¿Qué estamos haciendo?

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Al acercarme escucho fuertes relinchos y sé de quien provienen, cinco hombres atan las patas de Gaia cada una a un aparato que no la deja moverse

-Paren en este momento- con fuerte voz ordeno a los grandes hombres que no toquen a Gaia 

-Y esta quien es?- uno de los hombres se detiene y se acerca peligrosamente 

-Dije que se detuvieran la lastimaran-de nuevo reprocho 

-Preciosa no deberías estar aquí dando ordenes deberías estar en tu casa o en mi cama ronroneando como gatita-acto seguido mi mano se estrella contra la cara del sujeto enorme este me toma fuertemente y me sacude 

-Dejala en este momento obrero- la fuerte voz de Said interrumpe el lugar, el oleroso hombre me empuja y me hace caer fuertemente al suelo, mis manos chocan fuertemente con la grava y detiene un poco el impacto, está muerto. 

Acto seguido Said golpea en la mandíbula al hombre el sonido es fuerte y ha sonado como que quebrase algo, su mandíbula. 

-Vuelve a hablarle así y estás muerto, esa a la que acabas de empujar al suelo es mi esposa asqueroso animal, tocala de nuevo y será tu fin maldito asqueroso, un fuerte quejido resuena por el lugar después de que un sonido en seco golpeara sus costillas, el pie de Said

-Said- trato de levantarme sus manos toman mi cadera, y me ayuda a levantarme y me observa furioso 

-Lleven a este hombre fuera de mi propiedad difundan su nombre no se le dará más trabajo en esta casa, ahora- ordena fuertemente a los hombres que miran atonitos el espectáculo, estos cargan ahora al hombre golpeado que se queja 

-Antes que me regañes te he esperado en el establo, Joseph ha dicho que bañaban a Gaia he querido observar pero ese hombre se propaso lo golpee y me ataco-digo mirando sus oscuros ojos y su mandíbula ahora tensa, mis nervios me hacen temblar 

-Te he ordenado que te quedases en los establos no en el área de baño Lía que hubiese pasado si no intervengo ese asqueroso te hubiese tocado y lo mataría -me mira, y el dragón ha regresado está furioso y tiene razón 

-Disculpa Said ha sido mi error querer observar a Gaia debí esperar por ti pero pensé que...- me interrumpe 

-Eres imposible Lía, vamos lavarte esas raspaduras-observo mis manos y pequeñas piedrillas se han adherido a estas, dolerá.

-Cerca hay un lavadero de manos, te las quitaré ahí-camino a su lado y observo sus zapatillas deportivas, también h apoyado por un look menos formal, jeans y camisa negra que resalta su ancha espalda y contrasta con su piel canela.

-Es aquí- me toma en brazos y me sienta en la pileta al lado se encuentra el lavadero, ahora estoy a su altura  mis pies no tocan el suelo, y el ardor se propaga por mis manos mientras quita piedra por piedra,

-Said me está ardiendo mucho-digo movimiento mis piernas en el aire, están más profundas de lo que esperaba

-Lo sé las quitaré con cuidado has caído de bruces en tierra tus manos llevaron la peor parte-dice halando fuertemente

-Said detente por favor- ruego y alejo mi mano de las suyas, le observo-estás más que molesto lo entiendo pero así no puedes curar mis manos me lastimas te he dicho lo siento y he aceptado mi error, en relación a los obreros no me alejare de tu lado-digo observando sus  oscuros ojos, que se que podrían quemarme 

-Ese cerdo estará perdido, nadie en ella zona le dará trabajo, nadie debe tocarte ni siquiera mirarte y se ha atrevido de herirte-se aleja y observo su espalda contraída, las manos en su cadera, y sus fuertes respiraciones se escuchan por el silencioso lugar 

MercyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora