✧EPÍLOGO✧

3.1K 148 77
                                    

Miré por la ventana del avión, los rascacielos de la ciudad de Nueva York iluminaban cualquier punto, la cabina del avión estaba en silencio hasta que nos notificaron que aterrizaríamos en unos minutos en el aeropuerto JFK. Traté de que mi respiración no comenzara a hacerse irregular porque si quería mantener la calma por estar en esta ciudad con un propósito en específico, no podía llegar hecha un manojo de nervios. Se escuchaba la turbina del avión, las conversaciones crecían y viaja en primera clase siempre sería una prioridad para mi por la comodidad y por el servicio. Ya había bebido dos copas de vino con la esperanza de que mis músculos se relajaran, pero fue inútil porque ya había aterrizado. Estaba en Nueva York con el propósito de visitar a Justin. 

Habían pasado dos años desde que nos vimos en Chicago y tuvieron que pasar seis meses para que el primer intento de comunicación proviniera de él. No supe como, pero había conseguido mi correo electrónico, después pudo convencerme de que le pasara mi teléfono y sin duda era él quien quería mantener el contacto. Mis ánimos al inicio no fueron los mejores ni tampoco mi actitud porque si quería continuar con mi propósito de olvidarlo, seguir en contacto con Justin no iba a ser el mejor de los métodos, pero al final terminé por aceptarlo. Creo que sirvió el hecho de saber que iba a casarse con Alison y que cualquier esperanza que tuviera con nosotros se había esfumado por completo, me hizo entender que no estábamos destinados a ser. No le pregunté fecha, sinceramente no quería saberlo y la duda de saber si ya estaba casado no me permitían conseguir aquella paz que tanto anhelaba. 

La última vez que vine a Nueva York fue para la boda de Rayna, aquello ya había sido hace un poco más de un año y nunca le avisé a Justin que estaba en la misma ciudad que él. Pero hace seis meses que me había invitado a pasar Acción de Gracias con él que sinceramente no pude encontrar la excusa perfecta para declinarlo. Pasar estas fiestas con Justin iba a ser realmente incómodo, sobretodo porque no conocía a Alison y no quería hacerlo, si soy sincera. 

Salí del avión, caminé por el túnel y me volví a colocar mi abrigo tinto mientras andaba por la terminal. Tenía que recoger mi maleta y después volvería a verlo. Tal vez me estaba creando muchas expectativas, tal vez estaba exagerando con todo este asunto, Justin estaba cumpliendo la promesa que alguna vez me hizo hace ya tantos años cuando me dijo que no quería perder nunca comunicación conmigo; pero las cosas siempre iban a ser distintas entre nosotros. Inhalé hondo una vez que tenía mi pequeña maleta conmigo, caminé hacia las puertas de la terminal y caminé bien recta, con buena postura y tratando de mantener la calma. 

—¡Aquí, Mareena Prescott! 

Justin estaba un poco apartado de las personas que esperaban por sus seres queridos y yo con valentía me acerqué a él. Seguía igual que hace dos años, continuaba sonriéndome de aquella manera que me desarmaba y automáticamente construí un muro entre nosotros. Me había tomado mucho tiempo poder superarlo y no permitiría que una visita quitara todo mi esfuerzo. 

—Tantos años conociéndome y aún sigues sin poder decirme Mare. 

—Mareena es mejor —se burló—. Te ayudo con tu maleta. 

No me lo estaba preguntando. 

—Para nada —bufé—. No está pesada. Indícame hacia donde vamos que la última vez que estuve aquí me di una buena perdida. 

Tal vez Alison nos estaba esperando afuera, pero al ver que Justin continuaba caminando hacia el estacionamiento, me alivié y extrañé al mismo tiempo porque ella no estaba aquí para recibirme. Llegamos hasta su auto y no me dejó subir la maleta a la cajuela, después me senté en el asiento del copiloto y sequé mis manos sudorosas en mi pantalón. 

—¿Qué tal el clima? —dijo Justin mientras prendía la calefacción. 

—Puedo soportarlo —me encogí de hombros—. En Chicago es lo mismo así que no me quejo. 

Volverte A Ver [j.b.]Where stories live. Discover now