Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}

Capitulo 2

— Hola nena...

Dijo pegando sus labios en mi oreja. No sabía si reír o llorar. Pero escucharlo y saber que era exactamente él y no ningún loco maneaco me daba una inmensa tranquilidad. Saco su mano de mi boca.

— ¡SERÁS HIJO DE TU...! - me quede callada. Y me giré a mirarlo molesta. Jamás pensé que me molestara así con él. Pero parece que a él le importo poco. Su sonrisa de oreja a oreja me
daba a entender que no le importaba en lo más mínimo.

— ¿Sonríes? Vas a matarme un día de estos... - dije pasándome las manos por la cara.

Lo sentí acercarse nuevamente y envolverme en sus brazos en un cálido y cariñoso abrazo. Me acurruqué entre sus brazos inspirando su rico aroma. Me he dado cuenta que Omar tiene muy buen sentido del humor. Parece que le gustan las bromas o le gusta asustarme o algo así.

— Me alegra verte - ronronea despegándome un poco y dándome un inesperado beso.

Beso que correspondo al instante. Yo jadeo y su boca se abre sobre la mía. Me besa desesperado. ¿Con ganas nene? Le muerdo el labio y me separo de él. Muy temprano corazón. Muy temprano.

— ¿Desesperado? - me muerdo el labio mientras agarro una taza de café. Me sirvo.

Él me sonríe con malicia mientras me observa de arriba a bajo descaradamente. Pero no me contesta se limita a tomar una taza y servirse café. Me siento en una de las sillas a observarlo. Trae puesto una camisa blanca de manga larga, pantalones negros de vestir. Supongo que acaba de llegar del bendito viaje. Y me llega con ese susto. ¡Dios! ¿Qué pensaba? No es nada lindo que te hagan eso. Osea mi pobre corazón.

— Menuda sorpresa me has dado... - susurro, llevando la taza a mi boca.

Omar se sienta frente a mi. Le da un sorbo a su café. Lo veo cerrar los ojos brevemente al saborear el café. Un gesto muy lindo de su parte.

— Lo siento... - se encoge de hombros con una media sonrisa.

Le devuelvo la sonrisa. Dudo de verdad que lo sienta. Creo que le encanta molestarme o más bien asustarme. Ya lo está tomando de hacerlo muy a menudo. Insisto va a matarme.

— ¿Cuándo has llegado?

— Temprano, estuve mirándote mientras dormías...

Lo miro curiosa. ¿Qué? ¿Porqué?

— ¿Y eso? - me levanto de la silla y pasó a la nevera en busca de algo que comer.

— Es reconfortante verte dormir - se encoge de hombros nuevamente.

Me agacho un poco buscando en la nevera. ¿Qué debería de comer? ¿Queso? ¿Pan?

— ¿qué se te apetece comer? - preguntó. No contesta. — ¿Omar?

Mi cuerpo se tensa de la cintura para abajo al sentirlo pegarse a mi. Posa sus grandes manos a cada lado de mi cintura.

— A ti - murmura. Echa para el frente su cadera. Siento cada parte de él. Todo.

Me quedo estática. Estoy agachada con el trasero expuesto, sin mencionar las pequeñas braguitas que llevo. Puedo sentir cada centímetro. Esta duro. Mi cuerpo comienza a emanar calor. Mi pecho se agita. Trago visiblemente y con algo de pesadez recobró la
compostura. Llevando mis manos a donde él tiene las suyas y enderezando mi espalda. Pegándola contra su pecho de forma lenta.