Capítulo 26.

3.7K 114 3
                                    

Cloe se había mostrado recelosa cuando en la cafetería les había propuesto a ella y a Rayna que vinieran a mi casa para estudiar, pero yo le aseguré que mis ataques de nervios y mi histeria a la que ella estaba acostumbrada, era historia. Todo fue gracias a Justin, que de no ser por su consejo de las fichas, mi humor no sería el mejor.

Ambas me miraban sentadas desde mi cama, con los ojos abiertos pero sin decirme ninguna palabra. Terminé de contarles lo que había pasado ayer en la biblioteca con Sara, todo lo que nos dijimos. Nuestros apuntes estaban por los suelos de mi habitación, cada quien se había tomado su tiempo de repasar por un rato antes de que les platicara todo lo sucedido.

—¿No van a decir nada? —insistí ya sintiéndome irritada.

Cloe se inclinó a alzar solamente sus cejas.

–Es sólo que, te he visto discutir antes pero, esto fue mas bien un ataque de celos –dijo.

—Ya lo sé —no tenía caso negarlo y añadí—: pero no fue completamente el caso. Sara me tenía harta, no permito que nadie me hable así.

—Aún sigo sin creer que le recordaras lo qué pasó con mi ex novio —Rayna me miraba con cierta admiración—. ¡Diablos! Ojalá yo hubiera hecho lo mismo.

—¿Y Justin que hizo?

—No podía hacer mucho. Él mejor que nadie sabe que cuando dan conmigo, es mejor que no interrumpa. Y mucho menos si es por Sara.

—En mi opinión —comenzó a decir Rayna—, creo que te has ganado mi respeto y si la mayoría de mi fraternidad lo supiera, también lo tendrías.

—Creo que estás exagerando un poco —dije.

—No exagero. Mareena, no sabes lo que es vivir con ella. Tener a Sara de presidenta es algo insoportable.

A decir verdad me sentía con suerte por no formar parte de cualquier fraternidad. Siempre me había ido mejor en grupos pequeños y no tenía el mínimo interés de agrandar mi círculo de amistades, las personas que tenía en mi vida eran más que suficientes e importantes para siempre. No había necesidad de pertenecer a una casa por más prioritaria y buena que sea para tu futuro, si quieres ser alguien, no necesitas de nadie más que de ti.

—Sólo espero que con esto, Sara por fin comience a alejarse de mí.

—Y de Justin.

Le asentí a Cloe en silencio, aunque no esperaba que lo hiciera. Aunque estaba claro que si volvía a meterse entre nosotros, no dudaría en decirle las mismas cosas o peores.

Bajamos a la cocina por unos refrescos e hicimos unas palomitas. Volvimos a subir y estuvimos en silencio estudiando. Mis tarjetas comenzaban a ser más complejas, comenzaba a memorizar algunos conceptos y ya no sentía tanto peso encima de mi. Apunté por más de una hora hasta que terminé de sacar lo más importante de mis notas, Cloe y Rayna estaban tan concentradas como yo.

—Oigan —levanté mi vista. Rayna sostenía su teléfono mientras tecleaba un mensaje de respuesta—. Habrá mañana una fiesta en mi fraternidad, ¿vienen?

—¿De qué es la fiesta? —preguntó Cloe cerrando su carpeta. Yo hice lo mismo.

—¿Qué se yo? —se encogió de hombros—. Según la filosofía de Sara, una fiesta antes de que comiencen los exámenes es una buena idea.

Me abstuve de decir que aquello era lo más estúpido que había escuchado en mi vida. Cloe no dudó en decir que si y tanto ella como Rayna intentaron convencerme para que fuera.

—¡Llevas estudiando mucho! —se quejó Cloe mientras juntaba sus manos en un intento de súplica—.  Vayamos. Rayna estará con nosotras y si Justin va, puede unírsenos.

Volverte A Ver [j.b.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora