Capítulo 47.

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Mareena 

Siempre que venía a la casa de fraternidad, me daba la sensación de que estaba haciendo algo realmente malo, porque no importaba la cantidad de personas que hubieran en cada fiesta, nunca se rompía nada, los sillones seguían limpios y sin manchas. Así que si daba un paso en falso, manchaba o tiraba algo valioso, en seguida la presidenta se enteraría y aquella le daría una razón extra para odiarme. Aunque no es como que me importara.

Cloe me agarraba de la mano mientras serpenteabamos por la planta baja de la casa, noté al instante en el que llegamos que había más gente de lo normal y que mi lugar en la fiesta era insignificante. Si me iba, nadie lo notaría. Mi blusa holgada azul junto con mis shorts blancos fue lo más cómodo y rápido que pude escoger gracias a que Cloe no dejó de apurarme como siempre lo hace. Incluso hizo un berrinche porque nos tocó estacionarnos lejos de la casa.

—¡Rayna está en el jardín, vamos! —gritó Cloe por encima del ruido de la música y los gritos de las personas. 

Aferré mi pequeño bolso y lo coloqué adelante de mí, Cloe salió primero al jardín y después yo. Sentí alivio, la casa era incluso más caliente que el clima exterior. La piscina estaba un tanto llena, mujeres en bikini y hombre sin playera era lo único que se distinguía de la parte de afuera. Rayna nos ubicó primero, la saludé y después alcé mi cuello lo más que pude, Justin probablemente ya estaba aquí, hace rato me había mandado mensaje confirmándolo. Yo estaba evitando en cierta forma que pasara por mi a la casa, desde la cena las cosas estaban un tanto confusas, Julian había regresado como si nada hubiera pasado y yo aún no tenía el valor de preguntarle a Justin sobre lo que le dijo a su padre. Era privado y lo sabía, aunque mi parte curiosa quería saberlo para así poder ayudarlo. Leila en cambio continuó con su teatro de estar ofendida y yo la odié incluso más por ello, me daba la sensación de que había provocado a Justin a propósito y si no era así, entonces era una verdadera desgraciada. 

—¿Has visto a Justin? —le pregunté a Rayna cuando no pude encontrarlo. 

—No, he estado todo el tiempo afuera y él no ha salido. 

Yo fruncí el ceño y revisé mi teléfono. No había ninguna llamada perdida o algún mensaje. Tal vez Justin estaba dentro de la casa con sus amigos y por toda la gente que hay, no lo noté si es que pasé cerca de donde sea que estuviera. 

El sol estaba en lo alto, quemaba y no había un lugar en donde pudiera refugiarme. Cloe fue la primera en quitarse todo su conjunto, quedando en su traje de baño negro, Rayna lo había hecho hace rato y la única vestida era yo. Me parecía gracioso que después de tanto tiempo aún yo siguiera insegura sobre mi enorme cicatriz y aunque sabía que a nadie le importaba aquello, era un tanto incómodo cuando las personas la miraba de soslayo. Aún así me quité la ropa, mi bikini rosa fosforescente parecía brillar más por el sol, pero no me importó. 

—¿Vienes? —me preguntó Cloe apuntando hacia la alberca. Tuvo que haber notado mi duda porque arqueó una ceja—. Si Justin sale, podrás ubicarlo más rápido. ¡Pasa tiempo con nosotras! Ahora que tienes novio casi no te vemos. 

—Eso no es cierto. 

Cloe no me creyó. 

—Entonces pruébalo. 

Sonreí ladeado, la idea de sumergirme no parecía tan mala. El agua estaba fresca, Rayna, Cloe y yo nos quedamos en la orilla charlando y yo estaba segura que me quemaría el rostro, había olvidado colocarme protector solar. 

—Ahí está Justin —me dijo Rayna apuntando hacia las puertas corredizas. 

Justin iba saliendo con un grupo de hombres, no conocía a ninguno y no me había acostumbrado aún a que Justin fuera un chico sociable y que se desenvolvía con facilidad con personas nuevas. Mordí mi labio porque iba sin camisa, sólo su traje de baño color azul marino. 

