Capítulo 46.

2.2K 122 11
                                    

Justin 

—Mareena, ¿podrías dejarme solo con mi hijo un momento? —pidió Julian con voz amable, sin embargo, yo notaba el enojo en su mirada. 

Me burlé en su cara. 

—Para ti soy Justin. 

Mare me miró preocupada y supe que se iba a alejar incluso antes de que lo hiciera. Quise tomarla del codo, no quería estar a solas con mi padre en esta noche, ya había tenido suficiente de él por un tiempo. Al momento en el que Mareena cerró la puerta de se hogar, Julian me encaró, dejando a un lado aquella actitud amable y paciente que aparentó durante toda la cena. Bien, así podría ser más sincero con él.

—Vas a disculparte con Leila, la has dejado muy mal. 

Apreté mis puños y si no fuera por el poco respeto que aún me quedaba hacia él, le hubiera dado un puñetazo. Ganas no me faltaban, pero aquello significaría que mi madre se decepcionaría de mi y cuando se trata de ella, yo siempre me controlo. Pero aquello tampoco me frenaba para hacer sentir peor a Julian. 

—No —decidí muy serio—. Me importa poco lo que sienta, ya que ella no hizo lo mismo al haberse robado un hombre casado y con familia. Leila se puede ir a la mierda junto contigo. 

—¡Te he dado toda la paciencia del mundo, Justin! —me gritó perdiendo la cordura. Bien, me gustaba que lo hiciera porque aquello significaba que seguía importándole lo que nosotros pensábamos de él—. ¡Pero ya no más! No toleraré que le faltes el respeto a mi esposa y a mi hijo. 

—Al mocoso yo no le he hecho nada —gruñí—. Y ni pienso hacerlo. Pero no tendré respeto hacia la mujer que fue una zo... 

—¡Suficiente! —rugió alto y yo me hice hacia atrás sorprendido. Había visto a Julian furioso muchas veces antes, pero nunca había escuchado aquel tono en él. Lo hizo ver completamente diferente. 

—¡No! —grité a todo pulmón, seguramente los vecinos habían escuchado mi grito, pero no me importó. Estaba harto de verlo, ¿cómo podía hacerlo entender que mi relación con él ya nunca sería la misma? Lo detestaba. Punto—. No dejaré que en mi presencia le falten el respeto a mi madre, ¿entendiste? Eres peor de lo que creí, ¿cómo pudiste permitir que ella hablara sobre tu matrimonio enfrente mío? ¡Dime!

Para Julian siempre había sido difícil discutir conmigo y era porque los dos teníamos el mismo carácter. Aquello era una de las muchas cosas que quisiera cambiar, pero no podía. Julian mejor se controló, le tomó unos minutos en poder controlar su respiración y que aquella mirada de loco desapareciera. Yo también me encontraba un tanto calmado, pero siempre estaría aquella ira quemándome por dentro cada que lo veía. 

—No fue mi intención... Leila... ella es... 

—No quiero saber nada de esa mujer, ni de ti —miré hacia la ventana de la cocina, había una sombra estática y supe de inmediato que era Mare—. Mi vida es feliz ahora, tengo a la mujer que siempre he querido y a mi madre conmigo. No te necesito a ti, Julian. Decidiste dejar a mamá por esa... ¡destruye hogares! —ignoré el enojo creciente en Julian—. No quiero volver a verte, ¿me entendiste? Lo juro, Julian, que si vuelvo a ver a aquella mujer, no respondo. 

—¿Por qué no puedes perdonarme, Justin? —me preguntó él con cierta desesperación. Por fin estaba sacando todo lo que llevé dentro por años y admitía que me sentía bien pero al costo de cortar lazos con mi padre. Esto era más exhausto de lo que alguna vez creí. 

—Porque eras mi ídolo —confesé con rencor—. Y yo no quiero ser como tú, no pienso dejar a Mareena como tú lo hiciste con mamá. Creí que tú siempre me darías el mejor ejemplo, pero cuando te vi aquella tarde en la oficina... dejaste de ser el hombre que yo siempre quise ser. Me das lástima, Julian, porque el amor que tuviste por parte de mamá, no te lo dará Leila ni en un millón de años. La dejaste y por ende, me dejaste a mi. Y por eso, no puedo perdonarte y mucho menos considerarte como el mejor ejemplo para mi vida. 

Volverte A Ver [j.b.]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora