Diferente.

139 21 2
                                    

[Zero]
He regresado a mi trabajo, las cosas son diferentes, esta vez el señor Isaac ya no pone tanta carga en lo que hago, me trata con un poco más de respeto, claro que no quiere verme a los ojos y tampoco quiero que lo haga, solo basta con hacer lo que se me asigna. Dentro de este aire diferente en la oficina me ha traído una idea a la mente, por el momento no haré nada al respecto, tendré que esperar a que todo avance para asegurar que realmente puede cambiar.

También ir por el café ya no es lo mismo, extraño ver a Mark ahí, siempre tan alegre, le he podido mandar mensaje pues ya tengo celular nuevo, aún así estando lejos me siento como que algo ha cambiado dejando un espacio vacío. Aunque mientras estudiaba o trabajaba no me era relevante tener relación con compañeros ahora es diferente, me importa, siento que haría todo por los que amo.

No he sabido nada de Alaia, tampoco bajo la guardia al respecto, aún así trato de calmarme al ver videos de ese hombre zorro, medito después de verlos y me está funcionando. Incluso siento que mi relación con Bastián está mejorando debido a la calma que puedo tener, tal vez... la vida es perfecta así, si pudiera detenerme en este momento lo haría, pero tal vez pueda hacer que las cosas cambien para bien.

Cuando estoy cerca de mi hora de salida soy llamado por el señor Isaac, llevo mi gas pimienta en mi bolsillo por si acaso, nunca se puede saber. Estando frente a su escritorio al fin decide darme la cara:
— Tengo que hablar algo serio contigo, espero no quitarte mucho tiempo, toma asiento.

Lo hago sin dejar de prestar atención al lobo, al menos se nota relajado, no como la última vez que solo verlo inquietaba:
— Primero que nada, quiero pedirte perdón por el comportamiento inapropiado que tuve contigo, me quise disculpar, pero Bastián no quería que me acercara a ti.
— Creo que tenía sus justas razones, no ha sido el mejor padre para él.
— Intento disculparme, ¿puedo?
— Perdón.
— Bueno, solo buscaba admitir mi error, he tenido mucho en que pensar después de eso, todo es un caos en mi cabeza todavía, pero aún así, creo que puedo dejarte ser el novio de mi hijo.

Me deja sin palabras por unos momentos, creo que escuché mal:
— ¿Qué es lo que dijo?
— Tal como escuchaste, ya no me voy a interponer con la vida amorosa que tiene mi hijo contigo.
— No sé qué decir, esto no es algo que esperaría de usted.
— He amargado mi vida tratando de ser perfecto en todos los sentidos que no me daba cuenta que todo lo que hacía solo me llevaba a empeorar todo. Cuando murió mi esposa solo me volví una carga para Bastián, teniendo que cumplir todas los exigencias, él siendo un buen hijo siempre lograba todo y no lo valoraba. Ahora me doy cuenta de la pasión que corre en él, el camino que toma contigo me recuerda a ella, a veces quisiera que siguiera aquí para que me dijera lo que debo de hacer, más nunca regresará.

Nunca me había puesto desde esta perspectiva, ahora puedo entender la razón de lo estricto que es, era la única manera que tenía de escapar de su realidad y sentir tanto dolor de sus sentimientos:
— Quizás nunca regrese, pero hay algo que se puede hacer.
— ¿El qué?
— Por favor, no empiece a hacer esto, solo lo quiero plantear. Su esposa podrá haber partido, pero su hijo sigue aquí, Bastián está con vida, puede arreglar las cosas con él.
— ¿Cómo puedo hacer eso?
— Por el momento no hay manera, él sigue molesto, espere a que se calme, y la situación de su ex prometida también lo tiene tenso.

Se mantiene pensando un momento con seriedad, al ver que no responde solo sigo:
— Usted sabe que yo perdí a mis padres, no tengo hermanos, me había quedado solo, no hay manera que pueda hacer algo para volver abrazar a mis padres porque no están. Usted tiene a su hijo, solo están enojados, han sido años de dolor, el tiempo y la falta de amor ha creado distancia entre ustedes, empiece a cambiar, ame a su hijo, después de todo es parte también de su esposa que en paz descanse.
— Cierto, tengo mucho en que pensar, tu hora de salida está llegando, antes de que te retires quiero pedirte perdón hacerte sentir discriminado por tu orientación sexual y todas las veces que te haya hecho sentir mal.