—¿Irás con él? —preguntó Cloe dando un sorbo de su bebida.

Giré mi cuerpo hacia mis amigas y negué. 

—No, que él tenga su rato con amigos —sonreí y Cloe también lo hizo—. Quiero disfrutar un momento más. 

Rayna se burló y me miró pícara. 

—Qué, ¿Justin no te hace disfrutar? 

—Diablos, Rayna —siseó Cloe aguantando sus ganas de reír. 

Yo le salpiqué agua. 

—¡Oye! —fingí estar ofendida y después pasé mi cabello por detrás de mis orejas—. Ya que preguntas, si, si lo hace. 

Rayna frunció el ceño y Cloe fingió estar asqueada. 

—No quería saberlo. 

—Yo tampoco. 

Continuamos en la alberca durante un rato más y casi me siento culpable porque no había pensado en Justin ni tampoco me había acercado a él. No sabía si seguía en el patio o si incluso estaba dentro de la alberca. Me la estaba pasando bien con Cloe y Rayna, hace tiempo que no compartía un rato con ellas. Las personas comenzaban a distribuirse por toda el área, la comida se encontraba en la cocina y las tres concordamos con nuestro antojo. Nos secamos con nuestras toallas y entramos. Seguía llena, olía a tabaco y si no me equivocaba, a marihuana también. Aquello fue lo primero que me trajo nauseas, nunca me había gustado aquel olor y continué mi camino hacia la cocina. 

La botana estaba servida en la barra, no tenía ni idea de quienes habían traído la comida y mi duda sobre si comer aquí o esperar hasta la cena desapareció cuando Rayna me aseguró que todo fue ordenado por su fraternidad. Sentí mi teléfono vibrar por el bolsillo trasero de mi short, no pude contestar por tener mis manos en el plato lleno de comida. 

—Creo que tendremos que comer de píe —dijo Rayna con reproche al llegar al comedor, no había ningún asiento disponible. 

Mi estómago se revolvió por los olores del lugar, especialmente porque la marihuana persistía y es como si hubieran encendido el doble de lo que antes olí. Apreté mis labios disgustada. 

—Mare, ¿estás bien? —preguntó Cloe inclinándose a mi. 

—Es el olor —fruncí la nariz disgustada—. Mi estómago se ha revuelto... 

—¿Quieres que...? 

Mis piernas se movieron solas por el piso de abajo, subí las escaleras corriendo, Cloe y Rayna venían detrás mío seguramente confundidas por mi acción, pero no pude controlar mi asco. Suerte que el cuarto de Rayna no estaba tan lejos, lo primero que hice fue correr hacia su baño y tirarme al piso junto al retrete. Vomité lo poco que había ingerido. 

—Ve por Justin. 

No sabía si Rayna o Cloe lo había dicho, finalicé y me crucé de piernas en el piso de abajo. 

—¿Estás bien? 

Cloe estaba inclinada hacia mí con bastante preocupación y yo asentí mientras limpiaba mi boca. 

—Si... no lo sé, tuve mucho asco y mi cuerpo respondió rápido. 

Ella chasqueó la lengua, algo no le cuadraba y yo lo sabía, pero no quise pensar demasiado en eso, iban a preocupar a Justin por nada porque después de haber vomitado me sentía un poco mejor. 

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¡JUSTIN SE VA A CASAR, MIERDA! La verdad aún sigo sin creérmelo, es como si todo hubiera pasado en un abrir y cerrar de ojos. Aún recuerdo los videos de como iban a ser nuestras reacciones cuando supiéramos que él se casaría. Ayyyyy, yo estoy feliz, feliz por ambos. ¡No puedo esperar para que sea el dia! Creo que nunca superaré la noticia, ah. Sólo espero mi invitación a la boda, JAJA.

Pero buenooo... espero les haya gustado el capítulo, ¡las amo! Mil perdones por la demora, ¡disfruten! 

¡Besos! 

xx. 

Volverte A Ver [j.b.]Where stories live. Discover now