Mercy

Marrakech

-Error, esta es mi habitación, y tu dormirás en ella , tomaré el sofá Arafat recomendó que me quedara contigo no puedes caminar sola-dice acercándose

-Qué sucedió con mi habitación?-digo mirándolo

-No puede ser utilizada, la puerta ha sido quebrada y el interior está en reparación, pero no te preocupes no la tendrás que usar más-dice tomando mis piernas delicadamente y dejo que me guíe a la espaciosa cama, me coloca suavemente y apila dos almohadas en mi espalda, luce realmente preocupado. Su conciencia lo debe de estar picando, esta mañana se ha comportado como todo un patán.

-Estaré en el sofá si necesitas algo-acto seguido apaga la pequeña lampara

-No.....no me gusta la oscuridad por favor déjala así-digo mirándolo, luce hermoso.

-Muy bien, estaré al lado, observo como toma su almohada y observa con tristeza el pequeño e incomodo sofá

-Sabes que eres el doble de grande que ese diminuto sofá no?-digo disimulando una pequeña carcajada

-Lo sé....pero tendré que cuidarte, de otra forma ya hubiese tomado otra habitación-dice cerrando sus ojos y recostándose

-Said eres libre de tomar otra habitación te aseguro que no huiré a ningún lado lastimada

-Lía el pabellón está rodeado de guardaespaldas al igual que las salidas del hotel, te aseguro que no saldrás, pero quiero estár aquí por si necesitas algo.-y sin más se voltea

Su comentario me hace enojar de nuevo, no es necesario la seguridad, no confía en mi palabra, hoy le he desobedecido sé que está molesto pero aún no lo dice, me lo hará pagar lo sé.

-Sé que quieres que pague por haber huido de tu reunión, tú lo provocaste señor risas y abrazos.-digo cerrando mis ojos escuchando el fuerte palpitar de mi corazón. No debí haber hablado.

-Recibí una costosa educación Lía jamás te sería infiel, no si no es mi esposa. Ah y otra cosa mañana a primera hora partiremos hacia nuestro hogar.

-Said atravesaremos cuatro países sabes eso no?-digo levantándome de nuevo no puedo creerlo.

-Lía estarás sedada con las pastillas que te había resetado Arafat olvídalo.

Mierda estaré aún más lejos de casa.-Sabes cuanto te estoy odiando?-digo observando la espalda de Said en el elevador, ha decidido subir al helipuerto del hotel, y me ha obligado a tomar una silla de ruedas. Lo odio. 

-Es por tu bien Lía-dice con una extraña voz. No hablaré. Decido colocar mi negra gorra, ocultando mi rostro, nada puede empeorar.

Mis nervios regresan al subir al helipuerto, un helicóptero espera por nosotros para llevarnos al aeropuerto y de ahí junto con la familia de Said, tomar un largo vuelo a Makarrech, una ciudad ubicada en Marruecos, he escuchado que es pequeña, con un clima soleado el mayor parte del tiempo. Será hermoso conocer Makarrech  pero no tanto viajar siete horas con la familia Akram, oh Dios.

Al cabo de una hora, estamos en el jet de la familia Akram, este es mas espacioso. Kadím y Karím corretean como niños para tomar los asientos delanteros, Fakhir y su mujer toman los delanteros del lado derecho, Jamil los siguientes, pero Ahmed no aborda. Qué extraño.  Said me guía a los últimos asientos, gracias a Dios así no tendré que coincidir con Fakhir. 

El sobrecargo da las indicaciones en árabe, genial. Tomo tres píldoras de dolor, esas me darán una fuerte dosis de sedante para sobrellevar este largo viaje. 

-Estás bien?-escucho la suave voz de Said, mierda. Este hombre me hace enloquecer en un segundo pero con solo dos palabras me derrite. 

-He tomado la medicación, pronto dormiré- digo abriendo mis ojos para mirarlo a mi lado. Luce más atractivo de lo normal, ojos brillantes, camisa negra sin corbata, pantalón a juego, por primera vez observo su alianza, el brillante aro en su dedo anular luce.......llamativo. Y me gusta. Es la marca de nuestra unión. O acuerdo. 

