Mercy

Isla

Al subirnos a la oscura camioneta La Paz parece invadir a Said y se relaja un poco, su aspecto no es tan alerta como hace unos minutos. La ruta luce tranquila y oscura, las luces de las pequeñas casas por el camino iluminan las calles de Marrakech, el silencio en la camioneta me alerta y la inquietud me invade. Said me ha alejado de la mansión, quiere decir que Damián ha intentado acercarse de nuevo.......y Jazmín ha regresado de nuevo. 

-Te encuentras bien Lía?- su gruesa voz me distrae 

-Oh sí....lo siento es la vista..es maravillosa-miento. 

-Tendremos un vuelo directo sin escalas, será de cinco horas-dice observando atentamente mi reacción

-Genial-digo falsamente. 

-Sé que odias volar, pero he tomado en cuenta las píldoras de sueño, para que no viajes tan preocupada así que si gustas las puedes tomar-dice sonriendo por primera vez en la camioneta y todo en mi se licúa. 

-Las tomaré al llegar.....gracias por ello Said- digo besando su mejilla 

-No es nada....será un corto viaje pero valdrá la pena

-Por qué lo dices? 

-El lugar es maravilloso....es uno de mis favoritos desde que era niño-dice atento a mi reacción 

-Podrías decirme a cual lugar nos dirigimos?

-A mi propia isla....nuestra isla personal-dice sonriendo como Cheshire

-Oh-digo sorprendida por su ultima oración.

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Al bajar de la camioneta la fría noche sacude nuestros cuerpos y alborota mi cabellos que me acerco lo más que puedo a Said que proporciona gran cantidad de calor a mi frío cuerpo mientras que mi otra mano porta el bolso de viaje de Sam, el cual se encuentra jugueteando con su pescado de felpa. 

De lejos puedo observar el elegante y brillante jet Akram. Demonios. 

La ultima vez que estuve en él quise sacar los ojos a Said. Y ahora todo ha cambiado. Luces brillantes llaman nuestra atención y puedo diferenciar los paparazzi tomando frenéticamente fotografías de nuestro caminar al borde de la pista. Sus voces resuenan por el lugar pero ninguno voltea a observarlos. 

-Son como cucarachas- la voz de Said me saca de mis pensamientos 

-No te preocupes-digo apretando mi mano sobre la suya 

Al acercarnos al jet los nervios me invaden de inmediato, los recuerdos me invaden. El primero en subir los escalones es Said, quien al llegar al tope voltea rápidamente observando mi pálido aspecto en la pista de aterrizaje. 

-Lía?-

Segundos pasan y decido subir lentamente las cinco gradas, a la lata de las pesadillas. Oh mi Dios, que nada cambie al estar dentro. Un fuerte olor a aromatizante me invade y mis nervios aumentan, Said me observa atentamente y sé que ha entendido mi preocupación, rápidamente niega con su cabeza y un lado de su boca muestra su seductora sonrisa pero no enseña sus blancos dientes. Sé que lo que quiere decir. 

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-Has mencionado algo sobre una píldora que me adormecería no?-digo ansiosamente

-Ya has tomado la dosis exacta Lía- dice alejando la vista de los documentos y sonriendo cariñosamente- no tomarás más de lo establecido por Isabel

-Ha pasado la mitad de hora y aún sigo despierta-digo cerrando mis ojos tratando de calmar mis nervios escuchando mi acelerado corazón 

-Preciosa no hay nadie más que el piloto, el sobrecargo tú y yo...y Sam nada sucederá y llegaremos en unas cuantas horas a nuestro destino...así que por favor no estés tan nerviosa-dice acariciando suavemente mi fría mano