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Capitulo 34.

Justin oscilaba en su lugar y me seguía viendo mientras comía mi sándwich. De verdad que yo no quería enojarme, ni tampoco iniciar una discusión con él, pero solamente a Justin se le ocurre mencionar a su ex novia. El asunto de que Alondra haya sido su primera novia me molestaba y no había mucho que yo pudiera hacer para dejar de pensar en ello, era patético, yo ni siquiera estuve ahí.

—Odio tu silencio —me dijo cuando yo terminé de comer.

—Odio la mención de tu ex.

Justin dio un paso hacia mí y después otro hasta que pudo tenerme entre sus brazos. Yo dejé que lo hiciera, tenía que cambiar mi costumbre de querer discutir por cualquier cosa. A veces no sabía cómo Justin me aguantaba.

—Lo siento —se disculpó penoso—. A veces no pienso en lo que digo.

Yo me bajé del banco y me encogí de hombros. De nada servía enojarme y provocar una escena, Justin era mío ahora y no tendría por qué importarme su pasado.

—Está bien.

Justin parpadeó varias veces y después me sonrió ampliamente.

—No puedo creer que no me estés gritando y corriendo de tu casa —se burló.

—El buen momento se acaba —le advertí con mirada seria—. He decidido controlar mi temperamento.

Sabía que lo estaba dejando sorprendido, ya que yo nunca he admitido que tengo problemas de enojo y que me carácter era una verdadera porquería cuando quería.

—No lo hagas —me besó—. Me gusta cuando te muestras celosa y enojada.

—Yo no estaba celosa.

—¿Ah no? —provocó arqueando una ceja—. No sabía que fueras una mentirosa.

Me apreté más a su torso y pegué mi barbilla en su pecho. Sentí su corazón latir con rapidez y solté una risita, Justin era tan nervioso cada vez que se trataba de mi que no podía creer como no me había dado cuenta antes de lo que él sentía por mí.

—Es ley no mencionar a tu ex novia con tu actual.

—Lo sé, lo sé. A veces se me olvida que Alondra fue mi... novia.

De pronto, recordé el detalle que me ha estado rondando desde que Cloe me dijo sobre su relación. Me separé lo suficiente que Justin para verle los ojos.

—Oye, nunca me dijiste por qué terminaron.

Justin tragó hondo y cerró sus labios en una fina línea, demostrando que no hablaría, que estaba guardando su propio secreto y yo esperé paciente. No quería presionarlo.

—No funcionaba —contestó con simpleza y evitó mi mirada.

—¿Por qué?

—Alondra no me comprendía.

—¿Por qué?

Sus ojos no dejaron de escrutar mi rostro, sabía que lo estaba incomodando pero no estaría haciendo tantas preguntas sin tan sólo me dijera la verdad. ¿Qué tan malo podría ser? Ya sabía que Alondra nunca lo comprendería, eran polos totalmente opuestos y ella siempre había estado babeando por Justin por lo guapo que era. Alondra no tenía ni idea de que en aquellos tiempos él estaba tratando con la separación de sus padres o de que tenía mucha ira contenida, sólo yo.

—Simplemente no conectábamos. ¿Seguirás preguntándome?

—Si, así que mejor apresúrate a decirme todo.