Cuando dos Alfas se encuentran, uno es Omega

Capítulo 68: La leyenda del más guapo y el más triunfador

Se acabó.

Era Peng Minghong.

Les van a afeitar la cabeza.

Basura Bai Huai. Es su culpa por seducirlo deliberadamente, pensó Jian Songyi.

¡Fue engañado!

Miles de pensamientos pasaron por la mente de Jian Songyi mientras permanecía congelado en el suelo. Al mismo tiempo, sus dedos todavía tiraban ferozmente del cuello de Bai Huai.

Tan pronto como Peng Minghong abrió la puerta, vio al famoso matón de la escuela presionando al amable e introvertido triunfador contra la pared mientras lo agarraba por el cuello con fuerza.

Con eso, corrió rápidamente y separó a los dos estudiantes. Abrió los brazos y miró a Jian Songyi con tristeza. "¿Cómo puedes intimidar a alguien más débil que tú?" Peng Minghong.

Jian Songyi: ¿Débil? ¿Peng Minghong es tan ciego que ni siquiera puede diferenciar correctamente su físico del de Bai Huai?

Peng Minghong no sabe mucho sobre Bai Huai, excepto que su padre, su abuelo y él mismo no son habladores con personas frías y expresiones serias, aprendiendo del hecho de que no se moverían ni causarían problemas.

Pero sabe mucho sobre Jian Songyi. Aunque Jian Songyi, desde su padre hasta su abuelo, es inteligente como ningún otro, ¡no pudo evitar meterse en problemas! Duerme en clase, llega tarde a sus clases y se va demasiado temprano. ¡Pelea, contradice a los profesores y habla locamente bajo la bandera nacional!

Si no hubiera sido por sus buenas notas y las grandes donaciones de su padre, este tipo de estudiante habría sido expulsado de la escuela hace mucho tiempo.

Junto con los rumores que escuchó en el camino sobre los dos peleando en la azotea y su imaginación de hombre de mediana edad. ¡Peng Minghong cree firmemente que Jian Songyi debería usar la violencia contra Bai Huai!

Entonces, después de decir sus justas palabras, alejó al joven maestro de Bai Huai, a quien escondió detrás de él.

Por otro lado, Bai Huai pasó por encima de la cabeza estéril de Peng Minghong y le sonrió a Jian Songyi.

Fue sólo con esta sonrisa que Jian Songyi finalmente logró relajarse y salir de su pánico.

Muy bien, está salvo.

Así que lentamente retiró la mano y se enderezó: "Tiene razón, señor. No debería intimidar a los estudiantes más débiles que yo, y mucho menos intentar pelear con Bai Huai. Me equivoqué, señor".

Peng Minghong, que está tan acostumbrado a que Jian Songyi lo contradiga: ¿?

¿Por qué Jian Songyi se porta tan bien hoy?

Quizás sea porque realmente soy digno.

Cuando Peng Minghong pensó en esto, se sintió un poco orgulloso de sí mismo. Aspiró una gran bocanada de aire para inflar su pecho antes de aclararse la garganta. "Así es." Dijo Peng Minghong. "Si sabes que has hecho algo mal, debes reconocerlo. Ahora ahora. Se acerca un gran tifón. No quiero que ustedes dos se enfermen. Ambos deberían venir conmigo. Tengo algo que decirte."

Con eso, se dio la vuelta y entrelazó las manos detrás de la espalda mientras salía pavoneándose por la pequeña puerta de la azotea.

Jian Songyi acababa de soltar un suspiro de alivio y estaba listo para seguir el ritmo cuando Bai Huai inmediatamente tomó su mano. La fría temperatura de su cuerpo volvió a poner nervioso a Jian Songyi, ya que no se atrevió a intentar emitir ningún ruido por temor a provocar que Peng Minghong se diera la vuelta.