Capitulo 16

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El pay de limón que mi madre compró estaba delicioso. Por suerte, Carmen había decidido cerrar la boca, al parecer todo lo que quería saber ya había ido cubierto. No podía creer que Justin siguiera teniendo espacio en su estómago para el pay.

—¿Qué estudias, Justin?

Maldita sea, pensé. Al parecer, el silencio cómodo que parecíamos tener volvía a terminar gracias a mi madre.

—Administración —le contestó él—. Financiera, para ser más específico.

—Vaya —alzó mi madre las cejas, sorprendida—. ¿Cuándo terminas?

—En dos años, Carmen.

Mi madre sonrió complacida porque Justin le había hecho caso con respecto a decir su nombre.

—Mareena hubiera podido terminar igual que tú si no fuera por ese terrible accidente en Carolina del Norte —soltó negando con la cabeza, decepcionada.

Yo me atraganté con el trozo de pay que acaba de meterme a la boca y comencé a toser como loca. Abrí mis ojos como platos, deseando que mi mamá desapareciera. Esto era una jodida mierda, ella no tenía el derecho de decirlo, ¡mucho menos a Justin!

Aquello era lo único que quería ocultarle. Solamente Cloe estaba enterada de lo mal que la había pasado y ni hablar de mi padre, que fue el más perjudicado por haberme visto en el estado que quedé durante casi un año.

—¿Qué? —Justin se dejó de formalidades y le habló a mi madre en un gruñido, pero no creo que a mi madre le importara—. ¿Qué accidente?

—Mamá —dije molesta—, basta, por favor.

Pero parecía no escucharme, ni siquiera miraba en mi dirección aún conmigo lanzándole dagas con la mirada, había desaparecido de su visión por el momento. Carmen Prescott era la típica madre chismosa.

—¿No te lo dijo? —fingió sorpresa y por un momento odié a la mujer que me dio la vida. Justin negó con la cabeza, podía ver por el rabillo del ojo que había escondido sus manos por debajo de la mesa y sus manos se cerraban en puño. Carajo—. Mareena tuvo un accidente automovilístico, con un amigo suyo llamado James.

—¡Él nunca fue mi amigo! —exploté—. Cállate, mamá...

—Muy grave, Justin —siguió ignorándome. Estaba comenzando a asustarme, los hombros de Justin comenzaron a subir y bajar con rapidez—. Mareena estuvo casi tres meses en cama en el hospital, pensamos que no volvería a caminar, fue algo...

Mi humor se suavizó sólo un poco al verla soltar un sollozo. Entendía perfectamente lo duro que tuvo que haber sido para ella verme en cama durante los peores momentos de mi vida, claro que lo entendía perfectamente, pero el caso era que mi madre no tenía derecho de revelarle a Justin algo que para mí hasta hoy en día ha sido difícil de superar, todos los días he tratado de olvidarme aunque sea por un momento lo desesperante que fue para mí estar en una cama sin poder caminar, ni levantarme para ir al maldito baño. Aunque la recuperación y rehabilitación fue un verdadero infierno. Tener que volver a acostumbrarte a caminar, sin que tus piernas te respondan por más que intentas es una cagada monumental, es algo por lo que no pienso volver a pasar. Por algo me enojaba tanto con Cloe cada vez que manejaba como lo hacía.

—Estuvo por dos semanas en coma —siguió diciendo mi madre con la voz ahogada.

Fue cuando no pude más. Me molesté tanto que con mi puño golpeé la mesa con fuerza.

—¡Suficiente! —exclamé y me levanté furiosa—. Y no necesito caminar con ayuda, si no te has dado cuenta mamá ya sé cómo.

—¡Mareena! —gritó mi madre completamente ofendida. Comencé a caminar hacia las escaleras, escuchando sus gritos a mis espaldas.

Volverte A Ver [j.b.]Where stories live. Discover now