Enamorándome de Tí (+18) # 2 [Segunda Parte] {Completa}

Capitulo 29

Casi a las cinco de la tarde estoy llegando a casa. Estoy un poco cansada. Tuve que pasar por la editorial y para mí sorpresa Ethan, si el director de la editorial. Él muy apuesto de mi jefe por así decirlo. Me ha hablado y tengo que tener una larga reunión con él. Al parece relacionado con mi trabajo en la editorial. Ahora que no seguiré con el segundo libro de la vida de mis padres. Parece ser que debo trabajar en otro libro. Si, ese fue el adelanto que me ha dado. Pero sabré todos los detalles más a delante. Más bien cuando él recrece de su viaje de negocios. Estoy a punto de subir a mi departamento cuando un claxon bastante familiar hace que de un salto terrible. Me giro un tanto asustada. Veo el auto Negro de mi padre. ¡Oh no! ¡No por favor! Lo veo bajar la ventana.

— Sube. – demanda serio.

Indecisa camino a su auto. Ya me imagino porque la cara de mala leche. Y su amorosa forma de tratarme. ¡Suerte Alina! Me subo.

— ¿Estás molesto? – pregunto rápido tan pronto puse el trasero en aquel asiento.

— Te fuiste de la empresa, has sido bastante irrespetuosa en estos días Alina. Estoy totalmente irritado con esa actitud. – gruñe. Noto como sus manos hacen presión en el volante. Tragó saliva un tanto apenada.

— Lo lamento papá – susurro bajando la cabeza. ¿Porqué se molesta tanto? Solo no quiero tomar clases con ese profesor. Solo eso.

— Espero que desde ahora hagas lo que te pido. Alina es por tu bien. – suaviza su tono de voz. Ligeramente frunzo el ceño. ¿Me está tratando como una niña? "Es por tu bien" me hace recordar cuando tenía cinco años y no quería comer frutas.

— Solo quiero escoger dónde y con quién tomó las clases. No me estaba negando padre. – mi tono suena serio. Pero no estoy molesta, solo me pesa seguir teniendo esta pelea por él.

— Iremos a verle. Así conversan mejor... – dice y mi auténtico "¿qué?" Casi le revienta los oídos.

— ¡Alina por dios! – me fulmina con la mirada. — ¿Qué coños contigo? – dice irritado.

— No vamos a ir a verle. – le miro sería. Tan seria que siento que mi cabeza comienza a doler.

— Si lo haremos y por enésima vez te digo que hagas lo que te pido. Ya basta de tanto rollo...

¿Podía aventarme del auto? Si tal vez si podía. No tenía nada que perder. Todo este tema me estaba irritando más de la cuenta. ¿Qué pasa con mis padres? Uno me jode por mi relación con Omar y el otro insiste en las cabronas clases. ¡Dios mío! Dame paciencia por favor. La voy a necesitar de ahora en adelante. Puse mala cara pero no dije nada al respecto. Él quería jugar de esta manera conmigo. Obligándome a hacer algo que no deseaba. Así que con eso estábamos. Muy bien papá, veremos a ver quién gana.

Unos minutos después llegamos a la que era mi casa. La casa de mis padres. El camino había sido bastante tenso. Tanto que se sentía esa fuerte corriente de enojo entre ambos. Según mi padre yo estaba siendo una chica irritante con mis cosas. Pero en mi defensa tengo derecho a serlo. Solo deseo seguir mi vida, sin clases, sin más. ¿Es mucho pedir?

— Eduardo está con Victor, solo quiero que te comportes. – dice mirándome. Le ignoro y me bajo del auto.

Comienzo a caminar dentro de la casa sin esperarlo. Sin decir una palabra. Solo entro y por primera vez no grito antes de pasar. Obviamente saben la razón. Al entrar me topo con lo esperado. Victor en la sala, frente suyo está él. Un escalofrío recorre todo mi cuerpo. Mi cuerpo se pone alerta y no por saber lo que pasó con él y Omar. Aún recuerdo claramente la vez que le conocí. Cuando hablamos, como se acercó a mí. Descartó ese recuerdo rápidamente. Siento un ligero sentimiento de asco.