Ya que habla sincero por algún motivo me pongo de pie extendiendo mis brazos, soy frenado por él:
— Detente, no excedas los límites, no soy quien para decirlo, pero creo que el contacto físico no es lo mío. Puedes irte.
— Que tenga un buen día.

Me retiro, me hace sonreír y agitar la cola levemente, me gustaría que Bastián pudiera arreglar las cosas con su padre, así estaría más feliz, nuestro único problema sería Alaia.

Después de salir me dirijo a la entrada del gimnasio, saludo al toro, al saber con quien vengo no hace preguntas dándome permiso para entrar, pero me quedo de pie viendo la manera en que mi lobo está detrás de ese gato mientras juntos suben unas pesas. No puedo hacer nada mientras veo que ambos bajan juntos un par de veces, luego ponen la pesa en su lugar para después reír juntos.

Cierto que algo se apodera dentro de mí, el hombre jaguar que se me había acercado antes vuelve a estar a mi lado:
— Ya veo que clase de hombres te gustan, aquellos que cuando te das la vuelta empiezan a buscar nuevas posibilidades.
— ¿Qué haces aquí? Déjame en paz, no sabes de lo que hablas.
— Más bien no quieres ver la realidad, un chico de cara tierna en buena forma que nunca había cruzado ni una sola palabra con el lobo de pronto ya hacen ejercicio juntos viéndose felices.

Retiro mi mirada de él para ver en dirección a Bastián, parece que el gato se lo está llevando a otro lado:
— Parece que tiene mejores cosas por hacer.

Tengo ganas de llorar, pero tal vez las cosas no son lo que parecen, son situaciones y las tengo que dominar, ¿cierto?:
— No me va a afectar lo que digas, solo quería venir a saludar, pero mejor lo espero después, no tengo problemas con eso.

Lo dejo sin decir nada, pero en realidad me está afectando, ¿de verdad Bastián está teniendo tanto interés por ese chico?

[Bastián]
Es un poco extraño que Nilo empieza a querer ayuda, supongo que puedo hacerlo, pero no entiendo razones:
— Mira, prefiero los ejercicios ligeros, pero que me ayuden a tener el nivel que deseo. Admito que eres bueno cargando pesas, pero acabo de demostrar que no es lo mío.
— Nilo, ¿por qué me pides ayuda?
— Oh, realmente quiero estar acompañado mientras estoy aquí, me imagino que debes saber lo aburrido que es hacer ejercicio solo, además, hace la rutina menos tediosa tener a alguien para hablar un poco mientras estamos aquí.

Bueno, eso suena bien para mí, supongo que no habrá ningún problema en esto:
— Gracias por confiar en mí para esto, supongo que había mejores personas a las que les pudieras pedir el favor.
— No lo sé, no hablo con nadie, lo cierto es que me interesaba conversar contigo, desde que te vi con tu novio supe que podía acercarme a ti.
— Ya veo, quizás quieras hablar también con él en otro momento, por ahora deberíamos seguir con esto.

[Zero]
No voy a dejar que ese gato me robe a mi novio. Antes de pensar en algo para hacer al respecto me detengo ya que Alaia está frente a mí:
— Agh, este perro de baja categoría.
— Agh, una zorra engreída.
— ¡¿Qué dijiste?!
— Olvídalo, yo me largo.

Sus guardias aparecen bloqueandome el paso:
— No vas a ningún lado, no hasta que yo lo decida.
— Ya no te tengo miedo, haz lo que quieras.
— Tranquilo, niño, no quiero hacerte nada ahora. Solo quiero que le recuerdes  a Bastián una cosa, tenemos un acuerdo firmado incluso por nuestros padres y se tiene que casar conmigo.
— No puedes forzar a alguien a que se case.
— No lo quiero, pero si te lo quito eso los hará infelices a ambos, te doy el documento, que él te explique el resto, aquí está.

Me lo lanza de mala gana para después irse, veo de primera cuatro firmas, ¿en serio firmó para poder casarse con ella? Mi cabeza está dando muchas vueltas, Bastián tiene muchas cosas que explicarme.

El Hijo de mi Jefe. [Furry Yaoi] [Terminada].Where stories live. Discover now