lindo, y por supuesto, tratar de superar el mayor obstáculo que puedo tener, ese está representado por mi padre.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].حيث تعيش القصص. اكتشف الآن