-Estaré a tu lado todo el viaje, duerme Lía, será un largo viaje-dice con una pequeña sonrisa en su rostro, por primera vez luce........relajado tal vez contento?, decido no pensar más y voltearme para observar el despegue, me siento relajada a su lado, aunque aún tenemos muchas cosas que hablar, la soleada tarde de Dubai, un fuerte impulso nos golpea y el asfalto se aleja en cuestión de segundos, al igual que mi vista. 

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-Eres afortunado, es hermosa y tiene carácter al igual que tú

-Jamil, no pedí tu opinión sobre mi carácter

-Tendrás que cuidarla, es como un pequeño ciervo, en un bosque plagado de lobos, es inquieta lo he observado durante estos tres días, te respeta Said, pero no le gusta que la mantengas bajo ordenes 

-Ese mismo ciervo es al que protejo, el principal lobo es el gilipollas de su padre, Jack Walker ese hombre la ha puesto en bandeja de plata, Lía ha accedido solo por su familia, prometí no hacerle ningún daño, era el maldito cerdo de Greg Rumanozqui o yo, eleve la oferta y el tratado con Jack es muy joven

-Greg Rumanozqui? el ruso que se casó con Sam?

-El mismo cerdo, en la cena a la cual asistió Lía estaban duda tres candidatos, sin saberlo su padre la estaba obsequiando como mascota, si se entera se quebrara es frágil

-Said es dura puedes verlo, a caso no te llama la atención?

-Jamil la salvé de esos patanes eso es todo, no hubiese permitido que terminara como Samantha Collins, esa mujer apenas tenía 23 años, ahora sigue en tus cosas necesito terminar este adelanto de proyecto con Turquía y tu lo recibirás y lo presentaras 

-Sí jefe.

Oh mi Dios. No puedo mover un solo pelo, sé que Said me observa, trato de lucir dormida pero. me es imposible, mi padre....mi propio padrea querido venderme, suspiros salen de mi cuerpo y me obligo a retenerlos, oh mierda. Siento como mis ojos se humedecen, mierda. Una lagrima peligrosa se resbala por mi mejilla derecha, justo del lado en que Said puede verla. 

-Lía?-siento su gran mano en mi brazo, pero decido no moverme y lucir dormida, será lo mejor. Al cabo de unos minutos siento como todo el avión se sumerge en un silencio, y las luces son reducidas. Abro mis ojos, e inmediatamente volteo y observo a un Said, dormido, luce como un niño indefenso, hermoso sus cejas muestran preocupación pero su respiración lenta y suave indica que está dormido. 

Más lagrimas caen de mis ojos, trato de respirar lentamente pero en el silencio sepulcral del avión es imposible. Necesito a mi tía Nora, son muchos detalles por hablar, al abuelo sus abrazos sus dulces ojos azules brillantes, con su abundante cabello blanco. Necesito estar en mi refugio, en mi seguridad. Oh Dios. Un sollozo sale de mi garganta. Llevo mis manos a mis ojos, necesito detenerme, lo despertaré y no quiero levantar sospecha alguna. 

Un hombre que no me conocía me salvo de mi propio padre, de mi propia sangre. Necesito estar cerca de mi familia. 

Observo en la tenue luz el rostro de Said, sus manos posan tranquilamente sobre su fuerte abdomen, y aspiro su delicioso aroma, su compañía me resulta confortable y relajante. Sin previo aviso muevo, la división que separa nuestros asientos, y desabrocho mi cinturón, haré algo de la cual me arrepentiré en unas horas cuando estemos discutiendo, pero necesito sentir a alguien. Tomo la manta roja que me cubre, y me acerco a su pecho, coloco mi cabeza lentamente en su pecho, noto como su cuerpo se tensa y se mueve. Mierda sé que me alejara. Pero para mi sorpresa, mueve su mano izquierda, y me acerca más a él. Oh demonios. Mi corazón late fuertemente, mis manos las uno y las coloco en su lado izquierdo, justamente en su corazón, que late.....y vaya que late, fuertes y agitados latidos golpetean su duro pecho. En cuestión de minutos, caigo en los brazos de Morfeo.