Capitulo 25.

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Siempre odié la época en que los exámenes comenzaban a acercarse. Faltaban dos semanas para mis parciales y siempre tenía la mala costumbre de estresarme antes de tiempo, aunque me alegraba que hubiera otra persona como yo: Rayna. Ambas tratábamos de coincidir en la biblioteca para repasar durante las tardes y Cloe siempre se burlaba de nosotras.

Le tenía cierta envidia. Cloe nunca había tenido problemas para memorizar sus notas o las clases, sus calificaciones eran perfectas, siempre había sido muy aplicada y siempre quise poder tener su misma habilidad de tener paciencia. Antes ella se había ofrecido a ayudarme a estudiar, en la preparatoria. Pero se rehusó a la tercera sesión por mis ataques de histeria y por mis nervios. Supo que no le convenía hacerme enojar cuando me ponía así.

Entré en la biblioteca y le mostré a la bibliotecaria mi credencial de estudiante y pasé. Llevaba mi bolsa con mi laptop y mis apuntes de lo que llevábamos este semestre. Lo único que me ponía los pelos de punta era la clase de química, la prueba sería en el laboratorio, tendríamos que averiguar ciertos componentes e identificar la enfermedad correcta. Traté que mis apuntes de la materia fueran lo más ordenados posibles.

–¿Necesitas ayuda? –Justin dejó caer su mochila a un lado suyo y se sentó enfrente de mi, sonriéndome como siempre lo hacia cada vez que nos veíamos.

Negué con la cabeza.

–Gracias pero creo que Finanzas y Medicina son algo completamente diferentes.

Él notó mi sarcasmo y se cruzó de brazos con una ceja alzada.

–¿No recuerdas lo bien que se me daba la biología en la preparatoria? –presumió con su mentón alzado en forma orgullosa.

–Si, si lo recuerdo –le sonreí y volví a dirigir mi vista a mis apuntes–. Pero en química no eras muy bueno.

–Mareena –fingió estar dolido–. Eso no quita el hecho de que sacara mejores calificaciones que tú.

–Todo el mundo saca mejores calificaciones que yo.

Su humor divertido desapareció en cuanto dije eso. Se inclinó hacia mí y como pudo, me esó en la nariz.

–Necesitas un sistema, Mare –me dijo en voz suave–. Lees y lees pero esa es la peor forma en la que puedes memorizarte todos tus apuntes.

–¿Qué sugieres?

–Yo subrayo palabras claves y en una ficha lo complemento con mis propias palabras –me guiñó un ojo.

Le sonreí agradecida. A esto me refería a que Justin siempre me apoyaría en cualquier cosa y que no dejaría a que volviera a mis antiguas hazañas de no hacer nada, ni estudiar.

–No te conviene estar cerca mío cuando estudio –advertí sacando de mi estuche mi marca textos–. Soy la persona más insoportable.

–Yo siempre quiero estar cerca tuyo.

Me sonrojé y con mi cabello escondí mi rostro mientras leía.

–Que cursi.

Escuché como reía. Sin decirme nada, Justin abrió su mochila, alcé mis ojos para ver como sacaba su carpeta de apuntes y también comenzaba a subrayar. Antes, cuando él me prestaba su cuaderno para ayudarme en las tareas, o mejor dicho, en copiárselas, nunca entendía su letra, parecían jeroglíficos y siempre le tenía que estar preguntando que fue lo que había escrito. Siempre terminaba dictándome toda su tarea.

Me gustaba el silencio que siempre había en la biblioteca, lograba relajarme y teniendo a Justin enfrente mío lo hacia más. Me tendió en silencio unas fichas y yo una vez más me sorprendí por lo dedicado que era en sus estudios. Apunté con mis propias palabras como él me había recomendado y debo decir que funcionó de maravilla, entendía mejor y sabía que lo iba a memorizar con más facilidad. Estuve a punto de hablarle cuando un perfume llegó a mis fosas nasales y por mi rabillo del ojo vi a una mujer parada alado de nuestra mesa.

Volverte A Ver [j.b.]Where stories live. Discover now